El hombre en busca de sentido, Dr. Frankl

[pic 1]  Universidad Nacional  [pic 2] Autónoma de México 

FACULTAD DE INGENIERÍA

Ensayo sobre el libro:

EL ROMPECABEZAS DE LA INGENIERÍA

POR QUÉ Y CÓMO SE TRANSFORMA EL MUNDO 

Daniel Reséndiz Nuñez

INTRODUCCIÓN:  

En este libro titulado “El hombre en busca de sentido” el Dr. Frankl nos explica la experiencia que le llevó al magnifico descubrimiento de la logoterapia. Fue prisionero durante mucho tiempo en los bestiales campos de concentración, el mismo sintió en carne propia lo que significaba una existencia desnuda. Toda su familia, sus padres, su hermano e incluso su esposa murieron en los campos de concentración o fueron enviados a las cámaras de gas de tal manera que, salvo una hermana, todos perecieron.  El psiquiatra nos enseña como fue que acepto que la vida era digna de vivirla a pesar de que el había perdido todo, había visto destruir todo lo que para el valía la pena, que padeció abre, frío, brutalidades sin fin y que tantas veces estuvo a punto del exterminio.  

El Dr. Frankl enfoca la teoría y la terapia por la obra de su predecesor Sigmund Freud, ambos doctores se aplican primordialmente a estudiar la naturaleza y cura de las neurosis, Frankl diferencia varias formas de neurosis y descubre el origen de algunas de ellas (la neurosis noógena) en la incapacidad del paciente para encontrar significación y sentido de responsabilidad de su propia existencia.  

Es mucho lo que nosotros como lectores aprendemos de este fragmento autobiográfico, aprendemos lo que hace un ser humano cuando de pronto se da cuenta de que no tiene “nada que perder excepto su ridícula vida desnuda”. Lo primero que acude a nuestro auxilio es una curiosidad fría por nuestro propio destino, a continuación y con toda rapidez, se urden las estrategias para salvar lo que resta de vida, aún cuando las oportunidades de sobrevivir sean mínimas. El hambre, la humillación y la sorda colera ante las injusticias se hacen tolerables a través de las imágenes entrañables de las personas amadas, de la religión, de un tenaz sentido del humor, e incluso de un vislumbrar de la belleza estimulante de la naturaleza, ya sea un árbol, una puesta de sol o el cielo.  

 DESARROLLO:

PRIMERA PARTE  

(Primera fase)

Es la obra escrita por un psicólogo que vivió en su propio ser las experiencias en un campo de concentración, aunque no se trata por lo tanto de un relato de hechos y sucesos, sino de experiencias que millones de seres humanos han sufrido una y otra vez.  

No se refiere tanto al sufrimiento y muerte de renombrados héroes y mártires, ni sucesos en grandes y famosos capos, más bien en los pequeños lugares, que es donde se produjo la mayor experiencia del exterminio, de los sacrificios, crucifixión y muerte de victimas desconocidas y olvidadas pues eran estos prisioneros normales, comunes y corrientes que no llevaban en su manga ninguna marca distintiva, a quienes los capos realmente despreciaban.  

El proceso de selección era una manera atroz de clasificar a las personas dependiendo sus capacidades, a los más enfermos, viejos o agotados que eran incapaces de trabajar se les enviaba a la cámara e gases y a los jóvenes y fuertes se les obligaba a trabajar intensas jornadas incansables bajo los peores tratos. Se les despojaba de todos sus títulos y vienes, convirtiéndose en simples números sin importar absolutamente nada de lo que eran antes.  

Por lo general solo se mantenían vivos a aquellos prisioneros que tras varios años de dar tumbos de campo en campo habían perdido todos sus escrúpulos en la lucha por la existencia, los que estaban dispuestos a recurrir a cualquier medio fuera honrado o de otro tipo, incluidos la fuerza bruta, el robo o la traición contar de salvarse.  

En el informe del prisionero el nos relata sus vivencias como prisionero común ya que a diferencia de algunos de sus colegas el no tuvo el privilegio de trabajar como psiquiatra ni como medico de primeros auxilios, la mayor parte del tiempo estuvo cavando y tendiendo traviesas para el ferrocarril, en una ocasión su trabajo consistió en cavar un túnel sin ayuda para colocar una cañería bajo una carretera, a veces había recompensas que constaban de cupones canjeables por seis cigarrillos, aunque lo más importante era que los cigarrillos los podían cambiar por raciones se sopa, y esta sopa podía ser un verdadero respiro frente a la inanición durante varias semanas.  Cuando el veía a un camarada fumar sus propios cigarrillos en vez de cambiarlos por alimentos, ya sabía que había renunciado a confiar en su fuerza para seguir adelante y que, una vez perdida la voluntad de vivir, rara vez se recobraba, pues la esperanza ya estaba perdida.  

Nos menciona que cabe distinguir tres fases en las reacciones mentales de los internados en un campo de concentración: la fase que sigue a su internamiento, la fase de la autentica vida en el campo y la fase siguiente a su liberación.  

El síntoma que  caracteriza la primera fase es el shock, bajo ciertas condiciones el shock puede incluso preceder a la admisión formal del prisionero en el campo y como ejemplo nos describe las reacciones de los prisioneros en el vagón de tren, donde iban todos amontonados y con mucho miedo y angustia ya que ellos pensaban que los llevaban como obreros a una fábrica de municiones  pero cuando el tren hace un movimiento extraño y ellos notan el letrero de Auschwitz! Entran en shock ya que era un lugar que solo evocaba todo lo que hay de horrible en el mundo, cámaras de gas, hornos crematorios, matanzas indiscriminadas.  

Cuando bajaron de los vagones les ordenaron hacer dos filas, una de hombres y otra de mujeres para desfilar frente al oficial de la SS, este sería quien los clasificaría señalándolos  a la derecha o a la izquierda, ninguno de los prisioneros tenía idea del siniestro significado que tenía este simple movimiento de su dedo, por la tarde les explicaron lo que significaba lo del juego del dedo, se trataba de la primer selección, el primer veredicto sobre su existencia o no existencia, para la gran mayoría de aquella expedición, cerca de un 90%, significo la muerte.   A los que sobrevivieron, les quitaron toda su ropa y despojaron de las pertenencias que aún traían, y los mandaron a bañarse, les raparon las cabezas y todo el cuerpo hasta quedar sin un solo pelo. Lo que Frankl nos recalca es la reacción de los sobrevivientes que a pesar de haberlo perdido todo en general estaban agradecidos por conservar su vida.  

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