La Educación En El Desarrollo Histórico De México

La educación en el desarrollo histórico de México

En el presente ensayo, haré una mención sobre lo que he estado estudiando en la materia de la educación en el desarrollo histórico de México, a cargo del profesor Joel Hernández Vázquez. Mencionare algunas de las características más sobresalientes de la educación desde la época prehispánica, hasta la época colonial, cuáles eran los principios bajo los cuales se impartía y los cambios que sufrió después de la conquista de los españoles.

La cultura azteca, era un pueblo indígena del México prehispánico, hablaban el idioma náhuatl, eran guerreros luchaban para dominar otros pueblos y obtener tierras; tenían una religión politeísta, es decir, creían en muchos dioses, por ejemplo Coatlicue, la diosa de la tierra; Uitzilopochtli, el dios de la guerra; respecto a cada fenómeno de la naturaleza tenían a Tlaloc dios de las lluvias; al dios del Sol; al dios del fuego, Tlazoltéotl diosa de la fertilidad, entre otros, creían además que los dioses no solo existían en el cielo o en el inframundo sino incluso en la tierra.

Los aztecas desarrollaron una economía, agrícola artesanal, su época tenía un notable avance del sedentarismo y la concentración de tributo les permitiría el poderío para continuar construyendo caminos y pirámides, así como aspectos de servidumbre que las comunidades dominadas proporcionaban como servicio a impuesto a ellos.

Los comerciantes a la vez que se trasladaban con sus mercancías por todo el territorio mesoamericano: desde Tenochtitlán hasta más allá de Guatemala actual, tenían el encargo estratégico de regresar con información que les servía a los gobernantes y consistía en proporcionar la ubicación y datos de población etc. Para conquistar otros pueblos. Una vez dominada cualquier comunidad de du entorno deberían pagar el tributo que consistía en que una parte de la producción de maíz y otros productos y equipos de trabajo se proporcionaban como impuesto al vencedor.

En esta cultura se impartía la educación a sus jóvenes tanto formal, la clave de esta era tanto rostro como corazón para formar hombres maduros, como la informal, respecto a esta última es la que impartía en los hogares por parte de los padres y madres quienes eran los encargados de enseñarles a respetar a todas las personas mayores, los aconsejaban y los preparaban en el caso de los hombres para ingresar a una institución donde se les impartiría la educación formal.

La madre enseñaba a sus hijas a expresarse de forma correcta, a caminar correctamente, a mirar y a arreglarse. En los hogares había una estricta disciplina al momento de educar a los hijos. Por su parte el padre educaba a sus hijos desde una muy temprana edad dándoles consejos como: “Ama, agradece, respeta, teme, ve con temor, obedece, haz lo que quiere el corazón de la madre, del padre, porque es su don, porque es su merecimiento… porque a ellos les corresponde en servicio, la obediencia, el respeto, no te rías, no te burles, no hagas bromas del anciano o de la anciana o del enfermo, del boca torcida, del ciego, si te burlas de la gente, no saldrías humano”

Otros consejos que les daban los padres a sus hijos: “todos los días tendrías que hacer penitencia, bañarte en agua fría, ayunar y aprender a obedecer, para que seas capaz de enfrentarte a la disciplina de la vida y seas útil para la patria”

Dentro de la educación formal, todos tenían derecho no importaban clases sociales ricos y pobres podían asistir a la escuela contaban con sus principales centros de estudio que eran el Calmécac y el Telpochcalli, los aztecas eran educados principalmente para pelear por tierras y dominar.

El Calmécac (lugar de hileras de casas) protegido por el dios Quetzalcoatl, era un centro de estudio dirigido principal y específicamente para hombres jóvenes; la edad de entrada según algunos investigadores era de entre los 7 y los 15 años, los jóvenes que asistían eran los hijos de la clase noble clase en la que se impartía una educación más científica, ahí se preparaban para ser sacerdotes, guerreros de la élite, jueces, senadores, maestros o gobernantes,los alumnos estudiaban lectura, escritura, historia, matemáticas, astronomía y otras ciencias, se les educaba sobre la medición del tiempo, música y filosofía, religión, hábitos de limpieza, cuestiones de economía y gobierno, y sobre todo, disciplina y valores morales.

El día en que debía ingresar a la escuela, el chico era llevado hasta el Calmécac, acompañado por sus padres. Llevaban los objetos necesarios para la realización de una ceremonia de iniciación: papeles de colores, copal, taparrabos, mantas, plumas verdes y collares de oro.

Dentro de la capilla vestían al niño con ropas de gala. Posteriormente cubrían su cuerpo y rostro con tinta negra; se le colocaban un collar y perforaban sus orejas. La sangre que brotaba de las heridas era arrojada sobre la imagen de Quetzalcóatl. De aquí en adelante el chico debía acostumbrarse a soportar el dolor de herir su cuerpo. Por último, el pequeño sacerdote escuchaba con cuidado los consejos de su padre sobre el cumplimiento de sus obligaciones:

“-Sabemos que naciste de tu venerable madre y de mí, pero debes honrar y obedecer a tus maestros como a tus verdaderos padres. Ellos tienen la autoridad para castigarte pues son quienes te abrirán los ojos y te destaparán los oídos para que aprendas a ver y a escuchar. Hoy nos separamos de ti y nos sentimos tristes. Pero tenemos que presentarte al templo al que te ofrecimos cuando aún eras una criaturita y tu madre te hacía crecer con su leche. Ella te cuidó cuando dormías y te limpió cuan do te ensuciaste; por ti padeció cansancio y sueño. Ahora ya estás grandecito; es el momento de ir al Calmécac, lugar de llanto y pena donde completar s tu destino. Pon mucha atención hijo mío muy amado: en vano tendrás apego a las cosas de tu casa. Tu nuevo hogar y tu nueva familia están aquí en el templo del señor Quetzalcóatl. Olvida que naciste en un lugar de abundancia y felicidad.”

Después de esto, los padres daban la media vuelta y salían sin voltear hacia donde habían dejado a su hijo. Las reglas de la escuela establecían que todos los estudiantes debían pasar la noche dentro del santuario, sin más cobija que sus propias ropas.

Los jóvenes que asistían al Calmécac, permanecía ahí como si estuvieran en un internado, ahí dormían y se les daba de comer y no podían salir de ese lugar, el trato que tenían era muy fuerte ya que se les preparaba, como antes lo mencionaba, para distintos cargos que tendrían en la sociedad, existía una gran rigurosidad.

Las actividades de los jóvenes comenzaban desde muy temprano, hacían actividades

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