La escuela que aprende
Javier Morant EscriváResumen1 de Marzo de 2022
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LA ESCUELA QUE APRENDE
Es importante destacar que en el ámbito escolar es necesario que la escuela tenga algunos objetivos o “metas” definidas como mejorar la formación de la sociedad y consecuentemente, mejorar la formación de futuros profesionales en el mundo laboral. Es por lo que Miguel Ángel Santos Guerra nos propone una cuestión importante; “¿Qué tienen que aprender las escuelas?” Y es que la única forma de que el sistema educativo mejore es que, no solo los propios docentes y alumnos aprendan, sino que la escuela, como institución, tenga la capacidad de aprender y así saber determinar que deben enseñar, a quién y cómo hacerlo.[pic 1]
La escuela, y en concreto los docentes deben “Mirarse el ombligo” y no echar la culpa solo al sistema educativo, sino que es necesario que tengan un mínimo de autocrítica y replantearse aquello que están haciendo mal, aunque para ello tengan que cambiar/modificar los “mecanismos de aprendizaje”. Para que las escuelas sean capaces de aprender hay veces que deben ayudarse mediante la interrogación, la investigación, el diálogo, la comprensión, la mejora, la escritura, la difusión, el debate, el compromiso o la exigencia, sustantivos que denotan el compromiso por mejorar y llevar a la escuela hacia un camino correcto dónde se adapte a las circunstancias, evitando así el exceso de fracaso e ir mejorando con el paso del tiempo. La escuela y la cultura siempre han estado relacionados, aunque se debería valorar esa cultura, para hacer una crítica constructiva a través de la enseñanza y así utilizarla como un recurso que permita realizar la función de enseñar a la escuela de manera correcta; Es por esta razón que, si nos fijamos, dentro de la escuela, existe la llamada cultura escolar, es decir su “propia identidad” que hace que se organice de una manera u otra.
Por otra parte, sabemos que en la escuela existen numerosos casos en los cuales, los alumnos acuden a esta de manera forzada y obligados por los padres, sobre todo en edades avanzadas que provocan un desinterés y un mal comportamiento que, muchas veces llega a ser insostenible. La escuela, como hemos visto en el aula, puede llegar a tener fines bastante contradictorios entre sí, ya que, se pide que eduquen a los alumnos/as de determinada forma, aunque existen grandes discrepancias entre estos conceptos y valores para cada una de las escuelas. Cabe destacar también que Miguel Ángel Santos Guerra define el término escuela como “conjunto de los miembros que integran una comunidad que trabajan” en la educación en una estructura regulada”, desde el punto de vista de la organización escolar, cada escuela debe conocer su cultura e intentar crear una propia para poder controlar así el comportamiento de sus miembros; Además, la escuela cuenta con una clara organización jerárquica que permite que los centros tengan diferentes figuras entre ellas destacan los órganos de coordinación docente que permiten el funcionamiento de la escuela, evaluando también las necesidades de los alumnos y , ayudando también, a que la escuela pueda mejorar.
Además, como nos indica el autor, en las escuelas existe un currículum que indica lo que los alumnos deben aprender a lo largo del curso y también la manera de enseñarlo y evaluarlo, pero Santos Guerra plantea el problema, que es la ausencia de un currículum para la propia escuela, haciendo referencia así a aquello que la escuela debe aprender, cómo y cuando se va a realizar, o incluso la cantidad de problemas que pueden surgir al llevarlo a cabo. Esta serie de problemas pueden solucionarse de una forma sencilla como la cooperación entre los docentes y el alumnado para así “allanar el camino” y estar, a su vez, aprendiendo y motivando a mejorar.
El libro “La Escuela que aprende” ofrece un análisis muy detallado de lo que la escuela debe aprender, con el objetivo de mejorar así la sociedad, aunque es verdad que existen diferentes obstáculos/problemas que hacen que la escuela no pueda realizar un buen aprendizaje y es que cuando una escuela tiene rutinas muy estrictas es difícil luego cambiar esos mecanismos; Santos Guerra plantea la cuestión de lo que pasaría si durante el verano se anulase la legislación vigente y cada centro tuviera que actuar por su cuenta, desde mi punto de vista sería un error bastante grave ya que aunque cada centro tendría libertad de escoger su normativa, habrían infinidad de vacíos legales que no se podrían llegar a cubrir y que llevaría a una educación descoordinada que estaría muy lejos del objetivo de mejorar la sociedad.
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