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Hacia Una Definición De La Literatura Infantil


Enviado por   •  14 de Marzo de 2014  •  1.575 Palabras (7 Páginas)  •  218 Visitas

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Hacia una definición de la Literatura Infantil

Una clara delimitación conceptual de la Litera¬tura Infantil es premisa básica para el más com¬pleto aprovechamiento didáctico de sus posibi¬lidades.

Esta intención definidora es, por otra parte, una constante en las aproximaciones teó¬ricas a estas manifestaciones literarias.

La di¬versidad de enfoques posibles al encararlas, los dispares intereses que mueven a los teóricos o a los investigadores, unidos a la propia ambi¬güedad en la esencia de la Literatura (Escarpit, 1974, p. 13), justifican la reflexión inicial sobre qué es y cuáles son los rasgos de esta realidad artística.

La pregunta sobre la existencia de la Litera¬tura Infantil es ya clásica en los estudios dedi¬cados a exponer los supuestos fundamentales desde los que analizarla (Bravo-Villasante, 1957, ed. 1983, p. 9; Jesualdo, 1973, p. 13; Jan, 1977, p. 27; L. Tamés, 1985, p. 15).

Y las res¬puestas ofrecidas se sitúan entre dos posturas de radical oposición:

la negación a admitir su existencia como posibilidad estética —pues se considera anulada por el condicionamiento del destinatario

y por la noción de utilidad (Croce, 1938, p. 67; Carandell, 1976)— o la defensa de su tradición histórica como género (Bravo-Vi¬llasante, 1957, ed. 1983) y el reconocimiento de sus peculiaridades como fenómeno semiológico (Soriano, 1975).

Este problema nos aboca a una toma de posturas, desde la que consideramos inconse¬cuente el plantearse dudas sobre la existencia de la Literatura Infantil, pues otra cosa es la concreción de la realidad así denominada.

Es decir, más que preguntar si existe, o si « ¿hay una esfera de creación para la infancia y la adolescencia?»: (L. Tamés, 1985, p. 15), pre¬ferimos que la cuestión a plantear sea «¿a qué llamamos Literatura Infantil?». Acerca de ella, todas las respuestas posibles no pueden olvidar o preterir que estamos ante un hecho literario.

Por tal razón, creemos conveniente recordar la esclarecedora precisión de Escarpit (1977) sobre la evolución de los valores semán¬ticos del término «Literatura» y su dimensión sociológica, y otra, no menos válida, de Aguiar e Silva desde la que se denomina con este término a un conjunto de creaciones par¬ticularizadas y con formas más o menos espe¬cíficas, impuestas por su origen, por su te¬mática o por su intención (Aguiar e Silva, 1972, página 13).

2.1 Problemática en la delimitación del término «Literatura Infantil»

A partir de esa existencia incuestionable, nos enfrentamos a las dificultades generales ya señaladas para la definición del hecho y la esencia de la Literatura: los valores polisémicos de este término, las variaciones en la pro¬pia evolución del concepto y las frecuentes imprecisiones a la hora de su empleo. Sobre esto último, un ejemplo de la muy discutible utilización de la denominación «Literatura Infantil» nos la ofrece el criterio clasificador de las ediciones de libros dedicados a la in¬fancia, cuando en el apartado 0.15 del I.S.B.N. (International Standard Book Number) se agru¬pan obras tan dispares como los libros de co¬nocimientos instructivos, de iniciación a las aficiones científicas o técnicas, junto a los libros de imágenes, los dedicados a las recreaciones novelescas, las obras dramáticas o los poemas dedicados a la infancia (Cendán Pazos, 1986, pp. 81-87).

La propia indeterminación del concepto jus¬tifica los intentos por ampliar la denominación «Literatura Infantil» con la adopción de fórmu¬las breves, sencillas, sin aparentes problemas para encuadrar unas creaciones sobre las que, intuitivamente, existe una certeza de ser aptas para tal consideración:

«La literatura infantil es la que se escribe para los niños —desde los cua¬tro a esa línea incierta de los catorce o quince años— y que los niños leen con agrado» (Bravo-Villasante, 1957, ed. 1983, p. 9);

«La litera¬tura juvenil... comprende desde los cuadernos para los más chicos, pasando por los libros espléndidamente ilustrados para niños, hasta las lecturas en volumen y en periódico para ado¬lescentes, nutre y se nutre de aportaciones ofre¬cidas por las modernas técnicas audiovisuales y llega hasta la divulgación científica verdadera y ampliamente tal» (Petrini, 1958, p. 15);

«las creaciones de los adultos que pueden destinar¬se a un público infantil» (Pastoriza de Etchebame, 1962, p. 3); «se entiende por Literatura Infantil toda obra, concebida o no deliberada¬mente para los niños, que posea valores éticos y estéticos necesarios para satisfacer sus intere¬ses y necesidades» (Cresta de Leguizamón, 1984, p. 28)...

Pluralidad de actitudes e interpretaciones, propiciada por la ambigüedad del término «literatura» y la no menos controvertida del carácter «infantil».

Soslayemos las pretensio¬nes por conseguir un concepto totalizador y admitamos sólo las precisiones desde la con¬sideración de Literatura Infantil como una particular —no aislada o marginada, ni de¬gradada— actividad estética y sus creaciones, como productos de esa misma concepción del Arte.

La esencia de la Literatura reside en su ca¬rácter de manifestación peculiar de la expresión verbal.

Oral o escrita.

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