GÉNERO, PODER Y SEXUALIDAD: Historia, diversidad cultural, modernidad y globalización
MargelyBoteExamen20 de Marzo de 2013
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‘GÉNERO, PODER Y SEXUALIDAD:
Historia, diversidad cultural, modernidad y globalización’
GÉNERO.
El termino género circula en las ciencias sociales y en los discursos con una acepción especifica y una intencionalidad explicativa. Dicha concepción data de la década del 50, cuando el investigador John Money (1955) propuso el termino “papel de genero” para describir el conjunto de conductas atribuidas a los varones y a mujeres.
Pero ha sido Robert Stoller quien estableció más nítidamente la diferencia conceptual entre sexo y género, basándose en sus investigaciones sobre niños y niñas que, debido a problemas anatómicos congénitos, habían sido educados de acuerdo con un sexo que no se correspondía con el suyo. La idea general mediante la que se diferencia “sexo” de “genero” es que el sexo queda determinado por la diferencia sexual inscrita en el cuerpo, mientras que el género se relaciona con el significado que cada sociedad le atribuye.
Según lo plantea Gomariz, de manera amplia podría aceptarse que son reflexiones sobre género todas aquellas que se han hecho a lo largo de la historia del pensamiento humano acerca de los sentidos y las consecuencias sociales y subjetivas que tiene pertenecer a uno u otro sexo, por cuanto esas consecuencias, muchas veces entendidas como “naturales”, no son sino formulaciones de genero. Así, se puede hablar de forma amplia de los estudios de género para referirse al segmento de la producción de conocimientos que se han ocupado de este ámbito de experiencia humana: las significaciones atribuidas al hecho de ser varón o ser mujer en cada cultura y en cada sujeto.
Una de las ideas centrales, desde un punto de vista descriptivo, es que los modos de pensar, sentir y comportarse de ambos géneros, más que tener una base natural e invariable, se deben a construcciones sociales y familiares asignadas de manera diferenciada a mujeres a hombres. Por medio de tal asignación, a partir de estadios muy tempranos en la vida de cada infante humano, unas y otros incorporan ciertas pautas de configuración psíquica y social, que dan origen a la feminidad y la masculinidad. Desde este criterio descriptivo, el género se define como la red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes, valores, conductas y actividades que diferencian a mujeres y a hombres.
Tal diferenciación es producto de un largo proceso historio de construcción social, que no solo produce diferencia entre los géneros femenino y masculino, si no que a la vez, estas diferencias implican desigualdades y jerarquías entre ambos. Los estudios de género utilizan una perspectiva de análisis de las diferencias en general, que denuncia la lógica binaria con que se perciben, en este caso la diferencia sexual.
El genero como categoría de análisis tiene varios rasgos característicos:
• Es siempre relacional: nunca aparecer de forma aislada sino marcando su conexión. Por ello, cuando me refiero a los estudios de género siempre aludo a los que remiten a las relaciones entre el género femenino y el género masculino. Hasta ahora, en los estudios de género se ha puesto énfasis en que tales relaciones son de poder. La mayoría de los estudios se han centrado en la predominancia del ejercicio del poder de los afectos en el género femenino y el poder racional y económico en el género masculino.
• Construcción histórico social: se fue produciendo a lo largo del tiempo de distintas maneras. Algunas historiadoras, como R. Pastor señalan que el discurso histórico ha implicado relaciones de subordinación en las significaciones del género, con un peso muy importante otorgado a instituciones tales como religión, criterios médicos y científicos, y aparatos jurídicos.
Otro rasgo es que la noción de género suele ofrecer dificultades cuando ese lo considera un concepto totalizador, que vuelve invisible la variedad de determinaciones con que nos construimos como sujetos: raza, religión, clase social, etcétera. Todos estos son factores que se entrecruzara durante la constitución de nuestra subjetividad; por lo tanto, el género jamás aparece en forma pura sino entrecruzada con estos otros aspectos determinantes de la subjetividad humana.
Roles de Género
Son aquellas expectativas sociales creadas en torno al comportamiento femenino y masculino. Son construcciones sociales de lo que se espera sea el comportamiento de la mujer y del hombre.
Contienen autoconceptos, características psicológicas, así como roles familiar, ocupacional y político que se asignan a uno y otro sexo de acuerdo con dicotomías que los separan y los consideran como opuestos. Así se espera que las mujeres sean pasivas, dependientes y cariñosas, mientras que los hombres agresivos, competitivos e independientes. En este contexto se concibe al hombre como el modelo frente al que se compara al otro grupo, las mujeres.
Un ejemplo de cómo los roles de género son construidos socialmente y representan elaboraciones culturales de roles sexuales biológicos; lo constituye el parir. Este es un rol sexual que sólo las mujeres pueden cumplir, el embarazo, la crianza y cuidado de los hijos es un rol que tanto el hombre como la mujer pueden desempeñar, pero que culturalmente se le ha asignado a la mujer –por ser quien pare-, constituyéndose en la tarea central del rol del género femenino, entendiéndose por lo general como un imperativo biológico, como rasgo “natural” de las mujeres.
El sistema Sexo – Género
En todas las sociedades, los roles sexuales y de género se interrelacionan dinámicamente en conjunto con otras variables como edad, clase, religión, estado civil, grupo étnico y raza. Pero a pesar de que las diferencias biológicas sexuales están presentes en todas las sociedades, los roles de género cambian de cultura en cultura.
Lo que los hombres hacen en una sociedad, no lo hacen en otras, por ejemplo, el cuidado de los niños y la caza. Los cambios también ocurren en una misma sociedad por períodos o por opción personal.
Sexo y Género están en todas partes combinados en sistemas que canalizan a mujeres y hombres hacia roles complementarios que requieren de áreas excluyentes y que reportan satisfacciones distintas.
La Relación de Poder Simbolizada en los roles de Género
Las relaciones que se establecen entre mujeres y hombres en el marco de los roles de género, expresa roles de poder que sirven de modelo para otras relaciones de poder. Los roles y posiciones que desempeñan mujer y hombre en la sociedad, sus diferentes responsabilidades y privilegios y su control desigual sobre los recursos, indican la presencia de diferencias significativas de poder entre ellos. Esta diferenciación provee la racionalidad que justifica relaciones de poder desiguales y la discriminación de las mujeres. Una vez que estos arreglos se establecen, aquellos que se han acostumbrado a disfrutar de más privilegios y poder, encuentran natural y necesario defender este estado de cosas, aún cuando atente contra el principio de igualdad.
PODER
Proceso mediante el cual las personas o grupos ganan o mantienen la capacidad para imponer su influencia sobre otros.
Una vez que el poder queda establecido, el empleo explícito de castigos y premios es casi innecesario.
El control de recursos, principalmente recursos institucionales, es un aspecto vital de toda relación, de poder. Recursos relacionados con los valores centrales de la sociedad son particularmente importantes porque representan contribuciones a los procesos sociales, por ejemplo, la tierra.
Los más poderosos controlan las principales instituciones de la sociedad, así como los recursos económicos, sociales y políticos que son producidos por estas instituciones. Las instituciones sociales constantemente validan los juicios y valores empleados en su creación y mantenimiento. Los poderosos usan los recursos institucionales para premiar a quienes colaboran y cumplen, así como para castigar a quienes se resisten.
SEXUALIDAD
Historia y diversidad cultural.
Civilizaciones de la antigüedad.
Con la llegada del judaísmo se dan interacciones interesantes ante la sexualidad. En el Antiguo Testamento, fuente original de la ley judía, se señalan las normas que regulaban la conducta sexual de la época. Así, en Éxodo en los diez mandamientos, se prohíbe el adulterio, reforzándose en Levítico: “no pecarás con la mujer de tu prójimo ni te contaminarás con tal unión”. Aparece proscrita la homosexualidad en Levítico: “no cometerás pecado de sodomía porque es una abominación” y aparece el tabú de la desnudez en Levítico y la prohibición del incesto en Levítico: “nadie se juntará carnalmente con su consanguinidad, ni tendrá que ver con ella”. También en Corintios se hace evidente la prohibición del incesto. En esta cultura, el matrimonio tenía como finalidad la descendencia y la esposa hebrea tenía el “privilegio” de compartir los favores del esposo con otras esposas secundarias, pero si ella era infiel era apedreada. Dentro de la cultura egipcia el incesto estaba permitido y la circuncisión, práctica adoptada posteriormente por los judíos, tenía un carácter ritual en la ceremonia de iniciación de la adolescencia. En Grecia, se toleraba la homosexualidad masculina entre adultos y adolescentes púberes dentro de un contexto educativo, en el que el adulto tenía la función de educar. . La mujer era como un ciudadano de segunda categoría y era ante todo una “gyne”, cuyo significado era “portadora de hijos”. En resumen
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