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DIAGNOSTICO SOCIOEDUCATIVO.


Enviado por   •  22 de Mayo de 2016  •  Informes  •  2.516 Palabras (11 Páginas)  •  211 Visitas

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“BENÉMERITA Y CENTENARIA ESCUELA NORMAL URBANA FEDERAL PROFR. J. JESÚS ROMERO FLORES”

ACADEMIA DE TERCER GRADO

GRUPO “D”

FILOSOFIA

TRES PRIMERAS LECTURAS

DANIEL PÉREZ BAZÁN

MORELIA, MICH.,                                       ABRIL DE 2016

DIALOGOS DE PLATON

Se presentan los diálogos de platón en distintas situaciones filosóficas que nos invitan la reflexión. Platón uno de los más grandes filósofos griegos, nacido en Atenas en el año 427 a. C. fue discípulo de Sócrates y como el no dejo ningún escrito sobre su investigación con la filosofía de la educación, platón lo expresa en sus diálogos al igual que la filosofía de Protágoras, se presentara una confrontación sobro lo que cada filosofo opina de la educación.

La filosofía de Sócrates se expresa en educar para la ciencia mediante la dialéctica, la cual es una técnica de dialogar y discutir mediante el intercambio de razonamientos y argumentaciones. La dialéctica es el arte de la mayéutica y esta es el amor a la sabiduría.

A través de la dialéctica y la mayéutica, se van desapareciendo poco a poco los velos que tenemos para llegar a nuestro conocimiento. Para Socrates lo primordial es el conocimiento personal, el de uno mismo, y después sigue el conocimiento del universo exterior.

Su enseñanza se basaba mediante el dialogo el cual lo realizaba para sacar verdades de su estudiante y sacarlo de la ignorancia, en una primera fase el maestro se dedica a criticar al estudiante en sus discursos para hacerle ver sus errores e incluso pone al estudiante en ridículo frente a los demás.

Luego se presenta la mayéutica para sacar la verdad que se presenta en el intelecto humano, el maestro ayuda a que la vida salga al exterior, en este caso lo que nace es la verdad que tenemos cada uno de nosotros, llegando a la raíz del objeto del conocimiento.

Sócrates no predicaba la virtud, sino más bien invitaba a que se reflexionara sobre ella. No ofrecía los resultados exactos si no que pretendía que indagaran para poder descubrir más conocimientos.

Sócrates ya tenía el rol del maestro como un guía que ayudara a los estudiantes a buscar sus conocimientos, no pretendía que los estudiantes solo estuvieran quietos en una aula, repitiendo todo lo que el maestro decía, si no que quería que el estudiante fuese activo, que tuviera iniciativa para poder indagar más alla de lo que se veía en clases.  

Otro filosofo el cual Platón manifestó en sus diálogos su filosofía fue Protágoras,

A Protágoras no le importa la ciencia si no la doxa que es la opinión, ya que para el lo importante es convencer a los demás y no conocer, tener conocimientos, como se dice en la actualidad tener verbo para convencer al otro de lo que nosotros según conocemos. La doxa trata de convencer y no de la verdad.

Protágoras defendió un relativismo del conocimiento y de los valores del ser humano, quiere decir que se negó a que existen verdades y valores para los seres humanos. No existe ninguna verdad ni objetiva ni subjetiva ya que solo es verdad lo que uno sabe o siente, es individual las verdades que tenemos.

Un ejemplo que se da a este relativismo es que si una persona le agrada el sabor de una comida es por su verdad y no va a ser la misma verdad para otra que le disgusta el sabor de esa misma comida, ya es basado básicamente en las experiencias que uno va teniendo en la vida. El relativismo impide que exista la verdad ya que todas las opiniones que se den tendrán validez ya que son personales, El relativismo de los valores implica que una misma acción puede ser buena para un sujeto y mala para otro sujeto, dependiendo de las circunstancias y de lo que el crea en sí mismo. Tenemos a un participante desconocido hablando con Sócrates. Este le pregunta si va en busca de Alcibíades a quien describe como muy apuesto, pero con un poco de barba. Sócrates defiende la incipiente barba de Alcibíades. Sócrates ya había estado con Alcibíades anteriormente ayudándolo en algunos asuntos., pero curiosamente, no era con Alcibíades con quien había hablado, sino con Protágoras. El desconocido acompañantes de Sócrates queda asombrado y le pide que le cuente todo sobre la conversación entre él y Protágoras. Y así procede Sócrates. Para Sócrates los sofistas eran traficantes atenderos de las mercancías que se nutre el alma. El alma se alienta de enseñanzas y comprar enseñanzas puede ser nocivo y peligroso para el ama.

Sócrates queda bastante sorprendido por la defensa que hizo Protágoras, pero aún siente que quedan cosas por discutir. Como Protágoras había hablado de justicia, de honestidad y de sabiduría, ¿Qué sería la virtud? ¿Sería un entero? ¿O se dividiría por partes? ¿Acaso sería la combinación de todas las cosas mencionadas anteriormente? De manera muy fácil, Protágoras responde que todas esas cosas forman parte de la virtud, así como las partes de la cara (boca, ojos y nariz) son partes del rostro.

Continuando con el diálogo, Sócrates quiere dejar en claro los opuestos de cada uno de los conceptos que forman parte de la virtud. Protágoras nos dice que solamente existe un opuesto para cada cosa, sin embargo, cuando se le pregunta el opuesto de cada parte de la virtud. Después de que Protágoras termino su argumento, Sócrates no logró entender del todo lo que dijo, y le pide que hablara de manera más pausada, a lo que Protágoras se rehúsa a hacer rotundamente. Sócrates, tal vez un poco enfadado, se levanta de su silla cuando Calias lo interrumpe y le ruega que no se vaya y mantenga la discusión.

Protágoras menciona que la sensatez, el valor, la justicia y la piedad son partes de la virtud, más no la valentía. El sofista nos dice que, en efecto, ha conocido personas que son ignorantes, injustas, impiadosas, insensata, y sin embargo, son valientes.

Sócrates le pregunta si considera que un hombre valiente es intrépido y si considera a la virtud algo hermoso. Protágoras contesta afirmativamente a todo eso. Además se afirma que quien tiene confianza en sí mismo, es porque tiene el conocimiento de dichas habilidades. Sin embargo, también hay personas que son ignorantes en estas habilidades, pero aun así tienen confianza. Estas personas según Protágoras no serían valientes, sino más bien locos. Pareciera ser que vuelven al tema de la valentía, pero no del todo. Sócrates le dice a Protágoras si afirma que los valientes son audaces. Éste dice que sí, pero no con las mismas bases de los cobardes. Por ejemplo, los valientes van donde está el peligro y los cobardes donde hay seguridad.

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