Ensayo kant.
AnitaP12296Ensayo7 de Junio de 2016
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Quinto Control Ética
Ana María Parrochia
Luego de toda la materia vista en clases durante este semestre tenemos noción y certeza de que el hombre es un ser racional, y que aquello es lo que nos identifica como seres humanos y lo que fundamenta nuestra naturaleza. De esta manera, Kant está de acuerdo con que la razón es lo que define al hombre, y establece que en su ejercicio debe crear un producto que defina la moralidad humana, este producto del razonamiento práctico vendría siendo la buena voluntad. Una buena voluntad consiste básicamente en actuar racionalmente conforme al deber, cuando el obrar solo es impulsado por el deseo de actuar conforme al deber moral, en otras palabras, obrar sin esperar nada a cambio, solo por la satisfacción de saber que se está actuando conforme al deber.
Kant define el deber como: “la necesidad de una acción por respeto a la ley” (Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Immanuel Kant. 1977. Pág. 63). Así, la moral está fundada en mandatos, en un “debe ser”, llamándolos imperativos y haciendo referencia no a algo que está pasando, sino a algo a priori, es decir, algo que debería pasar. Kant hace la distinción entre dos tipos de imperativos: los hipotéticos y los categóricos.
Por un lado, los imperativos hipotéticos son aquellos mandatos condicionales, donde se exige que hagamos cosas bajo una cierta condición, tiene que darse una situación para que se dé el imperativo. El problema con esto es que no es válido para todos, debido a que no todos comparten esta situación base. Por ejemplo, poniendo el caso del imperativo: “si quiero que me den un chocolate, tengo que portarme bien”, este imperativo no sería aplicable a todos, porque no todas las personas quieren que le den un chocolate.
Por otro lado se encuentran los imperativos categóricos. Estos consisten en normas incondicionales, absolutas y necesarias, por lo tanto, en mandatos universales aplicables para toda persona en cualquier situación.
Kant plantea de este modo 3 formulaciones del imperativo categórico, una de ellas vendría siendo: “obra según máximas que, al mismo tiempo, puedan tener por objeto presentarse como leyes naturales universales” (Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Immanuel Kant. 1977. Pág 115). Explicando un poco la cita, yo debo tomar mi propia inclinación y llevarlo a una máxima, esto consistiría en tener la noción de cuál es tu situación actual, tu deseo y eso elevarlo a una frase universal preguntándote si esa máxima debería ser aplicable para todos independientemente de la situación en la que se encuentren. De esta manera, la razón hace de juez frente a la máxima, y una vez llevado a cabo este proceso se puede decir que esta es una máxima universal, o sea un imperativo categórico. Ya no es un deseo, ya no quiero que todos hagan esto, sino que es un DEBER y todos deben actuar conforme a este indistintamente de la posición en la que se encuentren. Un ejemplo de esta formulación en relación con el Chile de hoy en día es la delincuencia latente que existe, de este modo al robar el sujeto no está siendo crítico ni preguntándose si la máxima por la que el actúa es aplicable a todos los casos, ya que si de verdad se lo cuestionara e hiciera este proceso de manera racional no robaría, porque simplemente si su máxima se convirtiera en una ley universal no se podría vivir en paz y sería imposible la convivencia con otras personas.
Una segunda formulación es: “obra siguiendo las máximas de un miembro legislador universal en un posible reino de fines” (Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Immanuel Kant. 1977. Pág 117 y 118). Esta se refiere a que todos somos colegisladores, no debemos aceptar la ley, sino que debemos realizar la ley siendo críticos, pensando y dándole una vuelta a las cosas. Cada uno de nosotros tiene que hacerse cargo de su propia vida, de su condición humana y de su racionalidad, pero de este modo como la razón es pura (una sola), y esta llega a cosas necesarias que no dependen de la experiencia eventualmente, deberíamos llegar todos al mismo razonamiento, o sea, estando de acuerdo con el imperativo. Los colegisladores estamos ahí para que a medida que vayamos avanzando hacia los pasos del imperativo categórico, hagamos nuestra voluntad santa y que coincidamos radicalmente con este imperativo. De esta manera estamos ejerciendo nuestra razón, nuestra naturaleza y desarrollando nuestra dignidad. Un ejemplo de esto, es la preocupación de nuestra sociedad por lo que vaya a pensar la gente, donde nos preocupa mucho la opinión del resto, donde tratamos de encajar en nuestro círculo para sentirnos “parte de”. De esta forma, no nos damos cuenta del engaño y daño que nos hacemos a nosotros mismos, ya que nos tragamos todo lo que la sociedad nos inculca y no somos capaces de ser críticos, de razonar por nuestros propios medios y así pasamos a llevar nosotros mismos nuestra propia dignidad.
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