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FALSAS MEMORIAS Caso Mc Martin


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2016  •  Trabajos  •  1.332 Palabras (6 Páginas)  •  352 Visitas

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FALSAS MEMORIAS

Caso Mc Martin

Probablemente uno de los casos más sonados y conocidos de falsas memorias de agresiones sexuales a menores ha sido el conocido como Caso McMartin, que tuvo lugar en Estados Unidos en 1983, y sobre el que se han realizado varias películas (Unspeakable Acts, 1990; Indictment: The McMartin Trial, 1995) y escrito un libro (Eberle y Eberle, 1993). En este suceso se vieron implicados gran cantidad de niños de muy corta edad como falsas víctimas y como falsos agresores los empleados de la guardería y el hijo de los propietarios (de 25 años),  que fue el principal imputado y pasó cinco años en prisión a la espera del juicio que le declaró inocente. Cerca de 400 niños fueron entrevistados sobre las agresiones. Llegaron a describir un amplio catálogo de agresiones sexuales entre las que se incluían felaciones, tocamientos genitales y anales, sodomía, y rituales satánicos que incluían beber sangre.

Este caso se inició a raíz de la denuncia de Judy Johnson, una madre esquizofrénica, que creía que se había abusado de su hijo de dos años y medio. Aunque el examen médico no indicó ningún signo de abusos sexual, las autoridades decidieron enviar una carta a 200 familias que habían estado ligadas al mismo centro educativo que la presunta víctima. En dichas cartas se podía leer la siguiente información: “Por favor pregunte a su hijo si ha sido testigo o víctima  de algún crimen. Nuestra investigación nos indica que los posibles actos incluyen: sexo oral, masturbación por parte de adultos, sodomía, posiblemente utilizando la excusa de tener que tomar la temperatura del niño. También pudieron haberse tomado fotos desnudos a los niños. Cualquier información sobre Ray Buckey de parte de sus hijos es importante...”.

En este caso nos encontramos ante una falsa memoria, ya que Judy Johnson creía fervientemente en la existencia de dichos abusos, y presionó a su hijo haciéndole creer que realmente había vivido esa situación. Todos los niños fueron sometidos a intensivos interrogatorios, con preguntas directivas como las que sugería la carta. A estos niños los propios padres (figura de autoridad y confianza) les indujeron estereotipos negativos sobre los supuestos ofensores. Los niños no hicieron más que otorgar a estos sujetos los roles que le habían sugerido los padres. Los niños dirigidos por unos padres alarmados fueron víctimas de un continuo interrogatorio sobre sexo. Además estos padres hicieron ver a los niños que los acusados eran “malos” y que habían hecho daño a muchos niños. Estos actos fueron los que llevaron a los niños a relatar una serie de abusos que no habían tenido lugar y que prácticamente eran imposibles.

Estos niños fueron víctimas de una metodología e investigación inapropiada, utilizada tanto por los padres como por la psicóloga especialista en abuso sexual infantil responsable de llevar a cabo las entrevistas. Se le llevo a cabo las entrevistas utilizando una serie de  preguntas sugestivas, muñecos anatómicamente correctos y promesas de recompensas si relataban los supuestos actos sexuales. Los medios de comunicación también tuvieron su parte de culpa, ya que publicaban y relatan una y otra vez lo ocurrido proporcionando toda clase de detalles que influenciaba los recuerdos de los niños, se producía una especia de lavado de cerebro. La política también fue responsable ya que ante el revuelto mediático del caso, insistió mucho en las entrevistas queriendo encontrar a toda costa un culpable lo que llevo a realizar una investigación inapropiada, llevando a los niños a pensar y decir lo que ellos mismos querían oír. En este caso existía una fuerte exigencia social para que los niños recordasen.

Para evitar esta distorsión de la memoria habría elegido un profesional mejor preparado, que hubiese llevado a cabo las entrevistas de una manera más objetiva, evitando las preguntas que sugieran información al menor, sin presionar sus recuerdos ni sus respuestas a través de recompensas. Por otro lado hubiese pedido que se informase a los padres de la posibilidad de que condicionasen el recuerdo de sus hijos con incesantes preguntas. Siendo autoridad hubiese mandado una carta a los medios de comunicación para informarles y pedirles que fuesen especialmente cautos al ofrecer datos de lo acontecido. Finalmente hubiese intentado evitar el contacto entre los distintos niños y padres para evitar el intercambio de información.

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