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Insercion Laboral De Ex Presidiarios


Enviado por   •  31 de Octubre de 2012  •  8.038 Palabras (33 Páginas)  •  1.661 Visitas

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ANALISIS DE DATOS

Las barreras de accesibilidad y el papel de la sociedad

Según Engelman , las barreras de accesibilidad abarcan todo obstáculo que impida o dificulte la realización de una tarea o actividad, afectando de esta manera la plena integración social de una persona. Las barreras de accesibilidad pueden ser de dos tipos, físicas y artificiales, en este análisis centraremos la atención en estas últimas que son las construidas por la sociedad. Estas barreras son las que le dificultan a la persona que ha recuperado su libertad a insertarse a la sociedad que lo recibe, y es que uno de los grandes problemas con los que se encuentran estas personas que han estado privadas de su libertad es la no aceptación de la sociedad, todos los entrevistados concuerdan en un sentimiento de rechazo y estigmatización.

Este rechazo sufrido por la persona que ha recuperado su libertad es una de las barreras de accesibilidad que mas se hace notar en las entrevistas en respuestas como…“Te das cuenta de la discriminación viste, mucha gente que dice hay pobre estuvieron presos, son pobres, pero después a la hora de ayudar, desaparece” (Entrevista nº 2),…”Con la gente que conoce mi situación me siento incomoda porque se que ya me están tildando de “chorra” (Entrevista n° 1). Uno de los entrevistados ha relatado una experiencia laboral en la que una empresa de seguridad, luego de tres meses, despide a la persona al enterarse de sus antecedentes, no teniendo en cuenta su aptitud, su puntualidad y su buen desempeño en el cargo. Sin más motivo que los antecedentes la persona es obligada a renunciar. En el relato, el entrevistado hizo notar el cambio de vida que significo para él ese empleo formal por tres meses, el cobro de un salario mensual, la cobertura médica, y el sentirse parte del sistema significaron mucho para él, la renuncia al mismo fue como retroceder nuevamente, decepcionado, perdió la estabilidad que había creído conseguir. Este es un claro ejemplo de cómo la falta de oportunidades es otra barrera de accesibilidad con la que debe lidiar la persona que ha estado privada de su libertad, son barreras creadas por la misma sociedad que le reclama que se inserte nuevamente a ella y deje de delinquir.

En cuanto a la sociedad que los recibe, las representaciones no fueron positivas, los entrevistados dijeron;…“Lo que la sociedad no entiende es que termino tu condena, firmaste el ultimo día y ya esta, ya pagaste, ya pagaste, pero para la sociedad vas a ser un preso, tenes una condena perpetua”…“No se si tendría que hacer algo para ayudar a las personas cuando salen de la cárcel ( la sociedad) eso se lo dejamos al Estado, bastaría con que la sociedad no discrimine y te abra puertas en vez de cerrarlas.”

Las percepciones que tienen las personas que han estado privadas de su libertad sobre la sociedad que los recibe suele estar caracterizada por la discriminación, en cuanto las personas que rodean a alguien que ha estado detenido se enteran de su real situación se alejan, se apartan y cambian el concepto que tenían sobre esa persona.

Es por este sentimiento de no aceptación que padecen las personas que han estado privadas de su libertad que es necesario un cambio de mentalidad por parte de la sociedad donde se comprenda la importancia de su participación y se dejen de lado los prejuicios.

“Antes de hablar de educación y de reinserción es, pues, menester hacer un examen del sistema de valores y de modelos de comportamiento presentes en la sociedad en que se quiere reinsertar al detenido. Tal examen no puede, creemos, sino llevar a la conclusión de que la verdadera reeducación debería comenzar por la sociedad antes que por el condenado. Antes de querer modificar a los excluidos es preciso modificar la sociedad excluyente, llegando así a la raíz del mecanismo de exclusión. De otro modo subsistirá, en quien desee juzgar de modo realista, la sospecha de que la función verdadera de esta modificación de los excluidos es la de perfeccionar y volver pacífica la exclusión, integrando, más que a los excluidos en la sociedad, a la relación misma de exclusión en la ideología legitirnadora del estado social" (Baratta, 2002) .

Teniendo en cuenta el concepto de integración desarrollado por Baratta, podemos afirmar la importancia que tiene el papel de la sociedad en esta cuestión, por este motivo es de vital importancia que la sociedad asuma ese papel y se sienta responsable de involucrarse en la solución de un problema que le afecta a toda la sociedad en su conjunto. La persona que ha estado privada de su libertad debe reconocerse en la sociedad y la sociedad debe asumir a esta problemática como propia.

Es necesario este involucramiento de la sociedad para que las posibles políticas y medidas tomadas al respecto sean comprendidas y aceptadas. Hoy en día vemos a la pena privativa de la libertad como un castigo que debe ser cumplida por quien ha cometido el delito para pagar los daños causados a la sociedad, de esta manera el delincuente pasa a ser una mala persona que debe ser excluida y encerrada fuera de la sociedad de la que no merece ser parte. El problema es que al salir de la cárcel ese sentimiento continúa presente en la sociedad, rechazo, exclusión y prejuicios son sufridos por estas personas.

La sociedad, en la que se incluye a entes públicos, empresas privadas y empresarios, entre otros, debe ser sensibilizada para que se comprenda que sin su aporte la inserción de una persona que estuvo privada de su libertad no es posible, no basta con el cumplimiento de una pena privativa de la libertad que para nada resuelva este problema. Ese sentimiento de responsabilidad que debe generarse en la sociedad debe venir acompañado de la comprensión de que el delito es una problemática que directa o indirectamente nos afecta a todos, y que el involucramiento de la sociedad debe ser una herramienta que facilite a la persona que ha recuperado su libertad a vivir dignamente, “no se trata de corregir a la persona sino de educarla para que respete los valores socialmente compartidos y jurídicamente establecidos para la convivencia social”

"Tradicionalmente, se ha concebido la reinserción social apegada a una ideología del sometimiento a la disciplina penitenciaria, criterio orientado hacia los fines preventivos generales, es decir, desde una perspectiva de reafirmación de los valores imperantes o de defensa social, no obstante, la reformulación del concepto de reintegración social del condenado, concibe la posibilidad de acceder a espacios de satisfacción de necesidades básicas y desarrollo humano, sin admitir fines generales ligados a la seguridad o defensa social, que violen la autonomía y dignidad del condenado" .

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