LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA, TEORÍA Y MÉTODO LA RENOVACIÓN CONTEMPORANEA DE LA HISTORIOGRAFÍA
Anto YstecahandiApuntes4 de Agosto de 2020
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JULIO ARÓSTEGUI – LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA, TEORÍA Y MÉTODO
LA RENOVACIÓN CONTEMPORANEA DE LA HISTORIOGRAFÍA
La historiografía experimentó un impresionante avance después de la Segunda Guerra Mundial, lo que algunos denominan “época de oro” de la segunda posguerra.
LA ÉPOCA DE LOS GRANDES PARADIGMAS
En el siglo XIX la historia y la historiografía dieron un cambio gigantesco, sin embargo, ha sido más decisivo aún, la posguerra y los 60 del siglo XX.
Si el siglo XIX tiene una importancia para los orígenes de la disciplina en su estado actual (abandono de las concepciones sobre la investigación y la escritura de la historia que habían conformado la tradición europea desde el Renacimiento, y tal vez, desde la antigua Grecia, es decir, dejar de considerar a la historia como una crónica basada en testimonios que nos han transmitido las generaciones anteriores para pasar a una investigación, con lo que, justamente, la propia palabra historia recupera su sentido: investigación).
EL SIGLO XIX: LA FUNDAMENTACIÓN METÓDICO DOCUMENTAL
La evolución decisiva se emprendió con la fundamentación “metódico-documental”. Estamos ante el origen de la gran corriente historiográfica a la que, de forma abusiva, aunque no enteramente inapropiada, se ha llamado historiografía positivista y que se enlaza también con la potente tradición alemana del historicismo. Un nuevo tipo de reflexión sobre la historia, Droysen llamó historik, el tratamiento del estudio de la historia en la línea de la ciencia.
Los textos metodológicos famosos, en Alemania y Francia fueron los de Ranke, Droysen y Lamprecht, entre otros.
Es habitual que este cambio profundo y duradero en la historiografía, cambio que permaneció hasta los años 30, sea adjudicado a la corriente denominada positivista.
En efecto lo que se llama “historiografía positivista” no deja de estar interpretado a través de un error. Muchas veces se llama positivista a una concepción de a historiografía que es esencialmente narrativista, episódica, descriptivista, muy a lo siglo XIX. En realidad, ese tipo de historiografía es “historia tradicional”. La historiografía positivista es la de los hechos, establecidos a través de los documentos, inductivista, narrativa, desde luego, pero sujeta al método.
Lo que se acostumbra a llamar escuela positivista ha sido llamada también, con mayor justeza, escuela metódica, ya que su mayor preocupación es poseer un método, fundamentaba el progreso de la historiografía en el trabajo metódico sobre las fuentes, insistió siempre en rechazar toda “teoría” y “filosofía”. Pero era absolutamente tributaria de la idea de “ciencia”. Era sobre todo una corriente pragmática y empirista. Por ello creemos que puede ser llamada también metódico-documental.
La “disciplina” de la historiografía en el sentido moderno fue fundada entre los siglos XIX y XX a través de un primer cuerpo de reglas y preceptos metodológicos bajo la influencia del historicismo y el positivismo. Hasta el primer conflicto bélico general del siglo XX, la Gran Guerra de 1914-1918. Sin embargo, en la década de los años 20 y, sobre todo, los 30, el panorama cambió (hay una ruptura).
Las nuevas concepciones rechazan los fundamentos creados por la historiografía del siglo XIX y comienza en el periodo de entreguerras, en los años 30.
Se dan tres movimientos prácticamente simultáneos fortalecidas durante la segunda posguerra: La historiografía marxista, la escuela de los “Annales” y la historiografía cuantitativista. En torno a centros de intereses bien diversos y un grado muy diverso de cohesión y homogeneidad. A un paradigma relativamente unitario en el siglo XIX, le ha sucedido en nuestro siglo no otro sino varios otros.
Los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial han representado una verdadera revolución, conectada con un fenómeno similar en el resto de las ciencias sociales y la ciencia en general.
Mientras el marxismo y el cuantitativismo son movimientos que tienen una proyección amplia en el campo de las ciencias sociales desde donde ha llegado a la historiografía, la escuela de los Annales ha sido el primer movimiento historiográfico del siglo XX que nace en el campo mismo de la investigación histórica.
LA “NUEVA HISTORIA” DE LA ESCUELA DE LOS “ANNALES”
1929 señala el nacimiento de la “escuela de los Annales” (Desde el punto de vista de su difusión, 1950, en París, a través del Congreso Mundial de Ciencias Históricas, en el cual las nuevas concepciones historiográficas tuvieron su verdadera presentación mundial).
La revista Annales de la historia económica y social fue fundada en 1929 bajo la dirección de Marc Bloch y Lucien Febvre.
La influencia de Annales ha contribuido a una renovación formal de la historiografía académica. Pero si en Francia la hegemonía de Annales fue indiscutible, el campo de influencia exterior fue muy irregular. Es decir, se daba una dificultad de penetración de las nuevas ideas, sobre todo en los medios de la tradición liberal anglosajona.
Han sucedido tres generaciones de historiadores. La primera: sus fundadores, Lucien Febvre y Mar Bloch. La segunda: Fernand Braudel y con menor importancia Morazé y Mandrou. La tercera: aquí resulta más difícil identificarlos por una gran combinación generacional y científica. Pero podríamos nombrar a Le Roy Landurie, Furet, Duby, Le Goff, pero también podrían añadirse Revel, Chartier, Watchtel y otros. Fernand Braudel, actúa como una frontera entre la primera generación y la tercera, como una transición.
La evolución de Annales se ha identificado a menudo con el desarrollo del fenómeno “Nueva Historia”. Yuxtapone a las tendencias de otros grupos, como ocurre, por ejemplo, con el marxismo.
El contenido paradigmático de los Annales
Anteriormente con el historicismo y la corriente metódica-documental: había una noción positivista de “hecho” como objeto de la ciencia.
1.Annales plantea que no hay un “hecho” como átomo de la historia. El historiador no encuentra hechos, sino que tiene que analizar la realidad apoyado en su propio raciocinio, porque “no hay realidad histórica ya hecha que se entregue espontáneamente al historiador”.
Los fundadores enfatizaban el adjetivo “social”. No hay historia económica; historia social… hay La historia, en su unidad: La historia es social enteramente, por definición.
2.Otra concepción es la de la historia-problema, frente a la historia-relato. La obra de historia pasa a ser “temática” y no meramente descripción de secuencias cronológicas. Ej. Marc Bloch sobre la sociedad feudal; Braudel toma una entidad natural (geográfica) como el mediterráneo y después un fenómeno preciso como el capitalismo; etc. En un intento de resolver problemas del pasado no de narrar hechos.
3. Annales significó un extraordinario desarrollo de nuevas temáticas y también un interés por el uso de nuevos tipos de fuentes, bregando al mismo tiempo por la relación de la práctica historiográfica con ciencias sociales como la geografía, la sociología, la antropología, la economía, etc. La propuesta de una historiografía abierta a todos los conocimientos del hombre es otra de las grandes aportaciones de la escuela viva hasta el día de hoy.
Esta “nueva historia” que se afirma como una historia global, total y reivindica la renovación de todo el campo de la historia, significó una rebelión contra la historia positivista del siglo XIX. Febvre había señalado que la historia se hacía con documentos, como suponía la escuela metódica, pero también sin ellos y con muchos tipos de evidencias que no eran solo escritas.
La época de máxima influencia de la escuela se representó con Fernand Braudel. La escuela cambió el sentido de aproximación a lo histórico, el sentido de partes importantes del método y la concepción misma de la tarea de historiar, pero no ha contribuido en la misma medida a una teorización de lo histórico y ni aun de lo historiográfico.
Annales ha tenido una importante aportación a las cuestiones metodológicas de la historiografía, pero escaza en cuanto a la teoría tanto constitutiva como disciplinar. No aportaron una renovación teórica.
Annales significó una nueva ortodoxia, la que rechazaba la historiografía del “hecho histórico” pero no en el grado en que lo significó el marxismo o el estructural-cuantitativismo. Propuestas de la nueva historia: nuevos problemas a estudiar, nuevos métodos y nuevos campos de estudio.
Quizás al no estar clara a naturaleza de la ciencia ni haber habido una explicita reflexión sobre ellos, no hablaban de teoría (sus fundadores).
Epigonismo final (derivaciones):
Con la retirada de Braudel, en los setenta y ochenta se produce una cantidad de derivaciones que tienen su origen en las posiciones clásicas de la escuela (Bloch y Febvre).
1.La primera gran novedad en surgir sobre las ideas clásicas de la escuela es la influencia de la historia cuantitativa. Autores trataron la demografía histórica, la historia política.
2.También se dan influencias del estructuralismo (de origen lingüístico) proveniente de la etnología de Lévi-Strauss (antropología) cuyas concepciones sobre la historia eran favorables a la preeminencia de la historiografía como una consideración global del fenómeno social.
3.Influencias del psicoanálisis de Sigmund Freud, en cuanto a la aparición de la historia de las mentalidades abordada por autores de la tercera generación como Vovelle, Duby, Le Goff. La historia de las mentalidades ha dado lugar al estudio de la muerte, la infancia, la brujería, las maneras de mesa, el sentimiento religioso y todo un amplio conjunto de actitudes e ideas colectivas del imaginario.
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