Tema 8. Del cristianismo al renacimiento
andy1607Apuntes4 de Julio de 2019
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Tema 8. Del cristianismo al renacimiento
Introducción
La primera estación de este recorrido se sitúa en la época del cristianismo y sus principales figuras educativas, como son San Agustín y Santo Tomás. Al explorar sus aportes tendrás la oportunidad de identificar cómo era la educación en esa época, cómo se inició la educación del clero y quién se encargaba de las primeras escuelas. Además de ello, podrás descubrir cuál fue la teoría educativa de San Agustín, quien siempre puso a Dios como el centro de todo. Con Santo Tomás descubrirás las relaciones que él establecía entre la fe y la [pic 1]razón; entenderás los preceptos que fundamentaban a la escolástica y cómo de esa manera se desarrollaba la educación.
Explicación
8.1 La educación cristiana primitiva
La educación no solamente tuvo una influencia geográfica que trascendió en el crecimiento de las grandes civilizaciones, el campo religioso también fue un factor para el desarrollo educativo. El cristianismo, que surgió en base a las enseñanzas de Jesús, profesaba que era un “renacer del hombre que muere para la vida de la carne y revive en el espíritu, es decir, en la verdad, la justicia y el amor” (Abbagnano, 2012).
Estos últimos fueron los pilares de este movimiento religioso, en el cual se profesaba una fe por una mejor vida después de la muerte, pero para llegar a ella, se debía actuar de la mejor manera para con el prójimo y hacer en todo momento el bien.
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En el plano educativo la “buena nueva”, como se le conocía también a la religión cristiana, pretendía realizar un ideal de pedagogía que implicaba formar al hombre nuevo y espiritual, para hacerlo miembro del reino de Dios. Todo ello mediante las parábolas ricas en imágenes de evidencia plástica y de significados simbólicos. La educación cristiana se dirigía a los adultos e implicaba un proceso para llegar al bautismo que era la forma de iniciación, con la cual se formaba parte de la comunidad y de los fieles, de manera que fueran admitidos a la importante ceremonia de eucaristía.
Conforme evolucionaba la educación de los que querían ser bautizados, se confió a sacerdotes especializados. La instrucción duraba dos o tres años, pasaba por distintos grados; esencialmente en la enseñanza de la historia del Antiguo Testamento. El cristianismo reprobaba que el cristiano adulto fuera aficionado a la literatura y sobre todo a la mitología que implicaba la existencia de más dioses. Debido a que era una religión basada en una revelación escrita, exigía que se conociera la palabra de Dios, la cual estaba contenida en los textos sacros ligados a las traducciones de la Biblia, que se hicieron primero al griego, al latín y luego a muchas otras lenguas.
Los misioneros dirigían las escuelas de la época, las cuales fueron simultáneamente escuelas de cultura y religión. Se desarrollaron en los monasterios, sobre todo al desintegrarse el sistema escolástico que suponía un sometimiento de la razón por la fe. En estos siglos, la Iglesia no desarrolla un concepto de educación universal y cuando sus escuelas no son simples escuelas de catecúmenos están casi destinadas a preparar exclusivamente los futuros dirigentes de la Iglesia (Abbagnano, 2012).
8.2 San Agustín y sus ideas educativas
Aurelio Agustín nació en el año 354 en Tagaste, África romana. Era pagano y su madre cristiana, a los 19 años fue atraído por la filosofía y después se hizo catecúmeno. En el año 387 recibe el bautismo y a partir de entonces se le presenta claramente la misión a la que debe dedicarse: difundir y defender en su patria la verdad cristiana. Se ordenó sacerdote en 391, en 395 fue consagrado obispo de Hipona. Siempre apegado al plano religioso para buscar a Dios, recogerse en sí mismo y conocerse como lo que es, es decir la confesión (Abbagnano, 2012).
La filosofía entera de San Agustín era educativa, para él la verdad misma es Dios, y hace una explicación clara del aprendizaje y la enseñanza de acuerdo con Abbagnano (2012):
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[pic 4]San Agustín hace también una distribución de las asignaturas que formaban parte de la educación de aquella época, entre ellas, la gramáticaque es el estudio de la lengua; la dialéctica en la que la misma razón nos da a conocer lo que es, lo que quiere y lo que puede hacer; la retóricaque sirve para conmover a los hombres con el objeto de persuadirlos de la verdad y el bien. San Agustín incluye también a la música como arte de la armonía, la aritmética, la geometría y la astronomía, este conjunto es para él un proceso de formación y purificación, con ello el alma se hace capaz de captar la unidad.
San Agustín también hace una explicación de las características que debe poseer tanto el alumno como el maestro dentro de la enseñanza; él decía que la alegría y no el tedio la debe experimentar quien enseña, para que esta enseñanza sea eficaz, pero no significa que esto baje su nivel a inculto, de esta forma, el maestro se realiza en el amor con que se adapta al educando, con la forma en que desciende a su nivel de compresión, y en verdad, al hacerlo así, se educa y perfecciona a sí mismo (Abbagnano, 2012).
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De la misma manera en que describió el ideal humano, mediante la realización de la fe, lo hizo con la enseñanza que le permitió el siguiente discurso (Abbagnano, 2012): “Podría decirse que quien enseña aprende del que aprende, que quienes escuchan casi hablan en nosotros de cierto modo, nosotros aprendemos de ellos; verdad altísima para cualquier enseñamiento digno del hombre”.
8.3 Santo Tomás y las implicaciones educativas de la escolástica
Tomás, vástago de los condes de Aquino, nació en Roccasecca hacia 1225 o 1226, fue maestro de teología. Su obra es vastísima y sus escritos principales son la Summa contra gentiles y la Summa Theologiae, ambas relacionadas con la teología y que se convirtieron en las raíces de su bien formado sistema.
El fundamento del sistema tomista es la rigurosa determinación de las relaciones entre la fe y la razón. La razón no puede demostrar todo lo que es de la fe. La fe misma perdería todo mérito, pero puede entonces dividir la fe en tres modos diversos. El primer término demostrando los supuestos racionales o preámbulos de la fe, es decir, aquellas verdades cuya demostración es necesaria para la fe misma. En segundo lugar, la filosofía puede utilizarse para aclarar que no significa demostrar las verdades de la fe. En tercer lugar puede combatir las objeciones que se hacen de la fe y demostrar su falsedad.
Como su formación, su filosofía siempre estaba relacionada o determinada por Dios, a quien consideraba como la única y verdadera razón. Abbagnano (2012) explica sobre esto que “la razón humana posee una verdad que le es propia. Los principios de los cuales son verdaderas razones no pueden ser incompatibles con la verdad revelada: unas y otra se derivan de Dios”.
La educación, de acuerdo con Santo Tomás, debía estar fundamentada más en el plano moral que en el científico y hace una descripción detallada de su idea educativa de la siguiente manera (Abbagnano, 2012).
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Este representante eclesiástico también hizo una descripción de lo que el docente debía hacer, el maestro no comunica su ciencia al discípulo, sino que ayuda a éste a formarse dentro de sí mismo, una ciencia análoga a la del maestro. Santo Tomás no sólo valoriza la acción del maestro, sino que la orienta en aquella dirección intelectualista y verbalista que más adelante será la característica de la contrarreforma que fue su inspiración (Abbagnano, 2012).
Por su parte, la escolástica siempre tuvo como fin el conciliar la razón con la fe. Para los precursores del movimiento la verdad únicamente era lo que la Iglesia decía; sobre ello Abbagnano (2012) explica que “el problema fundamental de la escolástica es llevar al hombre a la inteligencia de las verdades reveladas. La verdad revelada contenida en los libros sacros y las definiciones dogmáticas de la Iglesia es la norma de la investigación, cuyo fin exclusivo es hacerla inteligible para el hombre”. La escolástica no aporta nuevos conceptos, definiciones o preceptos, sino únicamente hace una relación estrecha de la fe con la razón y trata de que lo establecido por los textos de la Iglesia sea considerado como la única verdad y por lo tanto tratar de entenderla.
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