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Pedagogía Jesuita


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2013  •  Resúmenes  •  1.617 Palabras (7 Páginas)  •  303 Visitas

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Pedagogía Jesuita (1548-1762)

Algo que conviene señalar es que la pedagogía de los jesuitas responde a un ideal, tal y como lo señala (Chateau 2003) y ese ideal era totalmente realista en cuanto a aspectos formativos. Para esclarecer un poco más las cosas, la compañía de Jesús fue concebida por Ignacio de Loyola cerca de 1535, el autor nos habla de que en esos años Loyola estudiaba en Paris. Pero fue en 1541 cuando la Compañía de Jesús comenzó a tener vida administrativa mediante la bula de los cuarenta y nueve puntos Regimini Ecclesiae militantis. “estas instituciones preveían la existencia de seminarios denominados colegios junto a las ciudades que poseían universidad, donde los futuros jesuitas recibirían los complementos de formación religiosa requeridos […] la regla precisaba que en la Compañía no habría clases ni centros de enseñanza” (Chateau 2003)

De esta manera, Loyola envió a París a los futuros doctores de la Compañía y entre ellos el Padre Nadal. Cuando en 1541 Loyola advirtió la necesidad de orientar a sus sacerdotes al ministerio de la palabra surgió otro problema, las residencias se convirtieron en verdaderos colegios debido a que brindaban asilo incluso a extranjeros como lo fueron las ubicadas en Coimbra, Colonia y Lovaina. Sin embargo me di cuenta que ante esto, los jesuitas demostraron una vez más su ingenio ya que comenzó a surgir la llamada actividad misional y me llama la atención que la filosofía de los jesuitas haya tenido como objetivo las mentes jóvenes ya que como dijo el Padre Bonifacio (1576) “la educación de los niños es la renovación del mundo”.

Es en 1548 cuando Ignacio decide fundar en Mesina el primer colegio de la Compañía propiamente dicho, este mismo año se abre la casa de Gandía; en 1550 se crea el Colegio Romano, este colegio despertó tanto entusiasmo en la gente que una cita de Michel de Montaigne lo relata así: “Maravilla lo que este colegio abarca de la cristiandad; y creo que no hubo jamás entre nosotros cofradía ni cuerpo que alcanzase tamaña jerarquía […] es un vivero de grandes hombres en todos sus aspectos” (Chateau 2003). Es así como los jesuitas se apoyaron en esta central pedagógica para emprender una implantación ideológica. Y debido a que esto surgió en pleno auge de la Reforma la Compañía se fijo los dos países presas de la infiltración protestante: Alemania y Francia. Con esta meta en mente se fueron fundando colegios a lo largo y ancho de ambos países de tal manera que en 1585 los colegios jesuitas en Francia eran quince y estos con efectivos numéricamente considerables.

Los jesuitas tuvieron su auge en el reinado de Segismundo III, quien fuera su alumno, en el transcurso de 50 años los colegios aumentaron considerablemente.

Dentro de los colegios existió una disciplina muy rígida que dirigió los procedimientos pedagógicos jesuitas en su extensión: “Las cosas más necesarias para formar provechosamente a los alumnos son el orden y el método, tanto la progresión de los estudios como en la organización de las disputas y de todos los ejercicios escolares” (Suarez, De Religione Societatis Jesu)

En cuanto a los planes de estudios basados en el Ratio Studiorum se impartieron las siguientes materias:

Humanidades | Incluían oratoria, gramática, latín y griego |

Filosofía | Retorica, teología |

Historia | Geografía e historia de Europa |

Ciencias Físicas y matemáticas | Matemáticas, aritmética, geometría, acústica y perspectiva |

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Ante esto cabe señalar que una parte importante de este proceso eran los docentes, antes de que la Compañía se estableciera la formación de los maestros se ofrecía en las universidades. Sin embargo, algo muy importante a señalar, es que la obra del padre Jouvency titulada “Ratio discendí et docendi” fue utilizada como el manual de estudiantes jesuitas, “con el fin de mejorar los nuevos deberes pedagógicos que se reanudaban”; este manual se llevo a cabo la nueva preparación para la enseñanza y fue algo tan importante que incluso fue traducido a varias lenguas; se pretendía además que cada padre tuviera un ejemplar de dicha obra.

Conclusión

La obra misionera de los jesuitas cautivó el pensamiento europeo desde el principio. La experiencia cristiana puesta en práctica en América dio un gran impulso a la crítica de una elite intelectual europea, que reclamaba cambios políticos y sociales y veía en las reducciones un modelo a seguir las costumbres, igualdad, austeridad y vida comunitaria, elementos que según ellos, debían estar en la base de la existencia

Los jesuitas se preocupaban por el desarrollo intelectual de sus alumnos, además la vida espiritual y moral. Cabe mencionar que ellos tenían como objetivo que sus alumnos encontraran los métodos para lograr su misión en la vida, servir a otros incondicionalmente y a poder distinguir entre lo bueno y malo; considero que de esta forma se buscaba

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