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TEMA 8.- FACTORES FORMADORES DEL SUELO

elias27r10 de Julio de 2012

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TEMA 8.- FACTORES FORMADORES DEL SUELO

INDICE

8.1. Introducción

8.2. Clima

8.3. Organismos

8.3.1. Macrofauna

8.3.2. Microfauna

8.3.3. Macroflora

8.3.4. Microflora

8.3.5. Descomposición de la Materia orgánica según condiciones ambientales

8.4. Ser humano

8.5. Roca Madre

8.6. Relieve

8.7. Vegetación

8.8. Tiempo

8.1.- INTRODUCCIÓN

La edafología investiga cómo se ha formado un suelo a partir de un material originario, sobre el que han actuado una serie de factores formadores que a su vez han originado una serie de procesos, cuyo resultado es el suelo, con todas sus propiedades. Este hecho se esquematiza en la Figura 8.1.

Figura 8.1. Factores formadores, procesos y formación del suelo

Hace cien años el edafólogo ruso Dokuchaev propuso cinco agentes formadores, que actuaban juntos en la formación del suelo en un lugar determinado. Estos eran: el material parental o roca madre, el clima, la antigüedad del terreno (tiempo), los organismos animales y vegetales y la topografía (relieve). En el proceso de la formación del suelo, el clima y los organismos actúan sobre el material parental durante un periodo de tiempo (antigüedad del terreno) mientras que la topografía influye en las relaciones agua-suelo y en la manera en que la gravedad puede afectar la formación del suelo.

Cincuenta años después, un edafólogo norteamericano, Hans Jenny, consideró el mismo número de factores formadores y mostró como están funcionalmente elacionados en forma de ecuación: s=f'(d,o,r,p,t,...). Donde s son las propiedades del suelo que dependen del clima (d), organismos (o), relieve (r), material parental (p) y tiempo (t). Los puntos suspensivos representan otros agentes formadores como el ser humano. Este esquema se indica en la Figura 8.2.

Figura 8.2. Factores formadores del suelo

8.2.- CLIMA

El clima es un complicado concepto que incluye la temperatura, precipitación, humedad, evapotranspiración, duración del día y otras variables atmosféricas.

La influencia del clima como factor formador del suelo se resume en:

a) acción sobre la disgregación física de la roca, sobre todo merced a:

a. oscilación térmica

b. acción del hielo

c. acción mecánica de lluvia, viento, granizo, etc.

b) acción sobre la alteración química al definir una presencia de agua y una temperatura que favorezcan, o no, las reacciones químicas subsiguientes.

c) acción sobre la evolución de la materia orgánica, determinando unas condiciones mejores o peores para la vida de los microorganismos encargados de la demolición de los despojos originales.

d) acción sobre las migraciones, favoreciéndolas, o no, al definir el sentido e intensidad de las corrientes de agua a través del perfil del suelo.

Hay un amplio rango de variación para la combinación de temperaturas y precipitaciones, desde menos de 100 mm en el desierto hasta más de 12.500 en las zonas más húmedas del planeta. Las temperaturas pueden tener un rango de variación anual desde menos de un grado hasta 43 ºC.

La precipitación anual no siempre es el mejor indicador del tipo de suelo que puede formarse. Además de la cuantía anual hay que tener en cuenta:

• El efecto de la estacionalidad, es decir, qué proporción cae en la época cálida y cual en la fría.

• La intensidad de la precipitación: las lluvias cortas e intensas pueden tener un efecto muy diferente que largos periodos de lluvias suaves.

El agua que penetra en el suelo es menor que la precipitación que cae sobre ese lugar. El agua se emplea en escorrentía superficial, evaporación de la superficie del suelo y de la vegetación, evapotranspiración de las plantas (Figura 8.3). El agua que no es interceptada por las raíces de las plantas se pierde (percola) hacía capas profundas (extraedafológicas) y después emerge pendiente abajo o se une al agua subterránea.

Figura 8.3. Destino del agua de precipitación

La temperatura tiene una gran importancia cuando actúa durante largos períodos de tiempo. La disociación relativa del agua (en H+ y OH-) a distintas temperaturas nos muestra la importancia de este factor en la actividad química del suelo (Tabla 8.1). En zonas tropicales el factor de meteorización por temperaturas cálidas es 10 veces superior que en regiones árticas y tres veces que en las templadas.

Tabla 8.1. Factor de meteorización por temperatura de Ramann's, según Jenny, 1941.

El factor temperatura en las regiones tropicales ha operado durante mucho más tiempo porque no ha sido interrumpido por los cambios en el clima durante los períodos glaciales que han sufrido zonas situadas a mayor latitud. La alteración en profundidad es característica de algunos suelos tropicales, en los que puede haber más de 50 metros de capa meteorizada (regolito), mientras que en suelos de zonas templadas no alcanza más de un metro o menos.

Se han realizado numerosos intentos de reducir el efecto del clima a un simple índice climático pero todos ellos carecen de precisión a escala mundial.

8.3.- ORGANISMOS

El suelo está poblado de innumerables seres vivos. Aunque, por número, casi todos ellos pertenecen al reino vegetal, no se debe menospreciar la importancia de los animales. La mayor parte de unos y otros son tan minúsculos que no pueden ser observados más que con la ayuda de un microscopio mientras que el número de macroorganismos es relativamente pequeño.

El papel de las plantas y animales en la formación del suelo es fundamental ya que sin vida no se puede hablar de verdadero suelo.

Se acostumbra a dividir los organismos del suelo en dos grandes grupos basados en el tamaño: microorganismos y macroorganismos, dependiendo de que su tamaño sea menor o mayor de 2 mm respectivamente. Dependiendo del reino al que pertenezcan (animal o vegetal) se suelen considerar entonces cuatro grandes grupos de organismos en el suelo: macrofauna, microfauna, macroflora y microflora.

Las plantas verdes sintetizan carbohidratos, almidón, proteínas y otros componentes a partir de sustancias inorgánicas simples procedentes del suelo y del aire gracias al proceso de la fotosíntesis, usando energía procedente del sol. Cuando las plantas mueren, sus restos caen al suelo y son una rica fuente de alimento y energía para los organismos que viven en el suelo que se encargan de convertirlos en una sustancia amorfa denominada humus. Cuantitativamente, los restos vegetales son mucho más importantes que los despojos animales. Estos están constituidos por cadáveres, excretas, restos de crisalidación, etc. Aquéllos, por secreciones, cadáveres y lo que pueden considerarse "cadáveres parciales", es decir, hojas caídas, raíces desprendidas del sistema radical, etc.

Este proceso se indica en la Figura 8.4. y remarca la importancia de los organismos en el cierre del ciclo de la materia orgánica en el suelo. La flecha 1 significa el proceso de humificación que implica tanto la descomposición del material original como la mayor o menor síntesis de los productos de esta descomposición. Parte del material de partida es directamente mineralizado como se indica en la flecha n° 2. En el humus se integra, asimismo, una mayor o menor cantidad de nitrógeno atmosférico incorporado por los microorganismos fijadores (flecha 3). El humus es, pues, un complejo de compuestos orgánicos más o menos polimerizado de naturaleza coloidal que, lentamente, sufre una mineralización progresiva (flecha n°4) sin perjuicio de que alguno de los iones finales vuelva a ser reincorporado al humus en un proceso de nueva fijación (flecha 5).

Todas estas labores son realizadas por organismos del suelo.

Figura 8.4. Ciclo de la materia orgánica y papel de los organismos del suelo

8.3.1. Macrofauna edafica

En el suelo viven pequeños mamíferos, insectos, miriápodos, babosas y caracoles, ácaros, arañas y lombrices de tierra como grupos más característicos. Su papel en el suelo se significa en los siguientes aspectos:

1° Mejoran la estructura o agregación del suelo a causa de sus movimientos en el mismo (fundamentalmente los organismos cavadores) y de la cantidad de materia orgánica que incorporan.

2° Aquéllos que son predadores (herbívoros o carnívoros) ejercen nula influencia directa sobre la demolición de los restos orgánicos; pero como muchos son saprofitos y se alimentan de vegetales más o menos descompuestos, inician unos procesos de degradación de esos residuos que facilitan el papel de la microflora que se comentará más adelante.

La macrofauna del suelo más estudiada son las lombrices de tierra. En un suelo en el que abundan estas lombrices se calcula que hacen pasar a través de su cuerpo una cantidad próxima a las 34 Tm de tierra por año. En el curso de esta "digestión", el suelo es sometido a la acción de los encimas digestivos y a la molturación o trituración en el interior de estos animales. Consecuencia de ello es que la materia deyectada tiene, en comparación con la original,

- mayor proporción de materia orgánica.

- más cantidad de nitrógeno total y en forma nítrica.

- mayor riqueza en Ca, Mg y P asimilables.

- pH más elevado.

Estas circunstancias añadidas a la mejora de estructura antes comentada hace que el efecto de estos animales sea sumamente beneficioso. El número de lombrices de tierra en un suelo húmedo y rico en materia orgánica puede superar los 2.millones

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