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Teórico Clase 1 CYT Siglo XXI, gustavo moure


Enviado por   •  6 de Abril de 2020  •  Tareas  •  1.013 Palabras (5 Páginas)  •  186 Visitas

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Teórico Clase 1 CYT Siglo XXI, gustavo moure

Clase 1: Sólo Dios Existe

En esta primera clase nos iremos al siglo XVII, cuando el renacimiento italiano estaba en su apogeo. Esto nos servirá para tratar de comprender la mentalidad e idiosincrasia de la época. Aclaremos primero qué fue el Renacimiento. Este momento fue llamado así en Italia aunque abarca un momento histórico que excede las fronteras del país, que en ese entonces no era una república.

Sirve esta aclaración para entender cómo funcionaba el arte de entonces. Las ciudades importantes como Florencia, Venecia o Roma tenían grandes mecenas. Esto supone que gran parte de la organización económica de la ciudad pasaba por aquellos, que promocionaban el trabajo de muchos artistas o científicos muchas veces para provecho propio. La relación entre los artistas y los mecenas era de vasallaje como en la edad media, aunque se suponía que la edad media había quedado atrás producto de la caída de Constantinopla en manos turcas, la conquista de América y otros elementos que habían cambiado al mundo para siempre y que ampliaban los horizontes y la perspectiva de los hombres y mujeres de la época.

En aquel mundo la Iglesia Católica era la institución más importante, capaz por ejemplo de actuar de árbitro en conflictos y disputas territoriales como las que tuvieron España y Portugal para distribuirse los territorios americanos en el Tratado de Tordesillas.

Ahora bien. Eran tiempos donde el acceso a los textos escritos era justamente exclusividad de monjes, sacerdotes y parte de la nobleza. Esto impedía que otros sectores sociales accedieran a los textos religiosos, incluso a la biblia. Todavía faltaba para que apareciera la imprenta, abaratara los costos de producción de los libros y así la ampliación de la difusión de las grandes obras. El arte en ese contexto jugó un papel fundamental para la iglesia, para poder contar a los fieles la historia de Cristo, más aún si se tiene en cuenta que la mayoría de la población era pobre, muchos herencia del vasallaje de la edad media, gente con escasa esperanza de vida por las condiciones en las que vivía.

Esos fieles comenzaron a advertir que podían conocer la historia de Dios gracias al arte, y los mecenas que pagaban esos trabajos ganaban en protagonismo social y prestigio. Tal caso fue el de Florencio De Médici, en la ciudad de Florencia, y su padrinazgo por ejemplo al inigualable Miguel Angel Bunarotti, autor de pinturas como el Juicio Final (extracto de esa monumental obra es el Dios que aparece en la portada de la clase) o esculturas como el David o La Piedad.

Aunque aún predominaba la comprensión del mundo desde la idea de Dios, los beneficios de cumplir sus mandamientos o los perjuicios de cometer pecados, a través de la obra de Miguel Ángel pueden advertirse claves de que eran tiempos de cambio y que el hombre moderno se estaba gestando. Por ejemplo, el Dios mencionado del Juicio Final”, si prestamos atención a su figura, es muy distinto al Dios o al Cristo que aparece en las estampitas y en las estatuas. Se trata de un cuerpo más bien atlético, robusto y no tiene la clásica barba larga ni la expresión de piedad con la que siempre se caracteriza a Cristo. No hace falta recordar que el Antiguo Testamento no permitía representar a Dios, y menos aún como una figura humana. Pero la Iglesia Católica comenzaba a darse cuenta que debía ceder ante algunas lógicas que siempre había respetado porque la aparición de la vertiente musulmana que adoraba al profeta Mahoma, la reforma protestante y tantas otras situaciones de época hacían que perdiera fieles en función de otros credos o variantes del mismo credo.

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