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La conducta agresiva humana

carolinaestradaTutorial28 de Febrero de 2014

5.896 Palabras (24 Páginas)478 Visitas

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1.1

Visión innatista de la Conducta A2resiva: Un debate del pasado

• ¿Es la conducta agresiva humana innata?

• ¿Se puede entender como algo imposible de eliminar, o por el contrario, es un

mal evitable?.

• ¿Es la sociedad la que genera y mantiene los comportamientos agresivos?

Estas y otras muchas preguntas más han sido tema de apasionados debates entre

científicos y público en general. Entre los investigadores la primera controversia ha

girado en torno a la existencia o no de un “instinto agresivo

“.

Durante siglos se ha creído

en un instinto violento, defendiendo que los seres humanos nacemos con una innata

necesidad de odio y destrucción.

Una de las figuras que con más frecuencia se ha asociado a dicha hipótesis es la de

Freud, quien en 1920 y a raíz de los horrores de la Primera Guerra Mundial, se

manifestaba convencido de que las personas estaban impulsadas hacia el odio y la

muerte, afirmando que

“<½.) el

hombre no es una criatura tierna y necesitada de amor,

que sólo osaría defenderse si se la atacara, sino, por el contrario, un ser entre cuyas

disposiciones instintivas también debe incluirse una buena porción de agresividad Por

consiguiente, el prójimo no le representa únicamente un posible colaborador y objeto

sexua4 sino también un motivo de tentación para satisfacer en él su agresividad, para

explotar su capacidad de trabajo

(...),

para humillarlo, para ocasionarle sjrimientos,

martirizarlo y matarlo” (Freud, 1930, pp.S2-53). En años más recientes Konrad Lorenz,

fundador de la etología y premio nobel a raíz de las investigaciones de la conducta animal

en su hábitat natural, mantenía que los seres humanos, igual que otras especies animales,

poseen un impulso a2resivo innato. Según él, “la agresión, cuyos efectos suelen

equipararse a los del instinto de muerte, es un instinto como cualquier otro y, en

condiciones naturales igualmente apto para la conservación de la vida y de la especie”

27

(Lorenz, 1963, p.41. Estudiar con más detalle estas conceptualizaciones es fundamental,

teniendo en cuenta el impacto social que tuvieron

en su momento, las diversas

interpretaciones que se han hecho y la enorme influencia que aún en la actualidad ejerce

sobre determinados grupos humanos, que se apoyan en ellas para justificar sus actos

agresivos.

1.1.1

Teoría Psicodinámica de la Agresión

Freud y otros autores de orientación psicodinámica consideran la agresión como

uno de los motores básicos de la vida. La describe como una fuerza global, instintiva,

urgente, presente en toda actividad humana y básicamente inevitable. Afirma que

“evidentemente, al hombre no le resulta fácil renunciar a la satisfacción de estas

tendencias agresivas suyas; no se siente nada a gusto sin esa satisfacción (...). Siempre

se podrá vincular amorosamente entre sí a un mayor número de hombres, con la

condición de que sobren otros en quienes descargar los golpes” (Freud, 1930, p.55).

Inicialmente Freud había dedicado poca atención al fenómeno de la agresión,

mientras consideraba que la sexualidad y la conservación del individuo eran las dos

fuerzas que predominaban en el ser humano. Su concepto de agresión va evolucionando

y

siguiendo la aproximación histórica realizada por Van Rillaer (1978),

se pueden

distinguir claramente tres períodos:

• Primer Período (1892-1913)

En un primer momento, Freud describió los fenómenos agresivos como

emergentes de unas pulsiones libidinales, que en determinados momentos se

manifestaban con urgencia

aberraciones sexuales.

constituyendo lo que denominó

“perversiones” o

Dentro de su concepción de las aberraciones, plantea el fenómeno del sadismo

que, aunque es un componente de la sexualidad normal, se puede transformar en

dominante bajo determinadas circunstancias, estigmatizando el comportamiento sexual de

un individuo determinado. El sadismo como manifestación eminentemente agresiva no es

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más que una tendencia de dominación que busca vencer la resistencia del objeto sexual,

de forma diferente a la seducción.

El sentido y el origen de la tendencia sádica están lejos de adoptar una forma

definitiva en las primeras aproximaciones freudianas. Sus ideas oscilan entre considerarla

como una simple expresión libidinal y atribuirle orígenes muy diferentes a los sexuales.

En este primer periodo también presentó el fenómeno de la ambivalencia

afectiva, del amor como la otra cara de la misma moneda que el odio y la agresión. Freud

llama la atención sobre la ambivalencia interna de la pulsión sexual, defendiendo que la

pulsión hacia la crueldad es un componente de la sexualidad y que dicha pulsión

generalmente representa una parte del comportamiento social del enfermo. Afirma que

“de esta relación entre crueldad y libido, se origina también la transformación del amor

en odio, de emociones tiernas en emociones hostiles (

(Van Rillaer, 1978, p.57).

• Segundo Período (1914-1919)

En esta etapa es fundamental el tema relacionado con las “pulsiones del yo”,

porque, además de ser clave en la concepción psicoanalítica, es imprescindible para

comprender el fenómeno de la agresividad. Freud aborda concretamente el análisis del

amor y del odio y las ideas claves al respecto se pueden resumir en su obra “Las

pulsiones y sus destinos” (1915). Son las siguientes:

1. El odio es una relación de objeto y surge de una actuación defensiva de rechazo

que el yo narcisista opone a las excitaciones provenientes del mundo exterior.

2. Los conceptos de odio y agresividad no son esencialmente diferentes; por el

contrario, en la vida cotidiana se les considera como unidos. Si el yo se siente herido o

amenazado, busca la eliminación o destrucción de todos los objetos perturbadores que son

fuente de frustración de la satisfacción sexual o de satisfacción de necesidades de

conservación.

3. En lenguaje freudiano, el término frustración es sinónimo de “herida

narcisista”. De esta forma la agresión se originaria cuando el yo sufre esta herida

narcisista, más por el obstáculo, la privación o el rechazo en cuestión, que por la no

satisfacción de las pulsiones.

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También durante este período y a raíz de la Primera Guerra Mundial, Freud realiza

unas reflexiones sobre los fenómenos de carácter hostil y sobre la resonancia afectiva de

la muerte de seres queridos y de personas consideradas enemigas, que aportan elementos

importantes para el tema de estudio. En el texto “Consideraciones de Actualidad sobre la

Guerra y la Muerte” (1915) se destacan las siguientes ideas fundamentales:

1. La esencia más profunda del ser humano está compuesta de impulsos

instintivos de naturaleza elemental, que son iguales en todos y tienden a satisfacer algunas

de estas necesidades primitivas. Afirma que “estos impulsos primitivos no son en sí ni

buenos ni malos. Los clasificamos, y clasificamos así sus manifestaciones, según su

relación con las necesidadesy las exigencias de la comunidad humana” (p.l 03).

2. Los impulsos primitivos sufren una serie de transformaciones y recorren un

largo camino evolutivo hasta convertirse en eficientes en la persona adulta. En la

transformación de los impulsos llamados “malos” o egoístas en “buenos” o sociales,

influyen dos factores: a. Un factor interior: el erotismo, que en su sentido más amplio se

refiere a la necesidad de amor; b. Un factor exterior: la coerción de la educación,

representada por las exigencias de la civilización circundante y continuada por la acción

directa del medio civilizado.

Al respecto, es interesante destacar los interrogantes que Freud se plantea y la

sinceridad en su respuesta que vislumbra algo de optimismo: “¿Por qué los pueblos y las

naciones se desprecian, se odian y se aborrecen unos a otros> incluso también en tiempos

de paz, es, desde luego, enigmático. Por lo menos, para mí (...) sucede precisamente

como si todas las conquistas morales de los individuos se perdieran (...), y sólo

perdurasen las actitudes anímicas más primitivas, más antiguas y más rudas. Estas

lamentables circunstancias serán, quiz4 modWcadas por evoluciones posteriores”

(plí 1).

Las anteriores reflexiones de Freud se vieron afectadas por la Segunda Guerra

Mundial, ésta ejerció una gran influencia en sus planteamientos acerca de la agresividad,

tanto en los matices que introdujo como en los cambios importantes que aparecen en la

tercera y última etapa.

30

• Tercer Período (1920- 1939)

A partir de los años 20, Freud cambia radicalmente su planteamiento ante la

evidencia de que la teoría era incapaz de explicar muchos fenómenos que se venían

observando, entre ellos: la resistencia al trabajo analítico, la repetición, la regresión

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