Los Derechos En Serio: Ronald Dworkin.

Los Derechos En Serio.

Ronald Dworkin.

Capítulo VII.

A partir de lo leído en el texto de Dworkin, podemos observar que este abarca el tema de la aplicación del derecho por parte del gobierno, el cual debe ser realizado de forma seria con el fin de que este fuera tomado con seriedad, es por esto que el autor para exponer el problema subdivide el capitulo en tres partes, comenzando por los derechos del ciudadano en el cual expone que si bien se afirma que los ciudadanos poseen derechos morales, se discute de cuáles son estos derechos concretos de los que eventualmente gozaría el ciudadano, ya que sería labor del gobierno señalarlos, sin perjuicio de que su opinión no sea siempre la correcta; por lo mismo no podríamos exigir que el gobierno llegue a las respuestas adecuadas, pero sí que al menos intente llegar lo más próximo a lo que entenderíamos como derechos concretos, de esta forma se seguiría una teoría coherente a tales derechos y así el gobierno actuaria de manera congruente con lo que el mismo profesa, es decir, que se tomen los derechos en serio.

Para continuar Dworkin se refiere a los derechos y el derecho a infringir la ley, en el cual estipula que cada ciudadano tiene un deber moral general de obedecer todas las leyes en un sistema democrático, en beneficio a sus conciudadanos, todo esto aun cuando estuvieran en desacuerdo con estas. “Los hombres tienen el deber de obedecer la ley, pero también el deber de seguir lo que les dicta su conciencia si esta en conflicto con tal deber, por lo tanto un hombre debe cumplir sus deberes con su Dios y con su conciencia y si estos últimos se hallan en conflicto con su deber hacia el Estado, es él, en última instancia, quien tiene derecho a hacer lo que juzga correcto”^[1].

Por último Dworkin  abarca el tema de los derechos controvertidos, señalando que el derecho moral de la persona en contra del Gobierno, sobrevive a las leyes y sentencias contrarias. Ahora bien, el autor sostiene que “Es parte de la tarea de gobernar la de definir los derechos morales mediante leyes y decisiones judiciales, es decir, la de declarar oficialmente la extensión que asignara el derecho a los derechos morales (…) y  es así como también deben tomar conciencia de que cualquier cosa que decidan podría estar equivocada (…) y tratar de limitar sus errores, y por ende deben intentar descubrir donde pueden estar los peligros de equivocación”^[2].

Después de lo anterior expuesto y de acuerdo a mi punto de vista, para el autor es esencial el reconocimiento de los derechos individuales fundamentales, por lo que la ley siempre se debe concebir de modo que estos derechos estén garantizados. Si bien es cierto, lo anterior a lo largo de la historia y a pesar de este reconocimiento y protección de los derechos inherentes a cada hombre, este es quien finalmente, decide según su conciencia como actuar, a pesar de que la ley prohíba tal comportamiento, o incluso este puede encontrarse en permanente conflicto con otros grupos sociales que también poseen y disponen de estos mismos derechos; produciendo, según mi manera de ver, un retraso en los lineamientos que el gobierno debe establecer para todos los ciudadanos, en pro del bien común es así el caso por ejemplo de la despenalización del aborto terapéutico, en que nos encontramos ante una realidad polarizada en donde por lado nos enfrentamos a una situación que apunta a tratar de salvar la vida de la madre y que como consecuencia no buscada trae consigo la muerte del feto, como es en el caso de la anencefalia (feto sin cerebro) enfermedad con la cual es incompatible a la vida, lo cual en mi opinión la madre podría hacer uso de su derecho a decidir libremente de llegar a término el embarazo y por otro lado nos encontramos ante la visión de variadas ideologías religiosas que se oponen terminantemente a la realización de esta operación en pro de los que ellos entienden como derecho a la vida.

Como ya he dicho, Dworkin defiende la prevalencia de unos derechos morales, lo que no pueden ser desconocidos por los poderes públicos, es decir los individuos tienen derechos, aun cuando no estén contenidos en ningún texto legal, respecto a esto es necesario recalcar que el no establecer el límite de estos derechos, no contribuiría al bien general, provocando inseguridad y falta de protección por parte del gobierno hacia los ciudadanos. En este mismo sentido Dworkin abarca el tema de la desobediencia civil en donde los ciudadanos basados en los derechos morales que detentan, no se encontrarían errados al proceder según sus convicciones, aun cuando estemos en desacuerdo con ellas y que a pesar de las directrices recibidas u otras razones, estamos obligados a actuar en contra de ellas.

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