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INFORME DE LECTURA EL PODER PAPAL


Enviado por   •  16 de Junio de 2015  •  1.766 Palabras (8 Páginas)  •  926 Visitas

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HISTORIA DE LA IGLESIA CRISTIANA

EL AVANCE DEL PODER PAPAL

JESSE LYMAN HURLBUT

PAGINAS

105-113

SINTESIS

El hecho más notable en los diez siglos dela Edad Media es el desarrollo del poder papal ya hemos visto cómo el papa de Roma afirmaba ser “obispo universal” y cabeza de la iglesia ahora afirma ser gobernador sobre las naciones, los reyes y emperadores este desarrollo tuvo tres períodos: crecimiento, culminación y decadencia.

El período de crecimiento del poder papal empezó con el pontificado de Gregorio I, “el Grande”, y llegó a su apogeo bajo Gregorio VII, mejor conocido como Hildebrando. GREGORIO I, cuando llegó a ser papa, envió misioneros a Inglaterra para cristianizar al pueblo, extendió el reino de su iglesia animado de un interés activo en la conversión de las naciones europeas que aún Convirtió a la iglesia en virtual gobernante en la provincia alrededor de Roma y de esta manera preparó el poder temporal o político también desarrolló ciertas doctrinas de la iglesia romana, sobre todo la adoración de las imágenes, el purgatorio y la transubstanciación, o la creencia de que en la misa o comunión el pan y el vino se transforman milagrosamente en el verdadero cuerpo y la sangre de Cristo una razón de por qué tantos aceptaban el gobierno de la sede romana se debía a que en las primeras épocas de este período, la influencia de los papas estaba sobre todo en su poder para ejercer la justicia. La iglesia estaba colocada entre los príncipes y sus súbditos para reprimir la tiranía e injusticia, para proteger a los débiles y para demandar los derechos del pueblo en los palacios se persuadió a más de un gobernante a recibir de nuevo una esposa repudiada injustamente y a observar cuando menos la forma exterior de la decencia.

Durante todos estos siglos de condiciones variables e inestables, la iglesia permanecía fuerte, la única institución firme y oficial el clero era el que casi invariablemente sostenía las exigencias de dominio de Roma, desde el arzobispo hasta el sacerdote más humilde aunque el hecho nos parezca extraño, en la Edad Media se presentó un número de “fraudes píos” para sostener la autoridad de Roma de mucha más influencia fue otro fraude, o serie de fraudes, las “Decretales Seudoisidorianas” que se publicaron alrededor de 830 d.C. profesaban ser decisiones adoptadas por los obispos primitivos de Roma, desde los apóstoles en escala descendente, presentando las más elevadas reclamaciones, tales como: supremacía absoluta del papa de Roma sobre la iglesia universal; independencia de la iglesia del estado; inviolabilidad del clero en todos sus rangos hasta el punto de que no estaba obligado a darle cuenta al estado, ni siquiera ningún tribunal secular podía juzgar en asuntos del clero o la iglesia.

Solo en los albores de la Reforma en el siglo dieciséis se examinaron estas reclamaciones y se comprobó que carecían de fundamento algunas de las evidencias en su contra fueron las siguientes: Su lenguaje no era el latín primitivo de los siglos primero y segundo, sino el lenguaje corrupto y mixto de los siglos octavo y noveno. Los títulos y las condiciones históricas a que se referían no eran los del imperio, sino los de la Edad Media, muy diferentes las frecuentes citas de la Escritura eran de la versión Vulgata (Latina), que no se tradujo sino hasta el año 400 d.C. S

El período de culminación fue entre 1073 y 1216 d.C., alrededor de ciento cincuenta años, en que el papado tuvo un poder casi absoluto, no solo sobre la iglesia, sino sobre las naciones de Europa libertó a la iglesia de la dominación del estado al poner fin al nombramiento de los papas y los obispos por reyes y emperadores requirió que todas las acusaciones en contra de los sacerdotes y las relacionadas con la iglesia se juzgasen en cortes eclesiásticas, Gregorio VII no aspiraba a abolir el gobierno del estado, sino a subordinarlo al gobierno de la iglesia, deseaba el poder secular para gobernar al pueblo, pero bajo la más elevada jurisdicción del reino espiritual, como él lo consideraba.

Otro papa cuyo reino demostró su alto grado de poder fue Inocencio III (1198–1216). En su discurso de inauguración declaró: “El sucesor de San Pedro ocupa una posición intermedia entre Dios y el hombre es inferior a Dios más superior al hombre es el juez de todos, mas nadie lo juzga.” En una de sus cartas oficiales escribió que al papa “no solo se le encomendó la iglesia, sino todo el mundo”, con “el derecho de disponer finalmente de la corona imperial y de todas las demás coronas”, en realidad estableció de este modo un estado bajo el gobierno directo del papado, gobierno que fue el precursor de los “Estados de la Iglesia”, obligó al licencioso Felipe Augusto, rey de Francia, a que recibiese de nuevo a su esposa de quien se había divorciado injustamente. Excomulgó al rey Juan sin Tierra (inglés), le obligó a rendir su corona al legado papal y a recibirla de nuevo como súbdito del papa. Inocencio III puede considerarse como el mayor de los papas en poder autocràtico sin embargo, no hubiera llegado a tal grado de autoridad si Hildebrando no hubiese alcanzado la grandeza antes que él la decadencia del poder papal empezó con Bonifacio VIII en 1303. Tenía pretensiones tan elevadas como cualquiera de sus predecesores, pero se pasaban por alto. Bonifacio prohibió

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