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La Didactica


Enviado por   •  9 de Junio de 2013  •  1.253 Palabras (6 Páginas)  •  252 Visitas

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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO PEDAGÓGICO RURAL “GERVASIO RUBIO”

SUBDIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

MARCO EPISTEMOLÓGICO DE LA DIDÁCTICA

(ENSAYO)

Autor: Luis J. Rangel D.

Fecha: Junio 2009

La sociedad del conocimiento se fundamenta en la inteligencia humana, en el saber hacer y en la capacidad de adaptación y de creación, lo que exige individuos preparados para producir nuevos conocimientos y aptos para utilizarlos de manera creativa; seres capaces de conocer y conocerse, es allí donde surgen las siguientes interrogantes: ¿Son las instituciones de educación pertinentes con las demandas de la sociedad del conocimiento? ¿Están en capacidad de asumir los retos que la educación exige?

La educación comparada como ciencia aporta teorías, métodos, técnicas y herramientas procedimentales para percibir, describir, delimitar, analizar e interpretar realidades institucionales concretas a fin de conocer, entender relacionar y dar respuestas que reorienten el hecho educativo, Cowen (2002) sugiere que en las “ideas-clave” de la educación comparada, es decir, aquellos conceptos que aparecen en toda literatura de la educación comparada de los últimos doscientos años, se incluyen las nociones del tiempo y del espacio, el estado, la cultura, los sistemas educativos, la identidad pedagógica y el concepto de transferencia educativa, cuya finalidad radica en establecer relaciones del hecho educativo y su entorno, a partir de ellos extraer tendencias, conocer los porqué de los éxitos o los fracasos y establecer inferencias en relación con los modelos educativos y los factores contextuales de importancia.

Asimismo la Didáctica consigue llegar a su plenitud cuando el ser humano al que se dirige logra integrar los aprendizajes por medio de procesos culturales siendo capaz de generar nuevas respuestas con ello, es por ello que aparece en el escenario francés en la década de los setenta y obedece a las transformaciones políticas, económicas y culturales que la sociedad francesa vivió durante esta década. La transformación del sistema escolar vio la necesidad de formar un cuerpo de investigadores capaces de comprender la complejidad de la educación. A la par, el sistema político trazó los lineamientos y fijó las normas y modos de certificación de tal saber. Estos dos elementos constituirían la base de un nuevo campo de saber universitario cuyo nombre es Ciencias de la Educación.

Históricamente la Didáctica se ha ocupado de dos actividades: aprender y enseñar y las ha realizado desde cuatro dimensiones: (a) La didáctica como técnica: Conjunto de técnicas y métodos que sirven para lograr mejores resultados; (b) La didáctica empírico–científica: Estudio de la enseñanza como disciplina científica que planifica situaciones y las analiza junto a sus resultados; (c) La didáctica sistémica: Ciencia que teoriza la producción y la comunicación del saber en su autonomía con otras ciencias; y (d) La didáctica interpretativa y explicativa.

Es así como, la aparición de una disciplina es consecuencia del planteamiento de determinadas cuestiones sobra un tema en concreto, pues los distintos campos del conocimiento se han cultivado antes de que existieran técnicos, ingenieros y licenciados y, por tanto comenzó a enseñarse mucho antes de que existiera el espacio disciplinar de la enseñanza, es decir, la didáctica.

Desde el punto de vista etimológico, y si se remonta a los tiempos más antiguos, los ámbitos de estudio de la didáctica han sido desde siempre la enseñanza y la instrucción. El término didáctica deriva del verbo griego didaskao (enseñar, enseño), que significa literalmente lo relativo a la enseñanza, a la actividad instructiva. Por tanto, y de acuerdo con esta acepción, se podría definir la didáctica como la ciencia o el arte de enseñar. En el mismo plano de conceptualizaciones, Medina (2005), define la didáctica en su doble raíz: docere, enselar y discere, se corresponde con la evolución de dos vocablos esenciales, dado que, a la vez, las actividades de enseñar y aprender reclaman la interacción entre los agentes que realizan. Desde una visión activo-participativa de la didáctica, el docente es el que enseña pero a la vez, es el más aprende en este proceso de mejora continua de la tarea de coaprender con los colegas y estudiantes.

Posteriormente, en la Grecia clásica los diálogos socráticos fueron las primeras contribuciones a la labor formativa y didáctica, así como las aportaciones de Platón en La República y en la Carta VII. Sin, embargo, desde la perspectiva histórica, se considera a los sofistas los iniciadores de la técnica didáctica. El nacimiento de la didáctica tal y como hoy se concibe se debe a San Agustín (354-430), constituye un auténtico tratado sobre esta disciplina. Otra figura importante fue San lsidoro (hacia 560-636), quien en sus Etimologías, el principal texto de la Edad Media sobre didáctica, concedió un valor fundamental a los contenidos que se deben aprender y en los que se apoya el proceso de la enseñanza. Por último, aunque bastante más tarde, se encuentra a H. de S. Victor (1098-1411), quien, en Eruditio Didascalia, destacó el enciclopedismo de los conocimientos y estructuró los contenidos en cuatro ciencias básicas: teóricas, prácticas, mecánicas y lógicas. En esta misma obra se ocupó de cómo mejorar las condiciones de estudio.

En efecto, la didáctica se dedica a reflexionar la génesis del saber y para ello se arma de unos referentes epistemológicos importantes. En primer lugar, el saber disciplinar es una forma de comprensión del quehacer de la ciencia, pues explica su actividad y los resultados que arroja; en segundo lugar, analiza los conceptos que la ciencia produce y que se desplazan hacia la escuela para ser enseñados; en tercer lugar, crea una gramática para pesar las condiciones sociales y políticas del saber científico y sus pasarelas en las instituciones como la escuela; en cuarto lugar, busca lo específico de cada saber para, desde ellos, construir los medios que faciliten su divulgación y, finalmente, crea un cuerpo teórico capaz de forjar un territorio de explicación y de técnicas necesarias para los aprendizajes.

El objeto disciplinar se encuentra en el saber y la manera como es abordado, pero también en cada uno de los conceptos que ella ha construido. Por ejemplo, la transposición didáctica permite el paso del saber científico al saber enseñado; el contrato didáctico, las expectativas que surgen en la relación alumno, profesor y saber; el objetivo obstáculo se refiere a las estrategias que el didacta crea para que el alumno pueda aprender, y la situación didáctica, el conjunto de condiciones que tienen lugar en el aula de clase y que juegan un rol determinante en los procesos de aprendizaje. Por esto, los conceptos permiten visualizar el conjunto de problemas que circulan en un espacio de saber, ventilan sus contradicciones y forjan los límites para su visualización.

REFERENCIAS

Bunge, M. (1985). La investigación científica. Barcelona, España. Editorial Ariel.

Contreras, J. (1991). Enseñanza, currículo y profesorado. Introducción crítica a la didáctica. Madrid, España. Editorial Akal.

Cowen, A. (2002). La corriente didáctica. En La pedagogía hoy. México: Fondo de Cultura Económica.

Fernández, U. (1979). Estructura y didáctica de las ciencias. Madrid: MEC.

Furió, C. Y Gil, D. (1989). La didáctica de las ciencias en la formación inicial del profesorado: Una orientación y un programa teóricamente fundamentados. Enseñanza de las Ciencias. Barcelona, España. Editorial Grao.

Medina, R. (2005). Didáctica como un sistema complejo. Memorias del 1er. Congreso del Pensamiento Complejo. Tomo II. Bogotá.

Morín, E. (1982), Science aves conscience, París, Fayard. Nueva edición corregida, colección Points, 1990. Ciencia con conciencia. Barcelona, España. Editorial Antrophos.

Norman, D. (1982). Learning and Memory. Nueva York: W.H. Freeman and Company. (Trad. Cast. El aprendizaje y la memoria. Madrid, España. Editorial Alianza, 1985)

Pérez, A. (1989). La investigación didáctica, modelos y perspectivas. La enseñanza: su teoría y su práctica. Madrid. España. Editorial Akal.

Porlán, R. (1993). La didáctica de las ciencias. Una disciplina emergente. Cuadernos de Pedagogía. Editorial Siglo XXI. México.

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