Las Ciencias En La Escuela Primaria
onix255 de Noviembre de 2013
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PROFESIONALISMO INTERACTIVO Y LINEAMIENTOS PARA LA ACCIÓN
FULLAN MICHAEL Y ANDY HARGREAVES
NO HABRÁ MEJORA SIN EL MAESTRO.
El mayor problema en la enseñanza es el de crear, retener y moti¬var a los buenos docentes a lo largo de su carrera. El profesionalismo interactivo es la clave para esto. En nuestra opinión comprende:
• el juicio autorizado como la esencia del profesiona¬lismo;
• las culturas del trabajo en equipo;
• las normas de mejora sostenida donde las nuevas ideas se buscan dentro y fuera del escenario propio; la reflexión en, sobre y para la práctica, en la que se respeta el desarrollo personal e individual, junto con la evaluación y el desarrollo colectivos;
• una mayor destreza, eficacia y satisfacción en la profesión docente.
El profesionalismo interactivo incluye re definir el rol de los docentes y las condiciones en las que trabajan.
La enseñanza no se puede estandarizar. Por lo tan¬to, la acción es imprescindible para ensayar las nuevas propuestas.
Lineamientos para el docente
Se pueden sugerir doce lineamientos para maestros. Estos lineamientos no serán eficaces aislados: se les debe poner en práctica juntos, en combinación. Se comentan y dependen unos de otros. Sin embargo, se dijo antes, cada individuo debe encontrar su forma de satisfacción particular y debe estar preparado modificarla y adaptarla de acuerdo con sus circunstancias personales y organizativas. Los lineamientos
1. Localizar, escuchar y expresar su voz interior.
2. Practicar la reflexión en la acción, sobre la acción y para la acción.
3. Desarrollar la mentalidad de asumir riesgos.
4. Confiar en los procesos tanto como en la gente.
5. Apreciar a la persona total en el trabajo con otros.
6. Comprometerse a trabajar con colegas.
7. Procurar la variedad y evitar la balcanización (seg¬mentación).
8. Redefinir su rol para extenderlo más allá del aula.
9. Equilibrar el trabajo y la vida.
10. Estimular y apoyar a los directores y otros adminis¬tradores en el desarrollo de un profesionalismo in¬teractivo.
11. Comprometerse con la mejora sostenida y con el aprendizaje permanente.
12. Supervisar y fortalecer la conexión entre su desa¬rrollo y el desarrollo de los alumnos.
1. Localice, escuche y exprese su voz interior
La importancia de la individualidad, y el valor del tiempo personal y la soledad en el desarrollo de las ideas y valo¬res propios. Coincidimos con Storr (1988, pág. 28) en que; en los escenarios rápidamente cambiantes de la sociedad moderna, fácilmente podemos llegar a enaje¬narnos de nuestras necesidades y sentimientos más profundos. La enseñanza en clase es, por su naturaleza misma, de ritmo rápido. Siem¬pre hay cosas que hacer, decisiones que tomar, necesi¬dades del alumno que satisfacer todo el tiempo. Esta es la esencia de la en¬señanza. La energía, la actividad y el discernimiento que esta inmediatez requiere pue¬den ser una fuente de gran estímulo y satisfacción para muchos docentes. Pero, para otros, la presión constante puede ser más debilitante que energizante. Con el tiem¬po, puede consumir nuestros recursos personales. Y puede resultar difícil mirar más profunda y amplia¬mente rebasando el aquí y ahora. En el vértigo de los acontecimientos, y frente a la sobrecarga, nunca parece haber tiempo para reflexionar, para evaluar, para veri¬ficar lo que realmente hacemos y sus razones.
Esto en parte es una dificultad del sistema. Las pre¬siones laborales se han intensificado en estos años. Las innovaciones y obligaciones de capacitación en servicio se han multiplicado. El papeleo y el llenado de formula¬rios han proliferado.. Pero el tiempo y los recursos no son suficientes. El tiempo de preparación, ya lo hemos visto, no garantiza por sí el trabajo en equipo del docente. También hace falta compromiso y voluntad.
Los docentes deberían reflexionar. Tienen que convencerse de la importancia de ponerse en contacto con sus sentimientos e inten¬ciones. Un poco de tiempo para la reflexión permi¬tirá progresos en el largo plazo.
A menudo, decir que no tenemos tiempo para algo equivale a una evasión. En realidad queremos expre¬sar que tenemos cosas más inmediatas o convenientes para hacer con ese tiempo.
Este lineamiento invita mucho a entrar en contacto e nuestros propios valores, fuentes de energía e in¬tenciones personales
Los docentes sostienen valores firmes sobre hacer las tareas que importan. Debido a la sobrecarga y al vértigo de los acontecimientos diarios, a menudo olvi-damos nuestros valores básicos. El lineamiento 1 indi¬ca que debemos preguntamos por los valores y las me¬tas que son más importantes y recordárnoslo, preguntarnos qué nos frustra más y a qué aspiramos. Locali¬zar y expresar nuestra voz interna nos proporciona una gran fuente de energía y claridad para superar la sobre¬carga.
La participación e interacción es vital para descubrir nuestra voz inte¬rior, para desarrollarla y actuar en consecuencia. Pero el tiempo solitario y el pensamiento en soledad también son vitales para mantenerse activo e íntegro.
2. Reflexione en, sobre y para la acción
Es una exten¬sión de nuestro primer lineamiento, pero es más especí¬fica y orientada a la acción. La esencia del lineamiento 2 es hacer que nuestro pensamiento sobre la acción sea más explícito a través de un proceso continuo de refle¬xión en, sobre y acerca de las experiencias o prácticas en las cuales estamos comprometidos.
El concepto de «profesional reflexivo» ha sido intro¬ducido por Donald Schon (1987) como una manera de describir y desarrollar un criterio experto y meditado en profesiones como la docencia. En educación ha ad¬quirido rápida popularidad como argumento para im¬pulsar a los educadores y formadores de docentes más allá de los reducidos objetivos de las capacitaciones muy específicas, hacia procesos más amplios de educa¬ción meditada
Pero junto con estos desarrollos positivos también han aparecido peligros y confusiones. En muchos casos, la «práctica reflexiva» se ha convertido en una consigna o eslogan. En ocasiones, casi todo acto de pensamiento es aclamado como algo que engloba los principios de la práctica reflexiva. Es así como la retórica de la práctica reflexiva se ha usado para disfrazar lo que ya hacemos con un nuevo lenguaje, en lugar de inspirarnos a hacer algo diferente y mejor.
Como eslogan, la práctica reflexiva se asemeja al trabajo en equipo. Si bien unánimemente se le atribuye un solo significado acordado, en realidad tiene muchos. Hay formas débiles de la reflexión así como hay formas fuertes. Por lo tanto, cuando defendemos la reflexión del docente deberíamos hacerlo en forma cla¬ra y sensata, no superficialmente. Hay tres dimensiones de la prácti¬ca reflexiva que muchos maestros pasan por alto y que aquí merecen cierta atención.
En primer lugar, cuando los maestros reflexionan en y sobre su práctica, generalmente lo hacen con informa¬ción limitada. La mayor parte de sus pruebas sobre có¬mo actúan y han actuado se basan en sus propias im¬presiones personales recogidas en los acontecimientos inquietantes y aun vertiginosos de la vida del aula. Si bien estos juicios e impresiones son indudablemente útiles, no constituyen una base lo bastante sólida para la mejora. los maestros podrían hacer un uso más eficaz de la realimentación de sus alumnos. Si fuéramos más concienzudos en recoger testimonios de los alumnos, tendríamos mejores indicios acerca de qué y cómo me¬jorar. Los maestros pueden obtener re alimentación más amplia por el uso de los diarios del alumno; por las eva-luaciones sistemáticas de los cursos o unidades de trabajo; por las discusiones individuales o grupales des¬pués de los cursos de estudio, y por los esfuerzos para comprometer directamente a los alumnos en el proceso de innovación El cotejo eficaz y minucioso del crecimiento del alumno puede ser un estímulo poderoso para el desarrollo do¬cente. También es cierto lo inverso: el crecimiento de los alumnos gana con el perfeccionamiento y los riesgos asumidos en que consiste el crecimiento del docente.
Esto nos lleva a nuestro segundo punto. Aun con buena re alimentación de los alumnos, confiar en la propia experiencia de aula por lo general no basta La reflexión profunda requiere además otros ojos, otras perspectivas junto a las nues¬tras. Parte de la virtud del trabajo en equipo es que po¬demos aplicar otras perspectivas en nuestro trabajo. La capacitación entre pares, la enseñanza en equipo, la ob¬servación de la clase, y aun ciertas modalidades de eva¬luación del rendimiento pueden ser un verdadero estí¬mulo para la reflexión. También puede serlo la inda¬gación colectiva fuera de la clase Aunque la reflexión en y sobre la acción requiere momentos de soledad, también puede ser necesario comprometer a otros colegas si se preten¬de profundizarla y extenderla hacia aquellos campos de disenso y desconcierto que precipitan el cambio porque revelan las brechas entre lo que creemos hacer y lo que hacemos en efecto.
Una tercera dimensión omitida concierne a «la refle¬xión crítica sobre la intención y el contexto» A veces también necesitamos volver a observar las intenciones y principios que sustentan nuestras decisiones de aula, nuestras refle¬xiones en la acción. Necesitamos reflexio¬nar para la acción, y en la acción y sobre ella.
Como ya dijimos, esto significa reflexionar acerca de nuestras intenciones. Y reflexionar, también, sobre el contexto de nuestra enseñanza para
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