Sujeto de la educacion
Romina2018Trabajo6 de Abril de 2018
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INTRODUCCIÓN
El propósito de este trabajo es la recopilación y el análisis de información sobre la primera infancia. UNICEF entiende a la primera infancia como el período que va “desde el nacimiento, el primer año de vida, el período preescolar hasta la transición hacia el período escolar”.
Es muy importante tener en cuenta el tipo de alimentación que debe llevar el niño en la primer infancia, en este trabajo de investigación detallamos cómo debe ser esa alimentación para garantizar un buen desarrollo físico y psíquico.
La educación que el niño recibe en esta etapa es importante para su desarrollo social, cultural, físico, creativo y psicológico. Nosotros como futuros docentes de Nivel Inicial tenemos la responsabilidad de formarlos en estos aspectos.
Actividades
⦁ Nosotros como futuros docentes del Nivel Inicial ¿Tenemos la responsabilidad de socializar a los niños y transmitir nuestra cultura? ¿Los niños con los que vamos a trabajar están psicológicamente preparados para entendernos? Dar ejemplos.
⦁ ¿Qué base de conocimiento debe tener el docente de Nivel Inicial? ¿Es lo mismo trabajar con adultos que con niños? Explicar.
⦁ Según los especialistas ¿de qué edad hablamos cuando decimos la primera infancia? ¿Según UNICEF hasta qué edades llegaría la primera infancia, cuál es su objetivo y en cuántos países está presente?
⦁ ¿Qué función cumple la lactancia materna y la buena alimentación en el desarrollo físico y psíquico de los niños?
⦁ ¿Qué propuestas políticas existen en nuestro país con respecto a una apropiada institucionalidad para la primera infancia?
⦁ ¿Es saludable tener superpoblación de niños en las aulas de la primera infancia?
⦁ Buscar encuestas periodísticas o de internet sobre la explotación infantil.
Desarrollo de actividades
⦁ Como futuros docentes, nosotros, tenemos la responsabilidad de “socializar” a los niños y transmitir nuestra cultura, facilitando el acceso a ella y brindando los instrumentos necesarios para comprenderla, actuar y eventualmente transformarla. Nuestro deber es integrarlos en la sociedad.
El nivel inicial es la primer extensión de la familia, lugar en el que los niños van a socializar con otros de su misma edad.
La socialización en la Primera Infancia (0-6 años) tiene efectos en la construcción de las estructuras básicas de la personalidad, que permitirán la construcción del individuo. Es el desarrollo social, afectivo y sexual lo que en estos momentos está en juego. Grandes temas del desarrollo, como pueden ser la autonomía, la elaboración del egocentrismo, la construcción de la norma, la integración social, etc. tienen en este tramo su raíz y fundamento. Es en definitiva una adaptación al mundo, a la realidad exterior.
⦁ En los cruciales primeros años de vida, cuando la experiencia moldea el cerebro, se sientan también los cimientos del aprendizaje. La capacidad de aprender de una persona y su actitud hacia el aprendizaje se originan en sus primeros años. Un contexto estimulante y receptivo puede poner al niño en el camino del descubrimiento, de la apertura al mundo exterior y de la capacidad de integrar informaciones. El cerebro no vuelve nunca a ser tan elástico como durante la niñez, en cuanto a receptividad y vulnerabilidad. Los adultos son capaces de asimilar nuevos conocimientos, pero no pueden competir jamás con el cerebro de un niño en su capacidad de integrar nuevas aptitudes y su descubrimiento del aprendizaje. Las experiencias de la primera infancia son los elementos constitutivos de ese desarrollo y el niño es el arquitecto de su propio cerebro, juntando las piezas del rompecabezas y reaccionando ante el mundo exterior. Las experiencias sensoriales del niño son las que actúan en el cerebro, creando y disponiendo una mente que funciona. Desgraciadamente, la experiencia no se limita necesariamente a acontecimientos positivos. Se puede manifestar de muchas y variadas formas: alegría intensa e interacción en los brazos de la madre, o bien enfermedad, malnutrición, violencia o abandono. Así pues, el tipo de experiencias del niño determina decisivamente la actitud que adoptará hacia el aprendizaje.
Por lo tanto, dentro de parámetros normales, los niños con los que vamos a trabajar estarán preparados psicológicamente para entendernos siempre y cuando nos dirijamos a ellos con un vocabulario adecuado a su entendimiento. Pero también habrá niños que no estarán psicológicamente preparados, por ejemplo: víctimas de violencia, niños con problemas de integración, malnutrición o bajo peso, etc.
2- La práctica de los educadores de la primera infancia siempre ha estado conformada por una base de conocimiento lo suficientemente sólida para tomar decisiones profesionales con respecto a la educación de los niños a su cargo. Tomar decisiones que hacen referencia a optar, a elegir, lo que los lineamientos curriculares definen como necesario, aquello que para su grupo concreto de niños es necesario y posible. Para ello se deben tener en cuenta las características reales, no solo de los niños, sino también del contexto socio-cultural al cual pertenece la comunidad educativa. Pero todo ello sin dejar de lado los derechos de los niños a recibir oportunidades educativas, equitativas y justas. El conocimiento ha estado unido históricamente a los varios grados de sabiduría popular, ciencia, como –el sentido común, el ensayo, errores y las opiniones llamadas filosofía. Con esto último hacemos referencia al hecho de que, no por hacer un diagnóstico contextual, podremos decir frases que contienen el sentido de – con estos chicos no se puede hacer más-, sino que, por el contrario, nos veremos incentivados a buscar y encontrar las estrategias metodológicas más adecuadas, los materiales más pertinentes, para que nuestros niños puedan acceder a aquellos contenidos que permitirán alcanzar los objetivos educativos, sin que la diversidad de contextos se convierta en obstáculo e impedimento. Actualmente se considera que el conocimiento práctico del educador se relaciona con concepciones sobre enseñanza y aprendizaje. Estas concepciones son integradas por cada docente de un modo particular a partir de su experiencia de aprendizaje y de enseñanza acumulada (su biografía escolar), las teorías educativas, sociales, filosóficas, etc., aprendidas, los valores y las creencias individuales. Cuando los docentes planifican y evalúan la enseñanza, implementan sus conocimientos, obtenidos de diversas fuentes, en las salas.
⦁ Trabajar con niños es una enorme responsabilidad y, a la vez una gran aventura, ya que ellos ven las cosas desde un lugar y una perspectiva diferente a los adultos.
A la hora de enseñar, la edad es determinante. Adultos y niños no aprenden del mismo modo ni al mismo ritmo, y como profesores debemos saber adaptarnos a cada tipo de alumno.
La mente del niño está hecha para aprender, es su cometido. Su cerebro capta con muchísima facilidad cualquier tipo de estímulo, y está programado para imitar sin miedos ni complejos. Sin embargo, una persona adulta no aprende al mismo ritmo que un niño, su cerebro está acostumbrado a afianzar aprendizajes, está hecho para otro tipo de pensamiento, más abstracto.
Ventajas de enseñar a un adulto:
⦁ Comprende más rápidamente los conceptos abstractos de la música: Al enseñar a un niño, nos vemos obligados a utilizar más símiles, juegos y todo tipo de estrategias para que comprendan los aspectos más complejos del aprendizaje.
⦁ Siente una mayor responsabilidad: Un adulto se toma más en serio su aprendizaje, intenta estudiar en casa y sacarle al máximo partido a las clases.
Ventajas de enseñar a los niños:
⦁ Facilidad para aprender: Tienen mucha capacidad para la imitación, con lo que las explicaciones a veces pueden obviarse, en pos de la demostración.
⦁ Falta de complejos: Cuando son lo suficientemente pequeños como para no temer tocar mal, no les importará el sonido que salga de su instrumento, disfrutarán y probarán. Con los adultos esto es más difícil, y a menudo se traduce en tensiones y posturas forzadas que no ayudan al aprendizaje técnico.
Una de las características que definen el aprendizaje de un niño es el deseo de disfrutar haciendo algo que han aprendido a hacer. A los niños les mueve la idea de haber logrado algo de manera relativamente fácil. Los adultos, por su parte, conciben el aprendizaje como el hecho de alcanzar un objetivo cada vez más complejo. Ponerle a un niño un objetivo demasiado difícil provocará que se frustre. A ningún niño no le gusta practicar en casa algo que no le sale bien, aún con la promesa de que le saldrá dentro de unas semanas. Ellos disfrutan subiendo escalones más pequeños y observando lo bien que se les da.
Con los adultos podemos jugar otra baza, tensar un poco más la cuerda de los objetivos. Si con un adulto cometemos el error de ponerle objetivos demasiado simples, no le supondrán ningún reto intelectual y se cansará y desmotivará más fácilmente.
En resumen, los niños priman el disfrute y los adultos, el progreso.
3- Según
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