ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

VALOR, IMPORTANCIA Y NORMATIVIDAD DE LA ENSEÑANZA MUSICAL EN LA EDUCACIÓN PREESCOLAR EN MÉXICO

mandito17 de Junio de 2013

5.061 Palabras (21 Páginas)724 Visitas

Página 1 de 21

VALOR, IMPORTANCIA Y NORMATIVIDAD DE LA ENSEÑANZA MUSICAL EN LA EDUCACIÓN PREESCOLAR EN MÉXICO.

Fernando Gallegos Mexquitic

Mandito_12@yahoo.com.mx

La Educación Artística juega un papel fundamental en la formación integral del individuo dado que ayuda a la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para su desempeño dentro del grupo social en que se encuentra inserto, además permite desarrollar capacidades propias del hombre tales como la apreciación y disfrute de la belleza.

La música como disciplina artística tiene un natural valor instrumental para el desarrollo del ser humano, dado que, al ser un lenguaje universal, permite la transmisión de ideas y conceptos que favorecen la construcción de conocimientos declarativos y procesales.

Se puede hablar de tres niveles de competencia que el individuo puede alcanzar con respecto a la disciplina musical, que en orden ascendente se citan de la siguiente manera:

Un primer nivel en donde el individuo actúa como consumidor de música. En este nivel de competencia, que es el mínimo ideal al que todos los seres humanos deberían de tener acceso, y se refiere a la capacidad para apreciar y establecer juicios sobre la música que se escucha, reconocer el timbre de cada sonido, seguir mental o físicamente las diversas variaciones en el ritmo además de apreciar la belleza de la melodía y la congruencia de la armonía.

El lugar idóneo para acceder a este nivel es la Educación Básica, en donde, sin revestir la forma de una asignatura, (Moreno, 1995) la Educación Musical deberá formar, de manera natural e intencionada, parte de la cotidianeidad del alumno.

Un segundo nivel como reproductor de música. El acceso a este segundo nivel implica la adquisición de habilidades para ejecutar instrumentalmente la música creada por otros, así como capacidades de canto siguiendo las reglas de la disciplina de manera correcta, para lo cual es necesario que el alumno asista a escuelas especializadas.

El tercer nivel como creador de música, comprende el grado más avanzado de acción con la música, al significar la capacidad creativa del artista con plena conciencia de las reglas de la disciplina. Para lo cual también se requiere de la educación en escuelas especializadas en la formación de profesionistas de la música.

La Educación Básica obligatoria en México comprende el nivel preescolar -a partir del Decreto promulgado el 12 de noviembre del año 2002-, además de primaria y secundaria.

La Educación Preescolar de acuerdo a lo que señala Milada Bazant, (Bazant,1993) se estableció en México a principios del siglo XX, basada en los principios pedagógicos de Pestalozzi y Froebel entre otros, producto de los estudios realizados por Estefanía Castañeda que estudió los Kindergarten de Manhattan-Bronx en Nueva York, y con apoyo de Rosaura Zapata.

Al ser concebida la educación de los niños pequeños - Escuela de Párvulos o Kindergarten – como un complemento de la educación familiar, y al ser atendida por maestras, mujeres que guardan la imagen materna, en esta se adoptaron los cantos, arrullos y juegos tradicionales para ser utilizados a lo largo de la jornada escolar.

Se estableció como inicio de las actividades diarias en el Jardín de Niños una rutina de saludo, en donde bajo el acompañamiento de un piano o un armonio ejecutado por un acompañante musical, se cantaban las canciones alusivas al saludo, y a las prácticas de aseo; además de canciones para señalar el día, el mes, y la estación como medio para la ubicación temporal de los niños; así como una rutina de ejercicios de estimulación física, y ejercicios de relajación bajo el acompañamiento musical. (Galván, 1997)

Algunas maestras de Jardín de Niños como Rosaura Zapata, Estefanía Castañeda, Rosario R. de Alvarado, Carmen Calderón y Luz María Serradell entre otras, se encargaron de construir un amplio repertorio de canciones propias para cada paso del saludo matinal, así como algunos cantos patrióticos e himnos dedicados a algunos héroes y personajes de la historia o del entorno social.

Otras composiciones musicales producto de la creatividad de estas autoras son los ritmos, en las cuales el niño, bajo la dirección de la educadora deberá ejecutar ciertos movimientos corporales y coreografías con la finalidad de propiciar además del desarrollo del sentido rítmico, elementos para el desarrollo de la ubicación espacial, lateralidad, tonicidad muscular, etc. (Galván, 1997)

Los documentos curriculares normativos para la Educación Preescolar, con el devenir del tiempo asumieron la Educación Musical de manera implícita, como actividades que se daban de manera natural, sin necesidad de planeación específica, y que generalmente se realizaban en función de las actividades planeadas por la educadora, con la ayuda de un acompañante musical, quien era una persona con habilidades de ejecución instrumental preferentemente pianista.

Durante la década de los ochentas del siglo pasado, aparece el Manual de Música y Movimiento como documento normativo para la Enseñanza Musical en Preescolar, en calidad de material de prueba, basado en las aportaciones que hace el autor mexicano Cesar Tort y los criterios señalados en el Segundo Congreso de la UNESCO sobre Pedagogía Musical celebrado en Copenhague, en 1958, y que Hernández Moreno refiere de la siguiente manera:

• “La educación musical ha de tener un carácter progresivo. Debe acompañar al niño a lo largo de su proceso evolutivo, desde la educación infantil hasta los niveles de educación superior, adaptándose en cada momento a sus capacidades e intereses específicos.

• Debe tener asimismo un carácter integral. En todos los programas educativos la música es interpretada como un contenido formativo, más que como una asignatura especial o enseñanza técnica, cuyo objetivo es el de cooperar con los demás bloques de contenido en beneficio del desarrollo de la personalidad del niño.

• En la metodología utilizada se atenderá primordialmente a familiarizar al niño con la realidad musical y participativa más que con la representación conceptual y gráfica de los sonidos.

• En todas las instituciones escolares, a pesar de las limitaciones de horario y material, debe existir una preocupación por abordar la realidad musical desde una perspectiva amplia, centrándose no solamente en el canto, sino también en la educación de oído, la educación rítmica, el solfeo, la historia de la música y el conocimiento de sus obras.

• La educación musical no debe revestir la forma de signatura o disciplina sometida a una calificación estricta de los resultados obtenidos a nivel individual. Al igual que la educación artística en general, ésta ha de llevarse a cabo en un ambiente de atractiva libertad para el alumno, sin olvidar la disciplina y el esfuerzo necesarios para alcanzar determinados objetivos.

• Es necesario que el responsable de la educación musical sea el propio profesor tutor con una adecuada formación musical y conciencia de capacidad formativa o, en su defecto, el profesor especialista, de amplia formación didáctica. En este último caso el profesor debe mantener una estrecha colaboración con el equipo docente del centro.

• La educación musical de los niños no pretende la formación de artistas, es decir no es una iniciación paciente en la técnica de los sonidos, simplemente deberá esforzarse en hacer que fluyan del alma infantil emociones y vivencias de naturaleza estética.

• Preocupación para que lo musical trascienda de los estrechos límites de la escuela e impregne el ambiente de la colectividad. La preocupación de musicalizar la sociedad, fundamentalmente el entorno inmediato a la escuela, resulta manifiesto.” (Hernández Moreno, 1995:11)

Fue hasta el Programa de Educación Preescolar 1992, en donde la Enseñanza Musical fue señalada como una actividad de rutina (SEP, 1992) a la cual se dedicaría un espacio durante la durante la jornada escolar, de acuerdo con la organización del tiempo y el espacio de cada institución.

Para esta actividad, se cuenta con el apoyo del Maestro de Enseñanza Musical en sustitución del acompañante musical, que es un profesionista con conocimientos y habilidades de la disciplina musical, quien además de la ejecución del instrumento musical con que cuente cada institución, se le atribuyen las siguientes tareas:

- “Auxiliar y orientar a las educadoras en los incisos musicales que presenten dificultad en su aplicación.

- Formular junto con la educadora los programas de actividades musicales.

- Asesorar al resto del personal docente en la adquisición, elaboración, mantenimiento y elección de los materiales didácticos musicales.

- Evaluar junto con la educadora el desarrollo del niño principalmente en el ámbito musical.

- Colaborar para enriquecer las situaciones de aprendizaje que trabajen los niños.

- Registrar las aportaciones creativas de los niños y las educadoras.

- Auxiliar con la ejecución instrumental.

Por lo tanto, conducirá en lo general las actividades de Música y Movimiento en coordinación con la educadora.” (SEP, s/a: 90 - 91)

En el caso de que la institución no cuente con el maestro especialista en Enseñanza Musical, este contenido deberá ser abordado por el docente responsable del grupo.

La educación musical

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (34 Kb)
Leer 20 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com