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Enfermedad, cuerpo, corporeidad: Una mirada antropológica


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2016  •  Apuntes  •  1.459 Palabras (6 Páginas)  •  725 Visitas

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Enfermedad, cuerpo, corporeidad:

Una mirada antropológica

En este trabajo se presenta una reflexión sobre la percepción de la enfermedad a partir del cuerpo y su relación con el mundo. Se presenta una revisión de las nociones de cuerpo y corporeidad que en distintos momentos de la historia han permitido concebir el cuerpo enfermo, y el cuerpo y el orden simbólico.

Las concepciones del cuerpo han sido abordadas al largo de la historia. Algunas derivadas de la tradición cartesiana1 lo han propuesto como un objeto con una calidad propia, contenedor del alma o como su instrumento, pero irreductible a ellos; otras, como una sustancia diferente, un cuerpo que, aunque orgánico, aparece vinculado íntimamente en su desempeño y en su desarrollo potencial y significativo a las capacidades y potencias del alma.

La idea de unidad cuerpo y alma desaparece con Descartes; la independencia del cuerpo respecto al alma lo equipara con una máquina que se mueve por sí misma.

La distinción cartesiana cuerpo-alma cobra más tarde una relevancia fundamental. En la separación cuerpo-alma, Descartes le asigna funciones propias al alma como la razón, la voluntad, la palabra, las sensaciones del dominio del pensamiento; y al cuerpo, los afectos y las emociones. El cuerpo es privado de la función de pensar, no obstante, es capaz de movilizar el alma en confirmación del dualismo irreductible que los separa.

Es la dimensión pasional la que hace posible comprender un lazo singular entre ambos. Un lazo equivoco y perturbador. Descartes establece una interacción, desplegando un dualismo radical en la metafísica cartesiana.

Spinoza consideró que al alma y al cuerpo como modos de atributos fundamentales de la única sustancia divina: el pensamiento y la extensión y, en consecuencia, capaces de establecer una relación íntima, una correspondencia al mismo tiempo indisoluble y diferencial.  

Husserl señala al cuerpo es, ante todo, el medio de toda percepción es el órgano de la percepción, concurre necesariamente en la génesis de esta, pero permanece ajeno a las condiciones absolutas de la conciencia creadora de sentido.

El cuerpo es la expresión del comportamiento, pero no entendido como una parte de dualidad clásica alma-cuerpo sino, desde el punto de vista fenomenológico, producto de un proceso por el cual el sujeto, en un campo intersubjetivo, atribuye sentido al mundo, constituye su experiencia de lo propio.

Merleau- Ponty señala que la mente involucra al cuerpo y llega a conocer el mundo a través de lo que denomina el “esquema postural o contemporáneo”. En la percepción y la experiencia, como los sujetos son reinstaurados como seres temporales y espaciales. En lugar de ser “un objeto en el mundo”, el cuerpo constituye nuestro “punto de vista sobre el mismo”.


Mier concibe el cuerpo como un eje de la memoria y de toda acción simbólica, del vínculo y de toda acción simbólica, del vínculo y toda creación de inteligibilidad, eje de percepción fundamental, marca a partir de la cual podemos establecer el antes y el después, al aquí y el ahora, el pasado y el futuro, la presencia y la ausencia.

Cuerpo y corporeidad: una mirada antropológica

Comprender en que las condiciones biológicas afectan la forma de vida y el comportamiento, lo que llevo, por un lado, a analizar la interacción entre sistemas orgánicos, marcos culturales y procesos sociales.

Mary Douglas advirtió que las propiedades fisiológicas del cuerpo son el punto de partida para la cultura; constituyen una medición, y su identidad se despliega en símbolos significativos. “El cuerpo es capaz de alimentar un sistema de símbolos naturales”, lo que significa que el cuerpo es un medio de expresión al mismo tiempo mediatizado.

Douglas pone de ejemplo a la risa el cual ella se pregunta ¿Qué es lo que lo comunica? La respuesta es, por ejemplo: información sobre un sistema social. La situación determina el grado que el cuerpo se puede reír: cuantas menos restricciones, más libre está el cuerpo para reír en voz alta.  

El pensamiento simbólico, aludiendo a lo que señala Mier, el sujeto señala simbólicamente su corporeidad; es decir manifiesta sus pensamientos, afecciones, e incluso las vicisitudes de su desarrollo vital, en formas y procesos de significación materializados en expresiones simbólicas.

La corporeidad ha sido vista desde distintos ámbitos que han comprendido, desde las presencias y variaciones que el cuerpo adopta en las obras literarias, pasando por las artes plásticas y escénicas, hasta el sentido y las relevancias que las diversas concepciones del cuerpo que han tenido en la medicina y la antropología.

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