JUEGO DE ROL
ahernandezz5 de Diciembre de 2014
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JUEGO DE ROL
Un juego de rol es una dramatización improvisada en que las personas participantes asumen el papel de una situación previamente establecida como preparación para enfrentarse a una situación similar o para aproximarse a una situación lejana o antigua. La actividad puede formar parte de un taller de Educación para la Paz para ad¬quirir nuevas actitudes o incluso para preparar una campaña de actividades.
Posibles objetivos:
• Ayudar a examinar problemas reales a nivel teórico, emocional y físico.
• Probar y analizar situaciones, teorías y tácti¬cas.
• Comprender a las personas y el papel que desempeñan.
• Entender los pensamientos y sentimientos de las personas "oponentes".
• Anticiparse a nuevas situaciones.
• Sacar fuera temores, ansiedades y otros sen¬timientos que las personas suelen tener ante una acción.
• Conseguir más información.
• Desarrollar la cohesión de grupo.
• Aprender nuevas destrezas ante ciertas situaciones y experimentar su utilización.
• Adquirir confianza y competencia individual y grupal.
Descripción:
1. Seleccionar una situación: Las personas par¬ticipantes han de ser conscientes de las razo¬nes por las que quieren realizar un juego de rol de manera que puedan elegir una situa¬ción significativa. ¿Qué se quiere examinar? La persona facilitadora puede sugerir una si¬tuación o se puede diseñar en grupo. Una si¬tuación sin importancia aburrirá a quienes participan. Una situación simple, sencilla es mejor. Y es más fácil de utilizar si tiene una posible solución aunque sea imprevista.
Nota: Un juego de rol no es un psico¬drama en el que las personas actúan unas con otras manifestando sus propios proble¬mas personales y manteniendo su propia identidad como ejercicio de terapia.
El juego de rol es un sociodrama. Repre¬senta una situación social asumiendo la iden¬tidad de un personaje. Se pide a las personas que partici¬pan que desarrollen una situación inven¬tada de unas personas diferentes a sí mismas que han observado o imaginado en alguna ocasión.
2. Explicar la situación: Para que no haya con¬fusión, aclaramos cuidadosamente qué per¬sonajes participan y cómo es el escenario de actuación. Además debe estar claro el senti¬do de la actividad y el ambiente global gene¬ral en que se desenvuelve la situación elegida para representar. Se debe diseñar clara¬mente y con precisión la situación o los pape¬les a desempeñar pero no ambas cosas. De lo contrario no se deja espacio a la esponta¬neidad.
3. Elegir papeles: Nos ponemos de acuerdo para elegir los papeles participantes en la situa¬ción. Es interesante meterse en un personaje con el que no nos identificamos. Ayuda mu¬cho el hecho de ponerse un nombre ficticio aunque luego no se use.
4. Preparar a quienes participan: Dejamos unos minutos para que la gente se meta en sus papeles, decida una perspectiva general y planifique su estrategia. Ayuda mucho el he¬cho de pensar en otros aspectos de su perso¬naje (trabajo, familia, personalidad, motiva¬ciones, . . . ) para que la actuación sea más realista. Si el personaje es de difícil interpretación, haremos algunos ejercicios de reflexión y expresión corporal que nos preparen para actuar con más facilidad. Este es el momento en el que daremos en privado las instrucciones específicas o secretas para al¬gún personaje, si es que las hay.
5. Preparar a quienes observan: La observación es tan importante como el juego. Pueden ser observadoras las personas del grupo que han quedado sin personaje o quienes son muy tímidas para participar aunque con un pe¬queño precalentamiento podemos facilitar el que todas participen. Podemos sugerir a las observadoras que tengan en cuenta algunos elementos que nos interesan de forma espe¬cial.
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