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KANT----- LAS CONDICIONES DE POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO


Enviado por   •  8 de Abril de 2013  •  2.230 Palabras (9 Páginas)  •  1.069 Visitas

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KANT----- LAS CONDICIONES DE POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

En la Crítica de la Razón Pura Kant se ocupa de la determinación del problema del conocimiento y del análisis de la posibilidad de la metafísica como ciencia, con el mismo rigor y exactitud que en aquella época habían alcanzado la matemática y la física.

Kant entiende por metafísica la disciplina heredada de tradiciones filosóficas anteriores (como la escolástica medieval o la escuela racionalista) que era considerada como el fundamento y la base no solo de todas las ciencias sino también de los valores, la moral, la política etc.

Los racionalistas creían que la mente podía conocer la realidad sin ayuda de la experiencia, por que la mente poseía unos principios innatos.

Por otra parte, los empiristas creían que todo conocimiento provenía de la experiencia, por lo que el racionalismo era simple charlatanería que no tenía ningún fundamento por que no dependía de la experiencia. La metafísica cayó en un desprecio general, y esto preocupó a Kant, por que aunque la metafísica no fuese una ciencia, se ocupaba de los problemas más importantes del ser humano, que, aunque no tuvieran una respuesta científica eran los más importantes.

Según Kant, la matemática y la física han entrado en el camino seguro de la ciencia, pero la metafísica no. Por las siguientes razones:

A) la falta de unanimidad. En la física todos los científicos están de acuerdo sobre las teorías, pero en la metafísica reina el desacuerdo. Y lo peor de todo es que no existe ningún criterio que permita saber cuales son ciertas y cuales no lo son.

B) El estancamiento. Mientras que el resto de las ciencias avanzaban la metafísica seguía estancada, por que nadie se ponía de acuerdo.

Kant se preguntó si era posible la metafísica como ciencia, pero también había que preguntarse cómo era posible la ciencia.

Kant no se pregunta en ningún momento si la ciencia es verdadera o no, pues para él es evidente que lo sea. Lo que le interesa saber es por qué es verdadera. Quiere saber que elementos forman el conocimiento científico, para compararlos con la metafísica, y si ésta los cumple algún día podrá llegar a ser considerada como ciencia, sino no.

Kant va a someter a la metafísica al tribunal de la crítica, entendiendo por crítica un “análisis o examen racional”. La razón debe autoanalizarse para conocer sus límites. El problema de la metafísica es que no ha rectificado sus propios principios después de un análisis racional.

El racionalismo planteaba que la razón posee una serie de principios innatos y que, a partir de estos principios, mediante deducción racional, sin recurrir a la experiencia sensible, podría levantarse el edificio del conocimiento, podría conocerse lo real en su totalidad.

Sin embargo, el empirismo, al rechazar el innatismo y defender que todo el conocimiento procede de la experiencia, desemboca en un escepticismo. A Hume le ocurrió que como no pudo demostrar la existencia de Dios, no pudo demostrar la relación entre los pensamientos y la realidad. Ni siquiera las leyes científicas son seguras. Si estas leyes son meras generalizaciones de la experiencia y ésta es contingente y particular, nada me asegura que siempre y en todos los casos los fenómenos naturales se vayan a comportar de la misma manera. Hume llegaba a la conclusión de que debemos admitir que la razón es incapaz de proporcionarnos una fundamentación del saber, por lo que, en lugar de buscar una certeza absoluta o metafísica para el conocimiento, debemos conformarnos con una certeza moral que nos baste para conducirnos en nuestra vida cotidiana.

Para Kant solo aquello que contenga necesidad (que sea necesariamente así y no pueda ser de otra manera) y universalidad (que siempre ocurra o actúe del mismo modo) puede garantizar un conocimiento fiable. Las leyes científicas o tienen validez universal y expresan la existencia de una relación necesaria en la naturaleza o no son leyes científicas.

Los racionalistas decían que la experiencia no servía para nada y los empiristas decían que todo provenía de la experiencia, pero para Kant los dos tenían parte de razón, ya que la experiencia es necesaria para el conocimiento, pero no suficiente. Esta experiencia viene de condiciones independientes de ella, que son las que dan al conocimiento las notas de universalidad y necesidad.

Según Kant en todo tipo de conocimiento se dan dos condiciones: unas son exteriores o materiales, asociadas a los sentidos; y otras son intrínsecas al individuo o formales, que son las que la mente humana impone a la información que procede del exterior. Las primeras son de fuera de la mente humana y las segundas son elementos totalmente a priori.

La tesis de Kant supone una síntesis entre el racionalismo y el empirismo. Afirma que todo conocimiento humano tiene su punto de partida en la experiencia, pero, por otro lado niega que todo el conocimiento proceda de ella, puesto que existen una serie de elementos innatos a la razón humana que no proceden de la experiencia.

El objetivo de Kant era encontrar y definir estos elementos, es decir, averiguar lo que de a priori hay en el conocimiento. La importancia de estos elementos a priori estriba en que la universalidad y la necesidad del conocimiento solamente pueden provenir de ellos.

EL GIRO COPERNICANO

Hasta ese momento se creía que eran los objetos los que se adaptaban a la mente para poder ser conocidos, pero el giro copernicano era todo lo contrario, es decir, que es la mente la que se adapta a los objetos para conocerlos con claridad. Este planteamiento tiene dos consecuencias: la primera es que el conocimiento es una construcción llevada a cabo por el sujeto cognoscente tomando como punto de partida los datos recogidos por los sentidos. Hay que tener en cuenta dos componentes: el material que procede de la realidad (datos sensibles) y los elementos que aporta el sujeto (la razón humana) con los que se elabora ese material recogido por los sentidos para producir conocimiento científico(los elementos a priori).

Aunque todo nuestro conocimiento comienza por la experiencia, ésta sólo nos muestra un caos de sensaciones que en sí mismas, aisladas, no tienen ningún sentido. Es la mente la encargada de dotar de sentido a estas sensaciones, aportando unos principios generales a los que estas sensaciones han de someterse; estos principios generales son los elementos a priori de conocimiento, también llamados condiciones trascendentales del conocimiento, que al ser independientes

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