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LIDERAZGO Y PODER EN LA ESCUELA


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2012  •  1.314 Palabras (6 Páginas)  •  585 Visitas

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Liderazgo y poder en la escuela.

Los trabajos en materia de educación en México son amplios, no solamente se han hecho esfuerzos por abatir el rezago educativo, sino que también se ha procurado incorporar al sistema educativo a todos los niños y adolescentes del país. Con el paso de los años, la educación en el mundo y en México ha incorporado elementos en boga, tales como innovaciones educativas, introducción de tecnologías en el aula, liderazgo, etcétera.

En consonancia con el párrafo anterior, el liderazgo en la escuela debe ser considerado no sólo desde el enfoque de encabezar o “liderar” las negociaciones de dentro de ella o procurar ser la mejor en su ramo, sino también en función del perfil necesario para ser un negociador exitoso.

Ciertamente el liderazgo es el proceso por el cual un miembro del equipo (líder) influye en los otros miembros hacia la obtención de metas grupales compartidas (Morris, 1997). Pero nótese un aspecto importante de este concepto de liderazgo: el líder influye en los demás; y en tanto que tiene capacidad para influir, tiene capacidad para convencer.

Por eso el líder no sólo funciona como tal hacia adentro de la organización, sino también hacia afuera. El líder debe ser no solamente el que impulsa y motiva a todos, sino también el que marca las pautas generales de la escuela y en particular, las directrices para la negociación.

Según Morris (1997), la teoría del liderazgo del gran hombre dice que los líderes poseen rasgos esenciales que los distinguen de otros seres humanos; más aún esos rasgos permanecen estables con el paso del tiempo y entre culturas, de modo que un gran líder sería grande en cualquier momento y en cualquier lugar. Un examen de psicología, dicen Shriberg, Shriberg y Lloyd (2004), no nos brinda todas las respuestas a estas preguntas, pero hay dos elementos esenciales del empalme entre la psicología y el liderazgo: personalidad y motivación.

En el tema de la motivación prácticamente todas las teorías apuntan hacia la idea de cómo el líder puede motivar a los demás o en términos más generales, cómo pueden ser motivadas las personas, lo que ciertamente es importante en las negociaciones empresariales en función de motivar a creernos a quien pretendemos convencer, pero menos teorías hablan de la auto motivación, tan importante como la motivación a los demás.

Así, la motivación debemos verla en función de dos ángulos: de cómo motivamos a las demás personas y de cómo nos motivamos a nosotros mismos, ya que ambas vertientes influyen para tener negociaciones empresariales exitosas. Shriberg, Shriberg y Lloyd (2004) citan a Batten, quien dice que debemos deshacernos de la vieja idea de que un líder puede brindar motivación. Toda motivación es auto motivación. Simplemente no podemos y no debemos proponernos imbuir motivación desde fuera. El líder excelente hace todo lo que está en su poder por proporcionar el ambiente, los estímulos y el ejemplo, pero toda motivación auténtica es autogenerada. Sólo individuos maduros y actualizados pueden ir más allá de sí mismos.

Los líderes ayudan a las personas a ser cuidadosas, dicen Dean y Mary Tjosvold, autoridades reconocidas e liderazgo e integración de equipos (citados por Shriberg, Shriberg y Lloyd, 2004). Si los seguidores no están motivados para realizar sus labores, ellos aconsejan que los líderes sean “psicológicamente competentes”; que los líderes cuenten con las habilidades interpersonales que les permitan conseguir la participación de los demás y trabajar juntos en lo que ellos llaman la “línea última de la cooperación”.

Estimular con eficacia a los demás, para que participen en un esfuerzo compartido, implica atender las necesidades de los individuos para que actúen a favor de su realización personal. El liderazgo en la escuela por consiguiente también se trata de una buena estrategia, ya que en la opinión de Shiriberg (2004) “La vida es aspiración. Las personas con deseos de aprender y esforzarse son felices y buenos trabajadores. Tienen iniciativa e imaginación y las compañías para las que trabajan rara vez se duermen en su laureles”.

Stuart R. Levine y Michael A. Crom (citados también por citados por Shriberg, Shriberg y Lloyd, 2004), mencionan que los empleados pueden llegar a desvivirse para satisfacer a los clientes, pero que sólo van a actuar así si sienten que son parte importante de la organización. Por eso es menester respetar a los empleados e incluirlos en una visión corporativa, que puedan hacer suya. Además, las personas deben tener un interés en sus vidas laborales razón por la que es necesario recompensar, elogiar y celebrar sus éxitos. Sus fracasos deben manejarse con prudencia. En este contexto, los autores citados revelan tres principios subyacentes que deben atenderse para que la motivación sea eficaz:

Se debe incluir a los empleados en todas las partes del proceso, en cada paso del camino. Aquí la clave está en el trabajo en equipo, no en la jerarquía.

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