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Calidad Ambiental 2


Enviado por   •  9 de Mayo de 2014  •  1.591 Palabras (7 Páginas)  •  376 Visitas

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El momento presente está caracterizado, entre otras cosas, por el uso generalizado de cuatro términos, sobre cuyo sentido literal y pragmático debería profundizarse en el futuro. Estos cuatro términos son: sostenibilidad, habitabilidad y calidad de vida, cohesión social y globalidad. Estos cuatro términos, obviamente, se refieren a procesos y dimensiones de la realidad extremadamente diferente, pero claramente relacionados entre sí.

El término sostenibilidad, en su acepción más abstracta, hace referencia al establecimiento de controles que aseguren el mantenimiento de recursos naturales (y lo que ello conlleve) para las generaciones futuras. Expresa la exigencia de introducir controles en el consumo de bienes materiales no renovables (recursos naturales, energéticos, etc), y, por el momento, constituye, más bien, un referente teórico para la formulación de políticas que intentan mantener un óptimo nivel de desarrollo económico, con un igual (o mayor) nivel de calidad de vida, y al mismo tiempo, garantizar la superviviencia futura. Algunos piensan que este concepto es más ideológico que operativo, y que, en sí, supone algo así como la "cuadratura del círculo", al fundir dos principios de difícil compaginación y pretender, así, fundir en uno los dos términos de un dilema irreconciliable: desarrollo y calidad de vida. En cualquier caso, parece irrenunciable la crítica del actual modelo de desarrollo, basado en la búsqueda inmediata de los recursos para la satisfacción de necesidades y el optimismo irracional en los ideales del desarrollo ilimitado. Igualmente, parece evidente que la sostenibilidad resulta ser más una etiqueta que sintetiza algunas de las aspiraciones de controlar el modelo de desarrollo económico, que un principio programático efectivo. Igualmente, la sostenibilidad pretende ser un reclamo para aumentar la conciencia ambiental de la comunidad, y reforzar, así, la creencia en los límites de los recursos naturales. Pero, este principio general no puede obviar la existencia de situaciones de desigualdad social y económica de partida entre naciones y estados y entre comunidades de un mismo país, y, lo que aún es más importante, la existencia de mecanismos económicos difícilmente compatibles con la sostenibilidad (la competitividad salvaje, la falta de instrumentos de control económico o el mercado libre, por ejemplo). De esta forma, cuando se creía haber encontrado una solución (la formulación de modelos de desarrollo sostenible), en realidad, lo que se ha descubierto es que se ha encontrado un nuevo enigma: ¿cómo planificar en términos globales un modelo de desarrollo que permita hacer lo que se está haciendo con un coste menor? Pero, tal vez, la pregunta que haya que formularse sea otra ligeramente distinta: ¿cómo redefinir estilos de vida y metas de la organización social, que conduzcan a un diferente modelo de desarrollo? Este segundo interrogante tiene fuertes implicaciones económicas y de todo tipo; pero no es un interrogante que se pueda responder de manera estrictamente contable.

Otro de los términos profusamente utilizados en la actualidad es el de la necesidad de cohesión social, que abarca una cierta multiplicidad de sentidos. Aquí se recoge como un término relacionado con el de integración social, de tal forma que, cohesión se opone a todos los procesos de "segmentación", "dualización", "desintegración" o "exclusión" social. Se pretende hacer frente a la existencia de marcadas y sobresalientes condiciones de desigualdad social en el origen (la de aquellos grupos excluidos de partida) o en la dinámica social (la de aquellos otros grupos "expulsados" de la organización social). Con agudeza, se subraya que el principal recurso para la cohesión social es el trabajo y el acceso a un empleo. Se reclaman así políticas activas, globales y específicas, para promover la inserción laboral y lo que ello conlleva. Pero, se deja de lado la referencia a los procesos que en una sociedad activa, pero cada vez menos ocupada, requiere la consecución de un empleo: formación, búsqueda y definición del propio sector de actividad, motivación suficiente para ello, etc. Debe subrayarse que el problema no es el empleo, es más bien tener la motivación y los recursos suficientes para saber crear, mantener y dimensionar la propia actividad. Casi todos los trabajos que realizamos son y pueden ser sustituibles por el que otros pudieran realizar con un nivel de competencia y eficacia similar al nuestro. En este contexto, quién puede hacer frente a la desesperanza, el desánimo o la falta de iniciativa y motivación para emprenderlo. No se trata de subrayar la necesidad económica del desempleado (algo a lo que es de justicia hacer frente), sino la situación emocional del desempleo. Parece evidente que el principio de la cohesión social entra en contradicción con el principio de la competitividad, y esta nueva paradoja es fácil de resolver retóricamente, pero difícil de articular programáticamente. En cualquier caso, resulta evidente la necesidad de poner en marcha iniciativas y experiencias que, de manera prioritaria, hagan frente a tres necesidades básicas: evitar la discriminación, reducir la vulnerabilidad y promover la integración social.

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