ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Filosofia del derecho edad media

Magaly HoyosEnsayo11 de Marzo de 2018

2.750 Palabras (11 Páginas)255 Visitas

Página 1 de 11

PERIODOS Y CORRIENTES DE LA FILOSOFIA DEL DERECHO

EDAD MEDIA

 [pic 1]

 

 

 

 

 

 

 

 

MAGALY HOYOS DAZA 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

UNIVERSIDAD DEL CAUCA 

FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES 

PROGRAMA DE DERECHO 

POPAYÁN 

2016 

PERIODOS Y CORRIENTES DE LA FILOSOFIA DEL DERECHO

EDAD MEDIA

[pic 2]

 

 

 

 

 

 

 

 

MAGALY HOYOS DAZA 

CUARTO A 

 

 

 

Profesor 

Arístides Obando Cabezas 

 

 

 

 

UNIVERSIDAD DEL CAUCA 

FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES 

PROGRAMA DE DERECHO 

FILOSOFIA DEL DERECHO 

POPAYÁN, 24 DE MARZO 

2016 

APORTES SOBRE FILOSOFÍA DEL DERECHO EN LA EDAD MEDIA

En la última etapa de la Edad Antigua  predominaron diferentes doctrinas que intentaron  encontrar respuesta en el plano del misticismo, y que se caracterizaron por su búsqueda de la trascendencia y el interés por lo espiritual y lo divino, especialmente la salvación; todas estas, expresiones de la necesidad del hombre de encontrarse con Dios, de espiritualizarse y trascender. A esta necesidad llegó como respuesta el mensaje cristiano, que representó un llamado a la transformación de los valores y un profundo cambio en el modo de pensar, que invitaba a las personas a  santificarse y restar importancia a las demás cosas del mundo terrenal.

Con el objetivo de hacer un breve recuento cronológico de los aportes referentes a la filosofía del derecho en la Edad Media, he tomado como base el primer tomo del profesor Guido Fassò, titulado Historia de la Filosofía del Derecho[1], el cual abarca las diferentes contribuciones acerca de la filosofía del derecho en la Antigüedad y la Edad Media.

En los orígenes del cristianismo, el viejo legalismo de la sociedad hebrea, máxima expresión de su religiosidad y moralidad es criticado por representar un obstáculo para la realización de la verdadera voluntad de Dios; desde aquí es posible observar el lugar que tiene el Derecho en el cristianismo evangélico, pues como se menciona en el evangelio Jesús (figura principal del cristianismo) anunció que el no habría venido a abolir la ley[2], sino a completarla, a hacerla realidad y ponerla en práctica; sin embargo, es posible observar como la idea de Derecho continúa siendo extraña lo que plantea el evangelio, pues este último hace referencia a un mundo místico, espiritual, donde no se requiere de ningún tipo de normas para la coexistencia, ni tampoco de instituciones jurídicas. El concepto de la realidad metafísica trasciende toda representación social terrena, y por tanto también prescinde de lo jurídico. Solamente más tarde se tendrá en cuenta la necesidad de adoptar una estructura jurídica en respuesta al desarrollo de la sociedad histórica del cristianismo, a lo que se le denomina la “juridificación de cristianismo”[3].

La diferencia entre la vida de los primeros cristianos y la sociedad de su tiempo, acentuó las diferencias entre el Derecho y el cristianismo, que en un principio surgió como una incompatibilidad de tipo moral y posteriormente llegaría una cuestión política, a tal punto que los cristianos (que se consideraban ciudadanos, pero únicamente del reino de los cielos) fueron perseguidos por el Estado romano por no obedecer sus leyes, situación que aumentó el rechazo por parte de los cristianos hacia el Estado y el Derecho. Sin embargo, más adelante con la formación y expansión de la sociedad cristiana, surge la Iglesia como institución, la cual, finalmente acabaría por establecer  Derecho (reglas de vida y coexistencia entre los propios miembros, jerarquía, órganos legislativos y administrativos, sanciones)[4] el cual,  dadas sus características similares (como Derecho y como institución) acaba finalmente por encontrarse con el Derecho imperial.  Este proceso de juridificación de la Iglesia y la sociedad cristiana[5] implicó grandes beneficios para la historia y la sociedad, pues difundió grandes principios entre las personas, sin embargo, al tiempo generaría el desplazamiento de la religiosidad difundida por el cristianismo evangélico, lo generó el rechazo por parte de la Iglesia de algunas manifestaciones, consideradas por ellos como heréticas.

La patrística[6]: a la par con la conformación y progreso de la sociedad cristiana surgió una doctrina cristiana que aun en el marco de una doctrina teológica, encuentra relación con el Derecho. Bajo esta elaboración doctrinal fueron cobrando importancia los argumentos filosóficos, hasta el punto que ya no se pudo prescindir de ellos, dando como resultado la filosofía cristiana. La patrística se ocupó principalmente de la defensa del cristianismo frente a las religiones paganas y de hacerle frente a las interpretaciones heterodoxas que luego darían lugar a las herejías.

Los padres anteriores a San Agustín (a excepción de San Ambrosio) no parecieron darse cuenta de la problemática que representaba la existencia de una ley natural y no repararon en considerar una ley como buena por ser querida por Dios, o pensarla querida por Dios por ser buena por sí misma. Se encontrarían con el dilema planteado por Platón en uno de sus primeros diálogos, el cual había dejado sin resolver, este es: “¿el bien es tal por ser querido por la divinidad o es querido por la divinidad por ser bueno?”[7]. San Agustín descubre el gran problema que se presenta al considerar que los hombres ya poseían una guía para obrar bien y lograr la salvación, lo que puede llegar a poner en duda la redención y por lo tanto la venida de Cristo.

San Agustín da cuenta de las consecuencias que se presentan después de que la moral cristiana asuma una dirección racionalista y naturalista. Es importante tener en cuenta la fecha de los escritos para poder comprender su significado, (ya que su postura se torna diferente después de su polémica con Pelagio). Antes de la Polémica con Pelagio[8], la actitud de San Agustín es claramente iusnaturalista, en el Delibero Arbitrio dirá que “No parece que sea ley la que no es justa”[9], aduciendo además que la ley positiva no es válida sino está de acuerdo con la ley eterna y en el De diversis questionibus califica a la ley eterna como ley natural, diciendo que ella se manifiesta en el alma racional. Las anteriores posturas de San Agustín, fueron ambas naturalistas, pero en el Contra Fastum, San Agustín presenta tanto una interpretación iusnaturalista, como una voluntarista, que se afianza de manera más radical tras su controversia con Pelagio. En los escritos posteriores al año 411, San Agustín ya no se refiere a la ley de la naturaleza y abundarán en sus escritos las posturas voluntaristas donde San Agustín plantea que “la justicia ahora es todo aquello que es querido por  Dios”[10].

San Agustín reflexiona acerca del valor del Estado y de la ciudad terrena en general, en contra de lo que él llama la “Ciudad de Dios”. Bajo esta reflexión, el pensador no niega de forma absoluta el valor del Estado o del Derecho, sino de aquellos que no reflejen la justicia como voluntad de Dios (tal y como la habrían concebido los primeros cristianos); éste Estado que el acepta, no es otro que el de la ciudad de Dios.

Alta Edad Media:

Una de las manifestaciones más importantes de la Alta Edad Media, la constituye la enciclopedia compuesta por San Isidoro de Sevilla. En San Isidoro se asocia al Derecho con la justicia, pero solamente desde su significado etimológico, y en cuanto a la ley hace un análisis amplio de ella, pero estos aportes no tienen gran relevancia. Básicamente San Isidoro se dedica a recoger las doctrinas antiguas acerca de la necesidad de la soberanía de la ley para hacer sus observaciones acerca de los límites del poder del soberano, pensamiento que generó una nueva forma de concebir el Derecho y que sirvió de inspiración de las instituciones y la legislación de los pueblos germánicos invasores, y en general una nueva realidad jurídica para los años posteriores.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (17 Kb) pdf (160 Kb) docx (215 Kb)
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com