La Escuela Que Aprende
tmayogus4 de Junio de 2014
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3. Aprender a interactuar con los compañeros y la sociedad
El éxito del aprendizaje radica cuando el aprendiente interactúa con los compañeros para internalizar el dominio de las habilidades de pensamiento de orden superior. Este aprendizaje consiste en un crecimiento individual y del grupo de estudio para conocer los ámbitos de actuación sobre preguntas y respuestas que contribuyen a la formación de la criticidad, de la libertad, de la autonomía, del reconocimiento y respeto al otro, del trabajo en equipo, de la capacidad de indagar y explorar la información, de la producción de conceptos y teorías, de acercarse o establecer un nuevo paradigma del conocimiento problematizado. Aprender a interactuar con otros, es aprender a reconocer la asertividad del conocimiento mancomunado, producto de una reflexión social que logra falsear y validar la dialéctica de un conocimiento sustentado en el error y la certeza discursiva del grupo con base en la confrontación del conocimiento objetivo.
Aprender a interactuar con los compañeros, es aprender a compartir las creencias, las costumbres y los valores, sobre todo, aprender ayudarse, partiendo de menos a más en el proceso de aprendizaje. Por tanto,
El papel del alumno no debería ser siempre el del subordinado que ejecuta actividades. Debe también tener desde temprano la oportunidad de planificar un trabajo y guiar a un grupo en su ejecución. Para ello está el trabajo de grupo, realizado no solo en organización igualitaria con igualdad de condiciones para todos los miembros, sino también de vez en cuando de manera que algunos alumnos tomen la responsabilidad de la planificación y la ejecución de una tarea. Conocen de esta manera el problema de liderazgo, y se ejercitan en ello.
El aprendizaje social es una forma de convivencia sociocultural, intelectual y moral en donde todos los participantes tienen la oportunidad desempeñar diferentes roles para tomar conciencia de la Otredad e involucrarlo en el proyecto de vida personal. El aprendizaje adquiere una relevancia democrática al entender cómo el Otro puede aportar y cambiar los proceso cognitivos y meta cognitivos con la solidaridad y la cooperación del grupo, constituyéndose en un equipo cualificado y con sensibilidad social. Por consiguiente, el aprendiente que logre trabajar en equipo tiene garantizado el 50% del aprendizaje en la educación superior.
4. Uso y generación del conocimiento
El aprendizaje autónomo tiene relevancia cuando el aprendiente analiza, transfiere y aplica los conceptos en el mundo cotidiano, en el mundo laboral y en el mundo del conocimiento científico. El uso y la generación de conceptos en el proceso de aprendizaje es importante para producir pequeñas o grandes innovaciones conceptuales que beneficien a la sociedad y contribuya a solucionar problemas que afectan a la sociedad en el campo de la salud, la medicina, los negocios internacionales, el mercadeo, la productividad, la empresa, la pedagogía, la didáctica, etc. De tal manera que la producción de nuevos conceptos basada en la dialéctica del conocimiento conlleva a la producción de conceptos más complejos según los problemas que aborde el pensamiento hipotético.
El uso y la generación de conceptos se relacionan con la utilidad de los mismos en el saber hacer en un contexto o una situación determinada. Por consiguiente, a mayor apropiación de representaciones ideales (producción cognitiva) mayor es la capacidad de abstracción, de producción de conceptos o de teorías, facilitando la comprensión de los problemas de orden disciplinar, científico y tecnológico, de acuerdo con el grado de consciencia y de control en la producción del conocimiento. Por ello, Vigotsky sostiene que
Las leyes de Claparéde establecen que cuanto más fácilmente usamos una relación en la actividad, menos consciente somos de ella; tomamos consciencia de lo que estamos haciendo en proporción a la dificultad que experimentamos para adaptarnos a una situación…Durante este periodo las operaciones mentales del niño entran repetidamente en conflicto con el pensamiento adulto, sufren fracasos y derrotas a raíz de la deficiencia de su lógica, y estas experiencias dolorosas crean la necesidad de cobrar conciencia de sus conceptos.
La toma de conciencia del modo cómo analiza, transfiere y produce conceptos permite que el aprendiente comprenda y explique por sí mismo el concepto, entendiendo el uso y la aplicación del mismo en el diario quehacer de la vida. Al internalizar y entender el concepto puede representarlo en forma abstracta para la apropiación de nuevos conceptos que contribuyen a la producción de nuevos conceptos o teorías. Estos conceptos se construyen mediante un conocimiento sensorial o experiencial o, un conocimiento basado en la exposición de razones, la cuales pueden ser verdaderas o falsas. Por ejemplo: los griegos plantearon la teoría del átomo sin tener un experiencia real de cómo funciona en el campo de la ciencia. Sin embargo, este razonamiento fue validado posteriormente en el campo de la física, evidenciando que no era un postulado falso.
Los filósofos sostienen que los atomistas como Leucipo de Mileto y Demócrito de Abdera (- 460 a – 370) formularon la primera teoría del materialismo al conciliar el devenir y el ser. Por esta razón
Los átomos son partículas indivisibles, simples, indestructibles, externas e inmutables, y no son más que pura extensión. Cualitativamente son homogéneos y solamente difieren por caracteres “cuantitativos” como la forma, dimensión, peso, magnitud y posición. De su unión resultan los diferentes cuerpos que componen el cosmos. Todo se compone de átomos, aun el alma: de lo microscópico a lo microscópico. Es una diseminación de infinitos elementos sólidos e indivisibles en la infinitud del espacio. (p, 22).
El anterior ejemplo sirve para demostrar que la producción de conceptos debe ir en búsqueda de la verdad del conocimiento, los cuales tienen que pasar por la etapa de la contrastación y la verificación. Es decir, el aprendiente formula conceptos verdaderos relacionados con la utilidad y aplicación de los mismos en diversos entornos del mundo de la vida (la política, la economía, la cultura, la ciencia y la tecnología, el arte, las profesiones, las disciplinas y otros), percibiendo el significado de la realidad para entenderla y explicarla, con el fin de producir de modo conciente nuevos conceptos que responda a la problemática que plantea el hombre contemporáneo en la sociedad del conocimiento. Vygotsky en su obra “Pensamiento y Lenguaje” sostiene que un concepto es controlado cuando se tiene la conciencia del significado, denominándosele al proceso también generalización. Por consiguiente, se produce una jerarquía de conceptos relacionados en diferentes grados de generalidad.
El siguiente ejemplo ilustra con claridad la ilustración de un concepto y los diversos grados de generalización:
Un niño aprende la palabra flor, y poco tiempo después rosa; durante un lapso prolongado el concepto “flor”, aunque de aplicación mucho más amplia que rosa, no lo es aún para el niño. Él no incluye o subordina el vocablo “rosa”; las dos son intercambiables y se yuxtaponen. Cuando la expresión “flor” se convierte en generalizada, la relación de “flor” y “rosa”, así como la de “flor” y otros conceptos subordinados también cambian en la mente infantil, y comienza a formarse un sistema.
Un aprendiente autónomo que posea un repertorio de sistemas conceptuales, tendrá mayor oportunidad para relacionarlo con el conocimiento previo y la adquisición de nuevos conceptos, pero siempre, concebido en términos de humanidad y de piedad del Otro. El uso y la generación del conocimiento también parte de la inteligencia emocional, afectiva, ecológica, amorosa y ética entre otros. O sea que, la producción de conceptos se involucra con el concepto de humanidad, entendido como la valoración de la humanidad para un crecimiento de respeto, de reconocimiento y de aceptación del Otro, favoreciendo una sana convivencia y la gestación futuro ciudadano que logra la plenitud al formar parte de la sociedad. Esto significa que la ciencia y la tecnología, la productividad, el mercadeo, los negocios, en fin, parte de una concepción de humanidad para empoderar la vida del hombre por encima de un interés depredador o deshumanizante.
5. El aprendizaje autónomo en la ruta del proyecto de la vida
El aprendiente autónomo orienta el aprendizaje para hacer realidad el proyecto de vida. Por un lado, el aprendiente escribe la biografía de la vida en donde confluyen anhelos de superación sobre la familia, el hogar, el trabajo, el estudio y planes para realizar en el futuro. La biografía retoma los momentos tristes y felices de la vida, dejando huellas imborrables de las experiencias inolvidables y de aquellas que marcaron situaciones de conflicto, de violencia, de angustia, de arrepentimiento, de disgusto, de distanciamiento con la familia y de experiencias frustradas para proyectarse en la vida. El habérselas con la vida implica pensar en el presente, el pasado y el futuro, para optar por un aprendizaje autónomo de mayoría de edad, con sentido de criticidad y espíritu de emprendimiento respecto a lo grandes ideales de la vida.
El hombre sueña con ideales familiares, laborales, de estudio, de empresa, de éxito y de reconocimiento social. Los ideales son el motor para mantener vivo los proyectos, es la ruta de la vida soñada y anhelada por todos para llegar al culmen de la felicidad. Sin ideales el
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