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Reflexión de la práctica docente como camino hacia la atención a la diversidad

joaquin9441Monografía1 de Septiembre de 2019

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UNIVERSIDAD FASTA

Diplomatura en Educación y Diversidad

Trabajo Final

Tema:

Reflexión de la práctica docente como camino hacia la atención a la diversidad.

        

Autor:

MEDINA, Jorge Ramón DNI N° 31.365.193

Concordia, Entre Ríos

Agosto de 2019


Introducción

Para comenzar rescato de la Clase 3 “es necesario que en la búsqueda de garantizar una experiencia escolar de calidad, el colectivo docente se disponga a criticar e interpelar lo que hace todos los días con sus alumnos”.

En la sociedad tan dinámica y cambiante como la que vivimos es necesario que los docentes nos detengamos y reflexiones respecto a nuestra propia práctica. Revisar nuestras planificaciones, renovarnos, generar espacios que contribuyan a la decontrucción de viejos métodos que hoy ya son obsoletos. Por otro lado, tener presente que no todos los alumnos aprenden en el mismo tiempo y espacio, no todos muestran el mismo interés en todas las propuestas, ni logran aprendizajes con la misma intensidad en las distintas áreas del conocimiento. A su vez, considerar al grupo como el medio para el aprendizaje individual que permite comprender cómo un alumno se beneficia de la interacción con sus pares para desarrollar su aprendizaje.

Lo difícil es que cada docente pueda detenerse y reflexionar sobre su propia práctica. Si bien cada jurisdicción educativa genera espacios para la formación permanente de los docentes la reflexión y la autocrítica no tienen lugar dado a que la información y la documentación presentada tiende a ser general para todas las instituciones comprendidas en la jurisdicción y si bien cada una puede volcarla a su contexto particular no llegan a poder revisar las propias problemáticas que se suscitan. No obstante, aun así se puede concebir una enseñanza que no desconozca la diversidad, la singularidad y que permita la expresión, la creatividad e iniciativa de los grupos, comprender que a las aulas llegan estudiantes de diversos contextos, distintas realidades y con trayectorias escolares que no se deben pasar por alto, en otras palabras brindar a los alumnos la oportunidad de posicionarse como sujetos cognitivos, como productores de conocimiento.

El interrogante es si  los docentes podemos dar lugar a la expresión y a las emociones, generar situaciones en las que los estudiantes sean verdaderamente protagonistas de sus aprendizajes.  Si esto se lograría plenamente contando con la ayuda, la experiencia y el acompañamiento de otros pares docentes, se podría contribuir a la atención de la diversidad en las aulas, más aun si se tiene presente que: “El gran desafío para la institución escolar es aceptar que la diversidad en el aula es la regla y no la excepción, reconocer la singularidad de los sujetos en el interior de cada grupo social o cultural, sin legitimar prejuicios producto de generalizaciones mecánicas, apreciando el valor que tiene la cultura de los otros” (Lerner, D, 2007).

Práctica docente y diversidad en el aula

 Hemos aprendido mediante el texto de la clase 3 que: “El objetivo fundamental de toda institución educativa consiste en brindar una enseñanza de calidad enfocada al logro de los aprendizajes por parte de todos los alumnos. Esto implicará entre otras acciones la articulación e interacción con la comunidad y el contexto: las acciones que emprende y los vínculos que establece la institución con distintos miembros de la comunidad escolar y del contexto contribuyen al logro de su misión”. La atención  a la diversidad depende de cuan preparados los docentes estén para su abordaje, esto implica la constante revisión de sus prácticas y el abandono de las acciones homogeneizadoras.

Asimismo, cabe mencionar que “…La educación inclusiva, más que un tema marginal que trata sobre cómo integrar a ciertos estudiantes a la enseñanza convencional, representa una perspectiva que debe servir para analizar cómo transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, con el fin de responder a la diversidad de los estudiantes. El propósito de la educación inclusiva es permitir que los maestros y estudiantes se sientan cómodos ante la diversidad y la perciban no como un problema, sino como un desafío y una oportunidad para enriquecer el entorno de aprendizaje.” (UNESCO, 2005, p. 14).

En todo caso considero que todo docente debe: “Asegurar que en los momentos de planificación, enseñanza y evaluación esté presente el principio de que todos los alumnos pueden aprender, más allá de sus características personales y sociales. Reconocer las áreas/asignaturas que causan mayor dificultad entre los alumnos, y trabajar en conjunto con los docentes para diseñar e implementar estrategias que faciliten la comprensión de los contenidos y el aprendizaje consecuente” (Clase 3, Módulo I).

Pensar la diversidad requiere pensar la escuela de una manera diferente, no ya como cultura de la enseñanza sino como cultura de aprendizaje; esto consiste en desplazar su centro de gravedad, del poder de enseñar al poder de aprender, rescato en este punto que: El gran desafío para la institución escolar es aceptar que la diversidad en el aula es la regla y no la excepción, reconocer la singularidad de los sujetos en el interior de cada grupo social o cultural, sin legitimar prejuicios producto de generalizaciones mecánicas, apreciando el valor que tiene la cultura de los otros” (Lerner, D, 2007). Pudiendo de este modo, brindar un aprendizaje que trascienda las fronteras del aula y proponga examinar la propia vida generando nuevas oportunidades y contribuya a la reflexión de las propias acciones de los sujetos. En este sentido pensamos a la escuela como una comunidad de Aprendizaje.

Para lograr la transformación de una escuela, considerada únicamente como ámbito de trabajo en una Comunidad de Aprendizaje, es una gran desafío puesto que los recursos con los que se cuentan son limitados, obstante habrá que movilizar todos los recursos existentes, manteniendo una postura abierta a la cooperación y al trabajo en equipo.

No obstante en las escuelas coexisten docentes con viejas y nuevas prácticas que tienen incidencia sobre las trayectorias escolares especialmente en lo que respecta a la diversidad. Desde mi propia trayectoria profesional docente y pudiendo haber conocido diferentes realidades, diferentes contextos puedo agregar que se puede enmarcar cada situación y poder trabajar en base a ello. Atendiendo a las particularidades de los distintos grupos de estudiantes, y a la vez de cada singularidad, en otras palabras “atender a la diversidad”, mis propias experiencias de estudiante primario y secundario me llevan a darme cuentas de cosas que quizás los docentes que he tenido las dejaron pasar por alto, sobre todo en lo que refiere al respeto y al miedo, a la cantidad y a la calidad de enseñanza. Pero también a trabajar articuladamente con otros docentes, directivos y con otros actores de la institución.

Algo que beneficia la reflexión de las propias prácticas docente es trabajar en base al proyecto institucional y no fuera de él y como se expresa en el texto de la Clase 3: “Se trata de pensar un proyecto institucional que considere las trayectorias escolares de los alumnos, pero no desde una mirada homogeneizadora, o con un mismo ritmo para todos sino desde el reconocer las trayectorias reales de cada niño y niña (Flavia Terigi 2010). Asimismo considero que hoy en día el concepto de diversidad debe ser entendido y trabajado en la escuela, no tanto de los documentos y reuniones sino desde las acciones concretas de los docentes con los estudiantes. El concepto de diversidad se sustenta en la aceptación y el respeto de las diferencias individuales como condición inherente a la naturaleza humana, y en la posibilidad de brindar una respuesta educativa a la necesidad educativa de cada persona” (Ferreira; Peretti; 2006; pp.8-9).

En este punto es necesario remarcar que cuando hablamos de trayectorias estamos haciendo referencia a aquellos recorridos y caminos en construcción permanente (Nicastro, 2009) que superan la idea de algo modelizado mecánicamente para dar lugar a recorridos subjetivos e institucionales que constituyen entramados e itinerarios situados, historizados y narrados por cada sujeto y cada escuela de una manera particular, propia, singular. Cada trayectoria se vuelve tan singular como cada alumno y por lo tanto será importante analizar la diversidad de modos en que la escuela se torna el escenario donde estos alumnos construyen y recorren subjetividad.

Es claro que hoy la enseñanza es un proceso muy complejo, que se desarrolla en contextos institucionales y áulicos, entendidos éstos como lugares de conflicto y determinados por el contexto más amplio en el que se insertan; espacios en que los alumnos representan una heterogeneidad social, cultural y psicológica, que son sujetos reales portadores de significaciones sociales y culturales y en el que el docente opera a partir de supuestos personales y condiciones tanto subjetivas como objetivas que determinan su trabajo y el resultado del mismo (Clase 3, Módulo II).

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