Módulo 2: Herramientas para la reflexión

Módulo 2: Herramientas para la reflexión

[pic 1][pic 2]

Introducción

 La Formación Docente sigue en debate, a la par de la construcción de diferentes propuestas de formación. Numerosos estudios, investigaciones e informes nacionales e internacionales han demostrado que un factor muy importante que incide en la calidad de los aprendizajes de los alumnos, es la calidad de la formación disciplinaria, pedagógica y didáctica de los profesores.

Las diversas interpretaciones de los múltiples problemas de la formación ponen el acento en la necesidad de que los aprendizajes que realiza el futuro profesional vayan más allá de la mera manifestación de las conductas explícitas. Esto es, el desempeño profesional requiere una profunda comprensión del significado de las acciones y una apropiada construcción de las tareas profesionales descriptivas y, fundamentalmente, configurativas y creativas. Se promueven modalidades de enseñanza orientadas a suscitar el logro de una autonomía creciente en la adopción de decisiones de acción pedagógica y la vinculación entre teoría y práctica, entre el tiempo de formación y el trabajo, entre el individuo, la institución y los contextos. Estas claves para la formación proponen e insisten en la reflexión como el eje de la formación de los futuros docentes.

La literatura actual considera que
los modelos más apropiados para
promover un cambio en la
formación docente de los
profesionales y de sus prácticas
son aquellos cuyo eje es la
 reflexión sobre la práctica
misma.                                                               
Souto (1999) plantea como
dispositivo a aquello que,
atravesado por diversas
dimensiones, se pone a disposición
para provocar en otros disposición a, aptitud para.
En este sentido, se seleccionan dos tipos de dispositivos:

• los basados en las narraciones
• y en la interacción.

Según McEwan y Egan (1998) los relatos contribuyen a hacer inteligibles
las acciones para los propios alumnos y para los que escuchan. Es así que
los relatos escritos son un medio para acceder a la experiencia subjetiva,
de modo que los alumnos puedan tomar como objeto de reflexión la
propia historia escolar, sus creencias, sus prejuicios, sus conocimientos
previos y esquemas de acción adquiridos de modo consciente o no.

Este es el sentido de escribir la propia Bitácora.

Los dispositivos basados en las interacciones son los que privilegian el
intercambio y la  socialización. Además, favorecen el ejercicio de la
observación, la comunicación, la retroalimentación y la articulación teoríay práctica.

Consideramos a la observación más que un dispositivo, es
una estrategia transversal en la formación.

Nuestro organismo está habilitado para captar el mundo externo a través de la información que le aportan los sentidos. Esta información se internaliza y se organiza en el cerebro a través de la sensación, que nos permite decodificar el mundo en que vivimos y reconocerlo en términos de imágenes, sonidos, texturas, sabores y olores.

La vista es el sentido que nos permite captar la imagen a través del ojo humano. Los ojos facilitan “ver” pero no lo garantizan (por eso los ciegos pueden aprender a “mirar” con los dedos y a través de los poros de la piel). El organismo provee la visión, pero el cuerpo – que es el organismo atravesado por el deseo y la significación en la relación intersubjetiva - construye el “mirar”.

Aprendemos a “mirar” con la impronta de aquellos que nos miran.

En sus orígenes el término “mirar” (del latín, mirari) significó “asombrarse”, “curiosear”, “extrañarse”. Sentirse uno mismo extraño ante lo otro. Admirarse del descubrir la diferencia, así lo expresa el diccionario etimológico de Corominas. Luego, a partir del siglo VIII, fue perdiendo el carácter de curiosidad y se fue deslizando hacia el sentido único de contemplar.

[pic 3]

                                                   El maestro de escuela. R. Magritte. 1954.

Contemplar, del latin, contemplare, significa poner la atención en algo material o espiritual. La contemplación es un acto consciente en el que la mirada se centra en un punto y elimina todos los demás, supone ir más allá de la imagen e implica superar los sentidos y dar paso al sentimiento. Contemplar es poner al servicio de la imagen todos los sentidos, a tal punto de ser uno con aquello que se mira.

 La práctica educativa (y también psicopedagógica) nos muestran que los procesos atencionales que permiten aprender se relacionan más con la curiosidad activa (primera acepción de mirar) que con la pasividad de la recepción imitativa.



Una reflexión más:

[pic 4]

La relación atender = mirar (cuando se entiende “mirar” como reproducir, imitar, fotocopiar) se presenta con recurrencia entre los escolares, lo que muestra la incidencia que tiene la institución escolar cuando establece y cristaliza dicha ecuación.

[pic 5]

Un paso más:

La identificación atender = mirar/contemplar, al operar como supuesto subyacente a diversas clasificaciones psiquiátricas, va estableciendo un orden de “normalidad”. Reflexión que nos hace pensar hoy en la cantidad de alumnos que, en nuestras aulas argentinas, están diagnosticados con Déficit atencional, a partir de una enumeración de descripciones conductuales (ejemplo el DSM IV, V), donde se descarta, y hasta se considera patológica, toda modalidad atencional que escape a la representación social dominante.

Cabe preguntar(nos) ¿en qué alternativa se inscribe la tarea docente, en las aulas que frecuentamos?

Según Skliar (2011) mirar es "advertir y advertirse que hay algo en la mirada que puede ser atesorado. Es control, pero también irradiación, sentido. Verbo dispuesto a abrir los ojos y, partir de su abertura, decidir si vale la pena mantenerse atento o bien mirar hacia otro lado” 

El mismo autor añade que hoy, frente al exceso y la saturación de imagen, hay como una anorexia visual, estamos como debilitados para poder ver, entender, producir, en la pluralidad y multiplicidad.

...