El Mercado Laboral De Los Jovenes
Giovani.casta23 de Mayo de 2012
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EL MERCADO LABORAL DE LOS JOVENES
A lo largo de este trabajo analizaremos e indagaremos sobre un problema que nos aqueja hoy en día, que es el mercado laboral de los jóvenes (ambos sexos), que como jóvenes y universitarios que somos, nos enfrentaremos en muy poco tiempo a esta problemática.
Dicha problemática trae consigo el desempleo, tema que también abordaremos ya que más de la mitad del desempleo actual en México es de jóvenes de entre 14 a 29 años, siendo el grupo de 20 a 24 años de edad el más afectado.
Haremos énfasis en los puntos más importantes que sobresalen en este tema, así como sus, consecuencias y posibles soluciones para los jóvenes y su mercado laboral.
Definamos al mercado laboral como la unión de la demanda y oferta del trabajo donde la demanda está formada por las empresas y/o empleadores que contratan a los trabajadores y la oferta respectivamente incluye a los trabajadores que están dispuestos a laborar en dicha empresa. Donde la juventud la podemos definir desde un punto de vista amplio como el periodo del ciclo de la vida en que las personas transitan de la niñez a la condición adulta, donde durante la misma se producen cambios biológicos, psicológicos, sociales y culturales.
En la actualidad la población de jóvenes de nuestro país, está experimentando una fuerte problemática ya que padece las tasas de desempleo más elevadas, principalmente los que tienen un mayor grado de estudios. De este modo los jóvenes siguen siendo el grupo más amplio de la población, donde persiguen nuevos horizontes. Estos poseen características muy heterogéneas, y por ende, problemas diversos y complejos. Viven en una realidad cada vez más acelerada, por la amplitud y frecuencia de información a la que tienen acceso, casi de manera inmediata al momento en que se genera. En promedio han alcanzado mejores niveles de formación educativa y conocimiento; que cuentan con más herramientas para incorporarse a la sociedad y a la economía activa, pero en cambio los espacios son muy limitados.
Estadísticamente hablando, del volumen total de jóvenes en el país con suficiente edad para trabajar (más de 16 millones aproximadamente), tan solo 1 millón y medio no encuentra una oportunidad de empleo y cada año se van sumando mas y mas personas a esta población que denominamos como “económicamente activa”. Donde los jóvenes no solo se ven afectados por la falta de empleo, sino también por la dificultad de seguir con sus estudios.
Al igual que en muchos países latinoamericanos y del mundo subdesarrollado, los jóvenes afrontan este fuerte cambio de la etapa escolar hacia la vida económicamente activa. Esta misma puede presentarse en jóvenes que ni siquiera han terminado la primaria o incluso sin que ni siquiera llegaran a sentarse en un salón de clases.
Como dato recordemos que es obligación de los mexicanos hacer que sus hijos cursen la educación primaria y secundaria, como lo marca la Ley general de la educación en su primer y cuarto articulo.
Actualmente los jóvenes entran al mercado laboral y regularmente se encuentra con que la posibilidad para ingresar a un trabajo de calidad son pocas, por no decir nulas. Tal situación afecta incluso a los que cuenta con un título universitario, tal situación apunta a que el nivel educativo ha dejado de ser el elemento principal como lo era en otras épocas.
Esta misma condición propicia que muchos estudiantes se pregunten si tiene sentido “invertir horas y mucho esfuerzo en tener un preparación continua o simplemente terminar sus estudios”.
Debido a los lentos avances realizados en materia educativa, el mercado laboral o de trabajo no es capaz de generar empleos de calidad para la población joven de nuestro país. Así que como lo comentaba anteriormente incluso el que llega a terminar una carrera universitaria sin haber adquirido experiencia previa suele convertir su búsqueda laboral en toda una hazaña para poder colocarse en un buen empleo formal y de calidad ejerciendo su profesión o desenvolviéndose en su campo de estudio.
Sin duda alguna, la falta de experiencia se ha convertido en uno de los principales y famosos argumentos de los empleadores para no poder ofrecer un trabajo de calidad. Esto orilla a los jóvenes tanto profesionistas y no profesionistas a aceptar empleos con una remuneración baja con lo que podríamos decir que empiezan a pagar su experiencia laboral. Como se comentaba, es cierto que existen algunas alternativas de trabajo para los jóvenes, éstas mismas pueden ser de tiempo parcial y tiempo completo pero en tal situación existe un “pero”, esto es que ofrecen trabajo pero con un salario demasiado bajo y con un sistema de remuneraciones de igual forma bajo, donde la oportunidad de crecer o adquirir una cierta experiencia profesional es poca.
Ejemplos hay muchos sobre los primeros empleos que un joven, sin experiencia previa puede tener, entre los principales son, ayudantes generales, meseros, mozos, cantineros, agentes de ventas y telefonistas por mencionar algunos, porque la lista es muy grande e infinita. Dentro de estos empleos un 50% recibe el salario mínimo y el otro 50 tan solo un poco arriba del mínimo.
Y lo podemos ver en muchos anuncios donde solicitan personal, en sus remuneraciones tan sólo dice: salario mínimo y un poco más, prestaciones de Ley y un poco más, pero ¿qué tanto es ese un poco más? En pocas palabras se podría decir que ese poco es un nada.
Respecto a las prestaciones que se pueden ofrecer, la mayoría no reciben aguinaldo ni vacaciones con goce de sueldo y aun más no cuentan con el reparto de utilidades, el seguro social es la única prestación que podrían tener segura.
El trabajo constituye una experiencia un tanto compleja para los jóvenes, es decir que es difícil adaptarse al mismo. Todo esto enfocado a los jóvenes que mantienen un contacto demasiado cercano con la escuela y que recién comienzan a desenvolverse y enfrentarse al mercado laboral. Su incorporación a la misma suele ser con inseguridad y el mismo mercado laboral se hace notar lejano y competitivo a diferencia de la escuela.
Por otro lado el truncamiento de la escolaridad es también visible en cuanto al mercado laboral, ya que por diferentes complicaciones ya sean personales o económicas, el joven decide entrar al mercado laboral aceptando el empleo que le den, así sea como lo comentábamos, con una baja remuneración, porque realmente necesitan el trabajo y al no encontrar más, aceptan lo poco que les ofrecen.
Podemos definir dos principales grupos de jóvenes del mercado laboral, los cuales son: jóvenes que estudian y trabajan y jóvenes que consiguen trabajo y abandonan el sistema educativo .El primero trata de jóvenes que al estar dentro del sistema educativo se ven obligados o simplemente por gusto y vocación, intercalar el estudio con el trabajo, misma que puede facilitar la asistencia escolar al adquirir un mayor sentido de responsabilidad y por obvias razones tener más recursos y así poder costear, vestimenta, transporte, útiles, etc.; y el segundo respectivamente son jóvenes que al conseguir un trabajo estando dentro del sistema educativo deciden salir del mismo ya sea por tiempo o por gusto. Y como un alterno tenemos a los vulgarmente llamados NINIS que ni estudian ni trabajan por demasiadas razones, desde sociales, personales hasta económicas.
Sabemos que aunque el desempleo juvenil no es un fenómeno nuevo en nuestro país, pues se asocia regularmente con la falta de preparación y de experiencia laboral de los jóvenes. La OIT (Organización Internacional del Trabajo) advirtió que de seguir así la situación, los jóvenes que quieran ingresar al mercado laboral solo encontraran como única opción el desempleo. Se prevé también que esta situación podría continuar al menos los próximos cuatro años, e incluso se alerta sobre la posibilidad de que esta situación traiga consigo una “generación perdida” de jóvenes, sin esperanza alguna de encontrar un empleo decente.
Por otro lado para los jóvenes que se encuentran ocupados –laborando- el panorama no es muy alentador, ya que de acuerdo con los datos de la Encuesta nacional de juventud, el 60 por ciento de ellos ganan entre uno y tres salarios mínimos, mientras que apenas 1.6 por ciento de los varones llega a percibir más de 10 salarios mínimos por su trabajo y en el caso de las mujeres, la proporción de las que ganan 10 salarios mínimos es de una por cada 100. Donde el porcentaje de hombres jóvenes que terminan una carrera universitaria es lo doble comparándose con las mujeres, así mismo se observa que la tasa de desempleo es tan solo un poco superior con referencia a la de los hombres; esto debido a distintos factores tales como, la discriminación, menor disponibilidad de las mujeres para aceptar cualquier trabajo, la especialización por genero de distintas ocupaciones y por último la necesidad de desempeñar múltiples roles sociales ( ama de casa, madre de familia ). Sin embargo México muestra una tasa no tan disparada en comparación a otros países.
Entre mujeres y hombres no hay diferencias significativas, salvo en el caso de los que perciben menos de un salario mínimo, ya que 21.2% de las mujeres se ubican en este nivel salarial, mientras que en los hombres es sólo 12.5%. Y por el contrario, en el grupo de los que ganan más de 10 salarios mínimos, los hombres aventajan a las mujeres, pues 11.4% de los primeros alcanzan estos ingresos, en cambio, únicamente 6.1% de las jóvenes tienen estas percepciones.
La discriminación de género afecta a las mujeres jóvenes que están sobre representadas en las cifras de desempleo y de subempleo juvenil. Aunque tengan más años de estudio que
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