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INMIGRACIÓN, ESTADO Y EDUCACIÓN EN ARGENTINA: ¿HACIA NUEVAS POLÍTICAS DE INTEGRACIÓN?


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2021  •  Trabajos  •  3.847 Palabras (16 Páginas)  •  71 Visitas

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 INMIGRACIÓN, ESTADO Y EDUCACIÓN EN ARGENTINA: ¿HACIA NUEVAS POLÍTICAS DE INTEGRACIÓN?  
Eduardo E. Domenech

La politicas de integración Estatales durante los noventa hasta la actualidad, en el terreno de las migraciones y la educacuón.

Mecanismos y procesos de inserción social y cultural de los migrantes en el espacio escolar. Distintos signos materiales y simólicos pregfiguran una nueva relación entre el Etsado y los inmigrantes. Si bien la ideología del pluralismo cultural ha penetrado en distintas esferas del Estado y en diversos espacios sociales como la escuela pública, las políticas estatales conservan una marcada impronta asimilacionista.

La adopción de políticas y/o estrategias de integración de carácter pluralista o multiculturalista no supone necesariamente un modelo alternativo, ya que pueden favorecer el encubrimiento de los mecanismos y procesos de discriminación y desigualdad social y cultural, especialmente visibles en el ámbito escolar.

En materia de políticas migratorias, la intervención del Estado estuvo absorbida hasta no hace mucho tiempo por una visión restringida a la regulación y control de flujos poblacionales. En Argentina, las migraciones internacionales han formado una parte constitutiva de los proyectos políticos del Estado. “el aparato estatal argentino posee una temprana y extensa experiencia en la formulación de políticas migratorias”. El Estado instrumentó facilidades y restricciones para regular los flujos migratorios, hasta los ochenta los gobiernos de facto implementaron una política restrictiva mientras que los gobiernos democráticos sostuvieron una política permisiva; posteriormente los gobiernos democráticos establecieron políticas de carácter restrictivo, concretadas a través de los reglamentos de migración de 1987 y 1994.

La normativa jurídica -no sólo ella- siempre ha privilegiado la inmigración europea frente a otras corrientes migratorias, tanto para el pasado como para el presente: se encuentra expresada en la Constitución Nacional de 1853 como también en la de 1994 y en las leyes que regularon la vida política migratoria durante más de un siglo, la Ley Avellaneda de 1876 y la Ley Videla de 1981.

Las medidas administrativas y políticas implementadas a lo largo de la historia migratoria argentina muchas veces tuvieron más una motivación política que económica y fueron dirigidas a regular la composición y el origen de los flujos migratorios más que a influir sobre su tamaño o dirección. En los noventa hasta la actualidad mientras que el estado de la economía determinaba en principio las reglas de admisión para los ciudadanos de países sudamericanos, los ciudadanos europeos eran bien recibidos. Esto es lo que suele conocerse como “políticas de inmigración racialmente selectivas”

A partir de mediados del siglo XX la inmigración limítrofe comienza a adquirir mayor visibilidad y cobra relevancia en los noventa. FACTORES: esto no puede atribuirse únicamente a los cambios sociodemográficos ocurridos -como el aumento de la proporción de inmigrantes limítrofes sobre la población total de extranjeros, su desplazamiento desde zonas fronterizas hacia los centros urbanos, especialmente Buenos Aires y su distribución por nacionalidad sino también a transformaciones socioculturales profundas. “los inmigrantes de países limítrofes tuvieron un lugar específico en los imaginarios sociales de los años noventa y que ese lugar fue modificado al producirse cambios profundos acerca de cómo la Argentina se imagina a sí misma”, se pasa de una situación de “invisibilización” a una de “hipervisibilización de las diferencias”, lo cual implicaría un desplazamiento de las identificaciones de clase por las étnicas.

Bajo el régimen de hipervisibilidad étnica que se produce en Argentina y frente a la pérdida de legitimidad de las políticas de asimilación, las políticas estatales se reconvertirían bajo la forma del pluralismo cultural, aunque con una marcada impronta asimilacionista. Con esta “nueva ideología de la asimilación” se reconoce la sociedad como multicultural y multiétnica, se valora la contribución de los distintos grupos étnicos y migrantes al crecimiento y desarrollo del país, así como tomar conocimiento de ello, se promueve el respeto y tolerancia a la diversidad cultural para la disminución de la discriminación y los prejuicios, se reconocen derechos de igualdad formal, pero se mantiene inalterada la estructura de poder, además se pretende establecer la distancia suficiente entre “nosotros” y los “otros” como para no poner en peligro la “identidad nacional” y la “unidad cultural” de la nación.

A la falsa disyuntiva que se le ofrece a los inmigrantes de integrarse en la cultura dominante transformándose en malas copias o mantener sus particularidades a costa de su marginación y exclusión social se suma ahora una tercera posibilidad: conservar sus particularidades identitarias a cambio de ignorar o abandonar, parcial o totalmente, reclamos y luchas por proyectos de sociedad que comprometan la estabilidad o reproducción del sistema político, económico y cultural.

El tema de la integración de los inmigrantes, plasmado en el debate crisol de razas / pluralismo cultural, ha sido una de las principales preocupaciones alrededor de las cuales se ha vertebrado el estudio de las migraciones en el país.

Más allá de las acciones del Estado, es preciso tener presente que los inmigrantes encuentran otras estrategias, ya sean individuales o colectivas y a través de distintos medios, en la construcción de sus propuestas de inserción a la sociedad. Es conocida la importancia de la formación y desarrollo de las asociaciones de inmigrantes en los procesos de inserción de los inmigrantes en la sociedad receptora. Entre las poblaciones de migrantes, se destaca la colectividad boliviana por el grado de institucionalización social y la permanencia y estabilidad que han adquirido los vínculos entre los residentes y la relación con los lugares de origen.

En muchos casos la “integración” conserva el sentido de “acomodación” y no contempla la estructura de poder en la que se produce. Las “políticas de integración”, específicamente, refieren al conjunto de acciones que inciden en las condiciones de vida de los extranjeros y en sus posibilidades de inserción en diferentes esferas de la sociedad de acogida.

Las respuestas políticas del Estado frente a la inmigración afectan las construcciones sociales quese elaboran alrededor de sus características y su funció social. A lo largo de más de un siglo de inmigración en Argentina podemos distinguir en el discurso dominante dos perspectivas que subsisten y coexisten en el imaginario social actual: los inmigrantes como “aporte” o “contribución” por un lado y como “amenaza” por el otro, lo cual configura, en cierta forma, la frontera que separa a aquellos que son admitidos de los que sonrechazados, ya sea para ingresar al territorio o para formar parte de la nación.

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