Lo entendemos como la adquisición de bienes de manera desenfrenada, actitud que es promovida por las empresas productoras y comercializadoras con el fin de aumentar sus ventas

Consumismo

Lo entendemos como la adquisición de bienes de manera desenfrenada, actitud que es promovida por las empresas productoras y comercializadoras con el fin de aumentar sus ventas, lo que en última instancia tiene como finalidad la acumulación de riqueza a favor de los accionistas y administradores de estas corporaciones.

¿Pero cómo surgió? Este gigante  se respalda en la obsolescencia programada. Esta estrategia empresarial surgió al mismo tiempo que la producción en masa y la sociedad de consumo, más precisamente luego del invento de Thomas Edison, la bombilla, que tenía una vida útil de 1500 horas. En ese entonces su misión era conseguir que sea más resistente y duradera posible.

Pero más tarde se creó una organización llamada Phoebus; un grupo de fabricantes de bombillas  que reunidos en Ginebra en el año 1925, trataban de solucionar el problema de la caída de sus ventas; allí se pusieron de acuerdo en una medida, limitar la duración de las mismas a un máximo de 1000 horas; dándole origen a la obsolescencia programada.  Debido a este proceso bajaron los precios y los productos fueron más accesibles y la gente comenzó a consumir por diversión y no por necesidad.

A partir de aquí se distinguieron dos enfoques: el antiguo enfoque europeo, el cual  era crear el mejor producto y que durara para siempre; y el enfoque americano, que es crear un consumidor insatisfecho con el producto que ha disfrutado,  lo venda de segunda mano y que compre lo más nuevo con nueva imagen.

Esta última tendencia no se impuso en los países comunistas en los que no había un libre mercado, ya que estaba basada en la planificación del Estado y daba lugar a la fabricación de productos de larga duración, como por ejemplo las lavadoras y heladeras que en el resto del mundo tenían una vida útil de 5 años, en estos países podían llegar a durar hasta 25 años. Otro ejemplo es una fábrica de Berlín, que creó una bombilla de alta duración, se presentó en una feria internacional en busca de compradores occidentales, pero fue tal el boicot recibido que la misma no pudo salir a nuevos mercados y cerro después de la caída del muro.

En la industria textil se introdujo ésta técnica cuando, en 1940, el gigante de los químicos Dupont presentó una fibra sintética revolucionaria, el Nylon. Aquí salieron a la venta las famosas medias duraderas y resistentes, esto significaba que la fábrica no vendería muchas por mucho tiempo. Por esta situación se dieron órdenes de crear una fibra más débil, frágil y que se rompiera fácilmente. Esta industria mantiene un férreo control del mundo de la moda, las tendencias y lo hace con un solo objetivo, hacer que la ropa no dure más de un año. Para ello no merma la calidad de sus tejidos, no le hace falta, tan solo consiguen que sus productos pasen de moda.

¿Qué pasa con la industria automotriz? En la actualidad, todavía se siguen viendo vehículos de los años 50’s y 60’s transitando por las calles, que cualquiera con un poco de maña es capaz de repararlo en cualquier sitio; en cambio, en los últimos modelos se utiliza tanta electrónica que supera la mecánica, haciendo que una simple falla nos cueste un porcentaje importante comparado con su valor total.

Sucede lo mismo con los celulares, la electrónica y las nuevas tecnologías. Por ejemplo, un caso muy resonante fue la demanda de un grupo de personas a la empresa Apple con uno de sus productos, el iPhone. La batería de este equipo duraba menos que la garantía y por lo tanto cuando ésta se agotaba la única solución era comprar uno nuevo. Los consumidores se manifestaron a través de la publicidad negativa, la cual puso en alerta a los fabricantes que decidieron alargar un poco más la vida útil del producto para poder sostener sus ventas.

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