LOS NUEVOS ESCENARIOS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
paty09Tesis5 de Abril de 2015
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LOS NUEVOS ESCENARIOS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
LUIS ALBERTO MALAGÒN PLATA
Se entiende por nuevos escenarios, los diferentes contextos en los cuales debe moverse hoy la Educación Superior y que, por tanto, han de tenerse en cuenta al construir análisis e interpretaciones, tanto en el nivel de políticas generales como en el nivel de decisiones institucionales sobre programas concretos.
Los estudiosos de la economía, la política y la educación coinciden en proponer cuatro grandes fenómenos que están produciéndose en el mundo con directa repercusión en la educación: la sociedad del conocimiento, la globalización, la sociedad transnacional y la posmodernidad.
Se denomina sociedad del conocimiento a esa nueva etapa de la civilización humana en la cual el recurso económico básico, el principal medio de producción ya no es la tierra o los recursos naturales, ni el trabajo, ni tampoco el capital, sino el conocimiento. “La sociedad del conocimiento es el sistema económico y social en donde el producto final se caracteriza más por un valor agregado de conocimiento incorporado, que por la cantidad de materiales utilizados en su manufacturación”218.
Si esto es así, el conocimiento y, por tanto, la educación, serán el fundamento del nuevo orden social que comenzará a configurarse acompañando el devenir del tercer milenio.
En el nuevo milenio, cada individuo y cada organización construirá su capacidad de acción y, por tanto, su posición en la sociedad, mediante el conocimiento y la capacidad para generar nuevo conocimiento, que le permita adaptarse al ritmo veloz del cambio. Este es el rasgo central de las sociedades del conocimiento, o sociedades capaces de generar conocimiento acerca de su realidad y de su entorno, y capaces de utilizar dicho conocimiento para concebir y construir su futuro. De esta forma, el conocimiento se convierte no sólo en instrumento para explicar y comprender la realidad, sino también en motor de desarrollo y factor dinamizador del cambio social”219.
De igual forma Drucker, afirma lo siguiente:
Las actividades centrales de creación de riqueza no serán ni la asignación de capital a usos productivos ni el trabajo –los dos polos de la teoría económica de los siglos XIX y XX, bien fuera clásica, marxista, keynesiana o neoclásica. El valor se crea por la productividad y por la innovación, ambas aplicaciones del conocimiento al trabajo. Los grupos sociales dominantes de la sociedad del conocimiento serán los “trabajadores de conocimiento” -ejecutivos instruidos que saben asignar sus conocimientos a usos productivos- […].220
La producción, socialización, recreación y en general las apropiaciones del conocimiento para los múltiples fines sociales, sólo es posible a través de la educación, bajo los diferentes entornos de sistematización de los aprendizajes. El siglo que terminó dio paso al siglo de la racionalidad científico-tecnológica, en donde las formas de producción y la organización general de todos los procesos sociales, girará en torno al conocimiento y sus diferentes formas. El patrón tecno-bio-informático constituirá la clave de los conocimientos a generar, enmarcados en una profunda tensión entre el interés utilitarista y el interés ético de la supervivencia de la vida humana y de todas las formas de vida existentes.
De alguna forma, la sociedad del conocimiento es la sociedad de la educación y podríamos decir que la centralidad del conocimiento significa la centralidad de la educación. A medida que el conocimiento se convierte en el factor de producción más importante en la vida social, la educación adquiere dimensiones más allá de las institucionalidades tradicionales. Hoy todos hablamos de educación permanente para referirnos a procesos educativos en la inmensidad de la cotidianidad, y de la educación para toda la vida, para referirnos a educación de las personas en todas las etapas de su vida. No hay límites, ni hay espacios en donde la educación no fluya.
Difícilmente hoy, podría hablarse de instituciones educativas y no educativas o de entornos educativos y no educativos. El conocimiento y la educación se constituyen en pilares básicos de la existencia humana. Siempre lo fueron, pero hoy son reconocidos más allá de una decisión política e histórica.
A decir de Brunner, “Las transformaciones de su entorno más próximo son de tal magnitud que hacen prever, efectivamente, una revolución de alcances similares a aquellas otras que dieron origen a la escolarización de la función educativa, luego a la organización estatal de la educación y, más recientemente, a la masificación de la enseñanza”221. El impacto de la sociedad del conocimiento en la educación ha generado modificaciones en los contextos educativos y escolares y ha creado grandes incertidumbres en el futuro mismo de la educación:
• El conocimiento deja de ser lento, escaso y estable. La Universidad de Harvard tardó 275 años en reunir un millón de volúmenes, y hoy en sólo cinco años reunió el último millón. En 1900 habían 10.000 revistas, hoy tenemos más de 100.000 mil de ellas.
• La escuela, dejó de ser la única o por lo menos la más importante agencia de socialización e interacción de los sujetos con el conocimiento y la información. La formación, la investigación y el contacto con el mundo se encuentran mediatizados por las NTCI, colocando a la escuela en la disyuntiva de cambiar o perecer.
• Las capacidades o competencias básicas de la formación para la socialización en el mundo se han modificado tanto que se ha pasado del aprendizaje de conocimientos, habilidades y destrezas, al metaprendizaje, es decir al aprender a aprender.
• Aunque de manera desigual y a veces combinada, las tecnologías tradicionales de enseñanza han dado paso a las nuevas tecnologías creando una brecha grande entre las generaciones y profundizando las grandes diferencias en el mundo entre los que tienen y los que quisieran tener.
• El énfasis en los procesos de producción y reproducción del conocimiento se han desplazado de la enseñanza al aprendizaje, de la formación grupal a la formación individual y en pequeños colectivos.
Así como se aplauden los impactos favorables y beneficiosos, de igual manera, un manto de preocupación e inquietudes cubren el accionar de esos impactos, en especial sobre las conductas y comportamientos de los nuevos cyberclientes educativos y el futuro mismo de la humanidad, cuando poco a poco los sujetos sociales desplazan sus responsabilidades sobre el control de la vida misma a un entorno cibernético, autorregulado y con posibilidades de reproducción incontrolada.
Hablar de sociedad globalizada o globalizante significa reconocer que en lo económico, en lo político y en lo cultural, han sido superadas las barreras regionales, nacionales e incluso continentales, con una marcada tendencia hacia la homogenización. La globalización afecta a toda la realidad cultural. Sin embargo, no es un proceso lineal y no involucra de la misma manera a todos los países del mundo, ni resulta igualmente favorable a todos los habitantes de la Tierra. Debido a los diferentes niveles de desarrollo en los países, la globalización tiene consecuencias contradictorias en unos y otros países: favorece a los países ricos y golpea a los países pobres y en vías de desarrollo.
En el marco de la globalización, la polarización económica es un fenómeno que se incrementa constantemente y que va ensanchando más y más la distancia entre los países del primer mundo y los del tercer mundo en términos de nivel de vida, de desarrollo tecnológico y de oportunidades.
Cada cierto tiempo, como si de un producto comercial se tratara, y algo de eso también suele haber, surge un nuevo término o concepto que al poco tiempo se nos aparece por todas partes. En breve, una vez los gurús de los media han hecho suyo el término, y puesto que éstos, como es cada vez más evidente, no tienen el más mínimo interés en la comprensión de la realidad, resulta de buen tono y demostrativo del obligatorio aggiornamento hacer un uso prolijo, casi promiscuo, del término en cuestión. Pero, con excesiva frecuencia, por el camino se pierde o se difumina cualquier apariencia de rigor terminológico. Trans-vanguardia, modernidad, racionalización, o, más recientemente, post-modernidad o “fin de la historia”, son claros ejemplos de lo que estamos diciendo. Ahora le toca el turno a “globalización”. Sin duda, se trata del término de moda, pero bastaría con que hiciéramos un repaso de las utilizaciones que del mismo se hacen para vernos sumidos en la más profunda confusión.222
Según Henry Kissinger, "Lo que se denomina globalización es en realidad otro nombre para el papel dominante de los Estados Unidos"223.
Mientras las viejas teorías definan la globalización como una unidad física, económica, social y cultural, las nuevas versiones sugieren, para ponerse a tono con la nueva era posmodernista la región virtual, que permite incorporar un territorio cualquiera que este sea (barrio, ciudad o zonas especiales) permitiendo a su vez la comunicación aquí y allá al mismo tiempo. Todo esto y mucho más se lo debemos a la globalización.224
La globalización o mundialización, según el punto de vista que se tome225, constituye un fenómeno inherente al modo de producción capitalista, ya que en su misma esencia, y como
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