La Invencion Del Aula

LA INVENCIÓN DEL AULA

Una genealogía de las formas de enseñar

Inés dusse l/ Marcelo Caruso

CAPITULO 2:

En la edad media y en el comienzo de la modernidad; la escuela elemental, el grado primario, no existía como tal. Lo que estaba “escolarizado” se vinculaba a la cultura clásica y al latín.

Como las escuelas estaban ligadas a la teología y la formación de eclesiásticos a nadie se le ocurría reclamar que la escuela fuera para todos. Sin embargo acá veremos transformaciones que modificaron este panorama.

(Pre) historia: una mirada al final de la edad media.

Entre las instituciones existentes de la edad media, se encontraban las Universidades. Estas estaban organizadas en escuelas preparatorias, caóticas, donde se enseñaba el latín, la lógica y la retórica. Su enseñanza se asemejaba a la actual enseñanza terciaria.

La escuela elemental, en cambio, es una invención moderna.

Las universidades eran ambulantes y funcionaban “de prestado” en instituciones eclesiásticas o en casa particulares. La mayoría de sus estudiantes provenían del campo, de familias aristocráticas pero rurales. Como muchos de estos necesitaban lugar para dormir y tener sus pertenencias, fue aquí, que se fijó la idea de internados. Donde se trataba de sacar a los estudiantes de su espacio de libertad, “la calle”.

La arquitectura de los colegios se hizo más compleja, con espacios de oración, claustros y aulas, que eran únicas para todos y que se organizaban con asientos dispuestos en dos filas enfrentadas a lo largo de la habitación. El maestro ocupaba uno de los extremos del aula y circulaba por el espacio que quedaba entre los alumnos. Más adelante, se le dieron a este espacio cerrado funcione educativas.

En el siglo XVI surge la problemática del gobierno de los niños. El gobierno de los niños se ajustó a un modelo de encierro en instituciones que pretendían la formación completa, en todos los aspectos, del niño o del adolescente. Si bien este modelo no se generalizó totalmente se empezó a pensar al internado como el ámbito ideal de aprendizaje.

Aries sostiene que durante largo tiempo, la escuela se comportó de manera indiferente a la división por edades porque su objetivo principal no era la educación de los niños. Si no era más bien una especie de escuela técnica para el oficio de cura.

La sala de partos del aula: la división en confesiones.

Los siglos XV y XVI marcaron la consolidación de una nueva era social, caracterizada por una creciente urbanización, una estructuración territorial de los estados, una concentración del poder en aparatos centralizados como las monarquías y la aparición de nuevas formas de saber científicas. Estos fenómenos se producen a la par de la división del cristianismo europeo occidental.

Martin Lutero fue el iniciador de esta división. Había formulado 95 tesis contra prácticas y creencias de la Iglesia y pedía una discusión al respecto. Rápidamente se formaron prácticas y creencias de la Iglesia y pedía una discusión al respecto. Rápidamente se formaron frentes a favor y en contra de Lutero.

Si bien esta historia es conocida como el nacimiento de los que protestaban, los protestantes, se trata más bien de un movimiento que tuvo muchas expresiones diferentes en Calvino, en Zwinglio, en Inglaterra con el anglicanismo y del presbiterianismo en Escocia, y en Jan Huss en Praga, entre otros.

Las demandas de los protestantes se centraban en el reclamo de nuevas formas de autoridad religiosa, ya que en esa época, el perdón de la iglesia se compraba.

Para Lutero lo importante no es la absolución; lo importante es no pecar. El propósito de los protestantes era gobernar las almas: para ello, establecieron prácticas tales como la lectura colectiva de la biblia y la escritura de diarios íntimos que fomentaran la reflexión diaria sobre la conducta. Esta forma remplaza la autoridad de la iglesia por la conciencia interior.

La pedagogía se presentó como un espacio significativo para esta nueva tarea de gobernar almas. Lutero planteo en sus predicas doctrinarias que el acceso de todos a la lectura es la mejor forma de conectar al creyente con la divinidad.

Para garantizar estos aprendizajes produjo un gran acontecimiento: tradujo la biblia del latín al alemán. Esto dio a la confesión luterana o protestante un argumento central para intentar desarrollar masivamente una nueva institución: la escuela elemental.

Nótese que se enseñaba a leer y no a escribir; la escritura estaba reservada a las escuelas superiores.

El protestantismo en general, con las distintas corrientes que lo conformaron, dio un gran impulso a la escolarización y en particular a la pedagogía.

Los calvinistas de Ginebra, fueron más lejos e intentaron crear una sociedad de hombres “a imagen y semejanza” de las escrituras cristianas.

Al parecer, los calvinistas tuvieron mucho que ver con la adopción en términos como curriculum, clase y método en la pedagogía. Se adherían a la idea de que el hombre podía gobernar sus paciones, y que había que educarse para tal fin.

En 1534 se fundó una nueva orden dentro de la Iglesia católica que fue denominada Societas Jesu (compañía de Jesús). Sus oponentes, los Jesuitas combatieron la influencia creciente de los protestantes con algunas reminiscencias militares. Se destacaron por su acción educativa, fundando numerosos colegios y universidades que en pocos años cubrieron toda Europa.

Los jesuitas comprendieron que no bastaba con predicar, confesar, catequizar, sino que el verdadero instrumento de dominación de las almas era la educación de la juventud. Resolvieron apoderarse de ella.

En síntesis, para producir una posición católica o protestante de honda convicción, ambas iglesias encontraron un espacio para el desarrollo al cual dedicaron atención,

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