Metodología Didactica
jesicaaprieto20 de Noviembre de 2014
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. METODOLOGÍA DIDÁCTICA
El marco metodológico dentro del cual intenta desarrollarse al presente programación comprende
elementos relativos a las actividades de aprendizaje y a la regulación de esos aprendizajes. La
regulación de los aprendizajes se puede contemplar desde una doble vertiente: el desarrollo en los
alumnos y las alumnas de habilidades metacognitivas y el método (o mejor, los métodos) de evaluación.
Metacognición es el término con que se designa la capacidad de «conocer el propio conocimiento», de
pensar y reflexionar sobre cómo reaccionaremos o hemos reaccionado ante un problema o una tarea.
4.1 CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LAS ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE.
Las líneas metodológicas generales que guíen las actividades de aprendizaje han de estar en
consonancia con la importancia que tienen en el currículo del ámbito los contenidos relacionados con
procedimientos. Así, se ve conveniente dirigir el aprendizaje a través de actividades de aplicación de
los diferentes conceptos que se quieran introducir, procurando evitar la excesiva teorización de los
contenidos y llegando a la abstracción a través de un proceso de aplicación reiterada de cada
aprendizaje a diferentes situaciones concretas, de un modo quizás más lento del que puede darse en
otros cursos de la etapa. Dentro de ello, además, seria deseable aproximarse en lo posible al ritmo de
aprendizaje que requiera cada alumno.
Por otra parte, el trabajo en grupo permite la ayuda mutua para aprender nuevos contenidos y para
localizar y superar los errores que surgen normalmente en el desarrollo de las tareas. En consecuencia,
las actividades deben procurar favorecer el aprendizaje entre iguales.
La actividad cognitiva del alumno que está en la base del proceso de construcción y modificación de
esquemas se inscribe de hecho en el marco de una interacción o interactividad, en primera instancia
profesor-alumno, pero también alumno-alumno.
Respecto a la segunda, la interacción entre alumnos, existen pautas de relación interpersonal cuyas
repercusiones favorables sobre la construcción de esquemas de conocimiento está fuera de duda: las
que aparecen en situación de conflicto sociocognitivo como resultado de la confrontación de puntos de
vista moderadamente divergentes entre los participantes en una tarea o las que caracterizan el
trabajo cooperativo, con reparto de roles y distribución de responsabilidades.
Para ello se programarán actividades que puedan y deban resolverse por medio de trabajos en equipos
de 3 a 4 miembros. No obstante, este enunciado admite muchos matices. Así, por ejemplo, en la
primera o primeras unidades didácticas la formación de equipos de trabajo se hará para tareas muy
concretas y limitadas en el tiempo, que no requieran una planificación complicada. Posteriormente,
según se vayan adquiriendo hábitos positivos de trabajo en equipo, esta organización de los alumnos y
las alumnas en pequeños grupos irá aplicándose a tareas más largas y complejas. En cualquier caso, la
modalidad de trabajo en pequeños grupos, con ser importante, no debe ser la única que funcione en el
aula.
Un caso especial de aprendizaje entre iguales lo constituye el desarrollo de actitudes y la adquisición
de valores por los alumnos y las alumnas. Dentro de las posibilidades de planificación de esos
aprendizajes, la creación en el aula de situaciones de debate puede ser el mejor método de
propiciarlos. Además, desde la perspectiva constructivista en que nos situamos, también el aprendizaje
de actitudes debe partir de la situación concreta de cada alumno y alumna, y la utilización del debate Diversificación Programación del Ámbito Científico
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entre los alumnos también facilita el cumplimiento de este requisito. Así pues, otra constante
metodológica imprescindible será la discusión en gran grupo sobre los trabajos realizados y los
conocimientos adquiridos, y la reflexión sobre sus aplicaciones en nuestro entorno social inmediato y en
la sociedad en general. En este desarrollo de actitudes positivas nos referimos tanto a la valoración de
los aprendizajes instrumentales y teóricos que se van produciendo a través del área como a la adopción
de actitudes de valoración y respeto por las personas, el medio ambiente o el entorno cultural. Todos
ellos son aspectos importantes en la formación de nuestros alumnos a través del área.
En cuanto al tipo de actividades, un modelo que sirve de guía en la programación de actividades y en la
estructuración de algunas unidades didácticas es el de planificación y desarrollo de proyectos de
trabajo sobre un tema que es a la vez interesante para los alumnos y relevante para los contenidos que
se quieren estudiar. En otros casos, las unidades se estructuran en forma de pequeñas investigaciones
guiadas. Y, aunque es imposible hacer un catálogo exhaustivo de la tipología de actividades previstas
para los dos cursos, debe mencionarse también el empleo de algunas sesiones, con cierta periodicidad,
para tareas de repaso, resolución de dudas o consolidación de aprendizajes, por su utilidad para
permitir la autorregulación de que se habla más adelante. Normalmente esta actividad se desarrollará
en pequeños grupos heterogéneos.
No son éstas las únicas líneas que guían el diseño de las actividades de aprendizaje. Así, también debe
procurarse que las actividades puedan desarrollarse con diferentes niveles de complejidad, de modo
que se adapten a los distintos niveles de competencia de los alumnos y las alumnas. Como es lógico,
estos niveles no son rígidos ni estancos. Al ir avanzando en las unidades del programa, las actividades
aumentan en dificultad, en unos casos por su complejidad intrínseca y en otros porque se aumenta la
autonomía de trabajo de los alumnos y las alumnas.
4.2 LA METACOGNICIÓN, RECURSO ÚTIL PARA REGULAR APRENDIZAJES.
Como en cualquier otro proyecto educativo, es necesario planificar el aprendizaje de habilidades
metacognitivas. En el caso de la diversificación, puede pensarse, además, que la mayoría de los alumnos
y las alumnas carecen de las mínimas destrezas en este campo, siendo esto, en gran parte, la causa de
su situación académica. Para favorecer la adquisición de esas habilidades son necesarias varias
medidas. En primer lugar, se instruirá al alumno para que pueda elaborar por sí mismo bases de
orientación para los procedimientos que vaya realizando.
Entendemos por base de orientación la representación escrita de la secuencia de acciones necesarias
para realizar un procedimiento. La finalidad de la elaboración de bases de orientación por los alumnos
es la estructuración y la consolidación de un procedimiento después de haberlo practicado.
En cada unidad se pedirá al alumno un trabajo de revisión de lo aprendido. Dentro de ello, será
conveniente instruir a los alumnos y alumnas en la elaboración de mapas conceptuales como recurso de
análisis del aprendizaje. La elaboración de bases de orientación, revisiones y mapas conceptuales será
en un principio guiada para, poco a poco, ir dando a los alumnos y las alumnas más autonomía. Por
ejemplo, puede ayudarse en las primeras unidades con el empleo de cuestionarios específicos de
reflexión metacognitiva. La eficacia de la instrucción de los alumnos en estrategias metacognitivas
dependerá en muy gran medida de que desde el área se repitan ciertas rutinas durante los dos cursos;
no se trata tanto de que adquieran recursos muy diversos (téngase en cuenta que la dificultad
generalizada de aprendizaje también se va a notar en este campo) como de que sistematicen el uso de
un reducido grupo de recursos. Diversificación Programación del Ámbito Científico
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4.3 LA AUTORREGULACIÓN DE LOS APRENDIZAJES.
Muy relacionados con las destrezas metacognitivas están los hábitos de autorregulación. Ésta supone
una toma de conciencia del nivel de aprendizaje alcanzado en relación con el nivel deseado,
complementa el hábito de metacognición del alumno y permite que éste asuma la iniciativa de su propio
aprendizaje. Por ello será conveniente un aprendizaje guiado de esos recursos, al menos en los primeros
momentos del programa, hasta que se vaya sistematizando su empleo por parte de los alumnos y las
alumnas. Para favorecer la autorregulación será necesario, en primer lugar, hacer explícitos los
objetivos de aprendizaje al iniciar cada unidad didáctica, y a continuación ejercitar a los alumnos y las
alumnas en el manejo de formularios de autorregulación con los que registrar la evolución de su
aprendizaje en cada uno de esos objetivos. Como consecuencia de lo expuesto, al temporizar la
programación deberá contarse también con tiempos destinados a que cada alumno y alumna complete su
aprendizaje en la medida de sus necesidades. Ello sirve a la vez, dicho sea de paso, para poder atender
diferentes ritmos de aprendizaje y para promover el aprendizaje entre iguales, si se repasan los
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