HISTORIA DE LA MEDICINA FORENSE
griseldagutierre12 de Septiembre de 2013
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INTRODUCCION
La medicina forense, también denominada medicina legal, jurisprudencia médica o medicina judicial es una rama de la medicina que determina la causa de muerte o lesiones, mediante el examen físico material. Estudia los aspectos médicos derivados de la práctica diaria de los tribunales de justicia, donde actúan como peritos. El médico especialista en el área recibe el nombre de médico legista (de latín legis) o forense.
La medicina legal es la especialidad médica que aplica todos los conocimientos de la medicina para el auxilio a jueces y tribunales de la administración de justicia, es el vínculo que une al derecho y a la medicina.
Todo esto, no hubiera sido posible, sino es, por los precursores de la medicina forense, que la hicieron posible, a través de años y años de dedicación y estudio, en aras de un mejor devenir tanto en el campo del derecho como de la medicina
CAPITULO I
Antecedentes históricos
1.1 HISTORIA DE LA MEDICINA FORENSE
Hecho digno de mención es que se le diera nueva casa a la medicina forense en esta ciudad y que las necropsias de las antiguas instalaciones del Hospital Juárez pasaran al edificio de Niños Héroes. La arquitectura de este edificio es un acierto desde su fachada. Coincidiendo con estas inauguraciones del año de 1960, y ya para el año 1964 la UNAM, con la colaboración de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y del Servicio Médico Forense del Distrito Federal, dio la oportunidad para que se organizara, a nivel de posgrado, en la división del doctorado, el Curso de Adiestramiento en medicina forense. La enseñanza de la medicina forense es degradada por el hecho de impartirse en el tercer año de la Facultad Nacional de Medicina. ya posteriormente la Dirección General de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del D. F., impulsa y hace progresar la medicina forense, en el segundo semestre de 1975 se funda la Academia Mexicana de Criminalística. El Dr. José sol Casao fundó la primera Sociedad Mexicana de Medicina Legal y Criminología, de vida efímera y sin huella. Para el año de 1973, en Veracruz se funda la Asociación Mexicana de Medicina Legal, A. C., y se organizan las primeras jornadas de mejoramiento de los médicos forenses del estado, así como el Colegio de médicos Forenses la cual agrupaba a la mayoría de los médicos que trabajaban en la Dirección de Servicios Médicos del Distrito Federal. Otro paso más en beneficio de la justicia del estado de Veracruz y ejemplo para todo México es que hemos visto nacer en el puerto de Veracruz, a las once horas del dieciséis de junio de 1974, el primer Instituto de Medicina Forense de la Universidad Veracruzana, y ese mismo día, después de la inauguración, tuvimos el placer de visitar el banco de órganos y saber que ya se había aprovechado para trasplantes de corneas.
1.2 DON AGUSTINA ARELLANO
Primer profesor de medicina legal del Establecimiento de Ciencias Medicas, el doctor Agustín Arellano.
Los fundadores del Establecimiento de Ciencias Medicas, influenciados por la cultura francesa, pensaron naturalmente en la creación de la clase de medicina legal y al formarse las ternas correspondientes propusieron para ella a los señores Arellano, Dávila y Tender, siendo nombrado catedrático el primero, con fecha 27 de noviembre de 1833, y habiendo jurado su cargo el 2 de diciembre del propio año. Queda así establecida la clase de medicina legal y quedaba en funciones, como su primer catedrático, el señor Dr. Don Agustín Arellano, quien formo desde luego parte de la comisión de higiene pública y policía médica del establecimiento, en unión de los señores doctores don Pedro del Villar y don Salvador Rendón, colaboraba en la historia de la medicina con los señores Overa y Erazo. Nacido el señor el señor Arellano en México, u habiendo sido alumno de la antigua Universidad Medica, presento el 20 de marzo de 1819, su acto correspondiente, defendiendo las lecciones del célebre Montaño sonreí los aforismos de Hipócrates en la cátedra de vísperas de medicina, dos años más tarde sustento examen profesional ante el protomedicato y el año de 1831 fue recibido como cirujano latino según las practicas del propio tribunal. Abandonadas apenas las aulas, se presento a los concursos abiertos por la Universidad, en las cátedras de astronomía, matemáticas, método. Al fundarse el Establecimiento de Ciencias Medicas, teniendo en cuenta sus antecedentes mereció, el ser nombrado profesor fundador de medicina legal.
1.3 LOS DIRECTORES DE LA FACULTAD NACIONAL DE MEDICINA ENSEÑAN MEDICINA FORENSE.
Ilustran la cátedra posteriormente los prestigiados nombres de Casimiro Liceaga, José Ignacio Duran, y los de los señores Lucio, Roberto y Espejo. Por las razones económicas señaladas o por otras, tal vez relativas a la organización, los dos primeros directores de la facultad tomaron a su cargo el desempeño de la cátedra.
El primero en ocuparla duro 9 años con breves interinatos, desempeñados, uno por el señor Arellano en 1841, otro en 1846 por el señor Roberto, y otro en 1847, por don Rafael Lucio, quien era adjunto de la escuela desde 1845. En el desempeño del difícil y delicado puesto de sustituto del Dr. Liceaga, el doctor Lucio dio claras muestras de acierto, tino, y una madurez de juicio muy superior a su temprana edad de 28 años, motivos más que suficientes para que día tras día aumentasen el respeto y consideraciones que tan justamente había conquistado ya en el ánimo de sus profesores y discípulos.
Con los tropiezos naturales el principio de toda obra, la falta de elementos materiales y la de una orientación legal bien definida, puesto que todavía no podría tener legislación, la enseñanza de la cátedra de médica legal tuvo que seguir los senderos puramente teóricos que le marcaran obras extranjeros. Esto debe haber obligado, tanto al primer profesor (el doctor Arellano) como a sus inmediatos sucesores, a desplegar una gran voluntad y un esfuerzo tenaz para encauzar la materia, a cuyo servicio pusieron los señores Liceaga y Duran el prestigio de sus nombres y su reconocido desinterés.
1.4 PROFESOR DE MEDICINA FORENSE DON LUIS HIDALGO Y CARPIO.
Con la sucesión del señor Duran, se abre la época de la plenitud, de mayor esplendor para la cátedra, con su orientador (el creador de la medicina legal Mexicana) quien habría de ser el más sobresaliente exponente de de nuestra facultad: Don Luis Hidalgo y Carpio.
Nacido en puebla el 18 de mayo de 1818, y perteneciente a familia de escasos recursos, perdió en temprana edad a su padre y fue la energía tenaz y silenciosa, llena de abnegación y virtud, de su madre, quien logro infundir en el las cualidades que habrían de elevarlo destacando su figura y granjeándole el respeto y la consideración general. Fueron en este caso, como en otros tantos semejantes, la inteligencia y el corazón de una mujer mexicana, tan justa y elocuentemente alabada en reciente ocasión por don Ramón Pardo, los vehículos que desarrollaron en el joven Hidalgo y Carpio su laboriosidad infatigable, su tenacidad y perseverancia, su probidad y honradez nunca desmentidas. Estas cualidades que no habían de abandonarlo en el resto de su vida, forjan al estudiante que en el seminario conciliar de Puebla sustente un acto de matemáticas y física en el año de 1835, al que radicado en la capital obtiene los primeros premios en su carrera y merece el honor de ser admitido en la Academia Nacional de Medicina como socio numerario, un año antes de recibirse y que , finalmente, el 25 de septiembre de 1843 obtiene el titulo de medico cirujano, cuando ya ha publicado in la Gacela Médica, en el año anterior, doce trabajos.
Y son sus propias relevantes dotes las que, apenas recibido, lo llevan al unirse a la Facultad de Medicina y le abren las puertas de la secretaria del propio establecimiento, en diciembre del mismo año. Con el carácter de adjunto sustenta las cátedras de patología interna, farmacología y medicina legal, quedando como propietario de esta ultima a la muerte del señor Duran.
Movido por una inquietud espiritual constante, y poseído de ese afán de perenne investigación, propio del verdadero medico, guiados ambos por un maravilloso buen sentido, por el buen sentido que al decir de Bossuet es el amo de la vida, don Luis esta al corriente de los descubrimientos científicos, y colecciona observaciones y datos adquiridos en su práctica, sin aventurarse a asentar como cierros hechos probables, lo encontramos desplegando múltiples y variadas actividades y siempre en el terreno
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