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ENSAYO CULTURA POLITICA


Enviado por   •  11 de Abril de 2013  •  1.722 Palabras (7 Páginas)  •  494 Visitas

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Lo primero que vale resaltar es que, a menudo escuchamos decir que en Colombia hay mucha gente talentosa, como lo habría en cualquier país del mundo pues ni la estupidez ni el genio son exclusividad de ningún territorio, y en nuestro medio pulula muchísimo más la primera, y suele entrarnos un orgullo patriotero mediocre que obnubila nuestro entendimiento y que en la mayoría de las veces suele ser utilizado por los medios como cliché y eslogan de reallity, incluso en nuestro país hay uno denominado así (Colombia tiene talento), producto de la manera delegada como unas clases pretender imponer la noción de triunfo o éxito a los demás. Es por eso que cuando Rentería destellaba en las grandes ligas todos aprendimos que era el beisbol y para algunos era lo máximo que fuera colombiano, y así mismo ocurrió con GARCIA MARQUEZ cuando ganó el premio Nobel, cuando LLINAS se destacó en el campo de la neurología, y mucho menos al hablar de MUTIS y de VALLEJO que no han conseguido tan altos galardones, así nunca sus compatriotas orgullosos se hayan interesado y dado a la tarea de leerlos, y de otro lado con figuritas creadas por los medios como Montoya, Shakira, Juanes, ahora Mariana Pajón, entre otros, de los cuales se sienten más autorizados a opinar porque los han sentido más suyos en la televisión, gracias precisamente a nuestra pereza y mediocridad. Lo anterior para significar que es menester examinar los acontecimientos de nuestro país sin creer, como los argentinos, que somos los hijos legítimos de dios más ahora que tienen a Francisco I, y que los demás habitantes del planeta son todos bastardos, pues eso viciaría cualquier intento serio de análisis sobre los problemas que nos aquejan desde hace más de doscientos años de vida “republicana”.

Me sorprende el primer punto de reflexión de Ospina cuando dice: “Lo primero que debemos preguntarnos es si nuestra realidad es excepcionalmente trágica, si es tan distinta esta realidad de la del resto de los países, o al menos de los países del llamado tercer mundo”. Yo creo que eso no deberíamos ni de preguntárnoslo porque lo padecemos a diario, debemos partir de que sí es una realidad trágica la que vivimos y lo que resulta necesario preguntarnos es por las causas de ese estado de cosas que sufrimos y no pensar tanto en que otros países también convivan con problemas similares, pues ello no reivindica en modo alguno las condiciones de vida de nuestros compatriotas ni de los hermanos que habitan los países que conforman el mal denominado “tercer mundo”. Los abuelos dirían mal de muchos consuelo de tontos.

Entre los problemas que destacaba William Ospina al momento de escribir este ensayo resaltaba: “Colombia es hoy el país con mayor índice de criminalidad en el planeta, y la inseguridad va convirtiendo sus calles en tierra de nadie. Tiene a la mitad de su población en condiciones de extrema pobreza, y presenta al mismo tiempo en su clase dirigente unos niveles de opulencia difíciles de exagerar. Muestra uno de los cuadros de ineficiencia estatal más inquietantes del continente, al lado de buenos índices de crecimiento económico. Muestra fuertes niveles impositivos y altísimos niveles de corrupción en la administración. Muestra unas condiciones asombrosas de impunidad y de parálisis de la justicia y al mismo tiempo una elevada inversión en seguridad, así como altísimos costos para la ciudadanía en el mantenimiento del aparato militar. Muestra las más deplorables condiciones de desamparo para casi todos los ciudadanos, y sin embargo es un país donde no se escuchan quejas, donde prácticamente no existen la protesta y la movilización ciudadana: una suerte de dilatado desastre en cine mudo.

Comparto la triste radiografía que hace de algunos de nuestros principales problemas que nos aquejan, lo que me parece sorprendente es que a lo largo de estos años de haber descrito esta realidad nuestros problemas se hayan agudizado. Pasamos a tener el deshonroso segundo lugar entre los países más desiguales del mundo, lo que explica gran parte de los otros fenómenos, los carteles de la droga se han multiplicado y diseminado, las cifras de seguridad en las ciudades esconden la cifra negra de desplazamiento y de asesinatos en zonas rurales del país, el poder público fue cooptado por el narco-paramilitarismo y la narco-guerrilla, la salud en buena parte de los municipios fue entregada a estos bandos insurgentes, pulula el macro y micro-tráfico a lo largo y ancho del territorio nacional, ya no solamente con la droga producida en nuestros países sino por pastillas importadas como el “extasis”, nuestros campesinos son una especie en vía de extinción, pues se los ha aniquilado tanto física como culturalmente, y venimos de ocho años de uno de los gobiernos más corruptos y autoritarios de nuestra historia; lo que ciertamente constituye un caldo de cultivo para todo lo demás.

La pasividad de la sociedad se explica en mucho por los altos índices de ignorancia de nuestra población y por la ausencia de educación de calidad que garantice una mayor cultura política de los ciudadanos, aunado al manejo mediático con que se encubren nuestros problemas y realidad.

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