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Reformas Borbónicas


Enviado por   •  8 de Abril de 2013  •  2.648 Palabras (11 Páginas)  •  336 Visitas

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Entre los factores internos tenemos :

- Las Reformas Borbónicas, que son las políticas y reformas administrativas impuestas desde la Metropolí (España) en la Nueva España; entre ellas se encuentran el Sistema de Intendencias, una organización territorial y administrativa, que dio como resultado 12 intendencias (1786).

- Extracción excesiva de recursos: ubicada dentro de las reformas Borbónicas, la mayor parte de recursos destinados a España provenian de la Nueva España, además de implantar un plan de préstamos patrioticos, que resultaron en una crisis económica, aunado al Despotismo Ilustrado (para el pueblo, pero sin el pueblo).

- Consolidación de Vales Reales (1804): siguiendo la misma política, consistió en la enajenación de los bienes y cobro de capitales de capellanías y obras pías del clero, pues lo importante era tener recursos para sustentar los gastos de guerra y militares en España.

- Crisis social: la ya tan conocida rivalidad entre el sector de crillos (hijos de españoles nacidos en América) y los peninsulares, pues los segundos acaparaban una gran parte de los puestos políticos, militares y religiosos, lo que creaba un enojo y frustración en el sector criollo.

- Crisis agrarias o agrícolas, básicamente la carestía del maíz, lo que provocaba el acaparamiento del mismo y por consiguiente un aumento de precio.

Iniciacion

Inicio de la guerra (1810-1811)

La etapa de inicio de la Guerra de Independencia de México corresponde al levantamiento popular encabezado por Miguel Hidalgo y Costilla. Descubiertos por los españoles, los conspiradores de Querétaro no tuvieron otra alternativa que ir a las armas en una fecha anticipada a la que planeada originalmente. Los miembros de la conspiración se hallaban sin una base de apoyo en ese momento, por lo que Hidalgo tuvo que convocar al pueblo de Dolores a sublevarse en contra de las autoridades españolas el 16 de septiembre de 1810. Los insurgentes avanzaron rápidamente hacia las principales ciudades del Bajío y luego hacia la capital de Nueva España, pero en las inmediaciones de la Ciudad de México retrocedieron por orden de Hidalgo. Los siguientes encuentros entre los insurgentes y el ejército español —llamado realista— fueron casi todos ganados por estos últimos. Los desencuentros entre Hidalgo e Ignacio Allende, que estaban a la cabeza de la insurgencia, aumentaron después de las derrotas.

Los sublevados tuvieron que huir hacia el norte, donde esperaban encontrar el apoyo de las provincias de esa región que también se habían lanzado a las armas. Los líderes de la insurgencia fueron capturados en Acatita de Baján (Coahuila). Una vez arrestados fueron conducidos a Chihuahua. En esta ciudad fueron fusilados Hidalgo, Jiménez, Allende y Aldama, cuyas cabezas fueron enviadas a Guanajuato para que fueran expuestas en las esquinas de la alhóndiga de Granaditas.

La conspiración de Querétaro y el Grito de Dolores

Ignacio Allende y Mariano Abasolo estuvieron entre los simpatizantes de los conjurados de Valladolid. Cuando ésta fue descubierta, organizaron una nueva conspiración que tuvo su sede definitiva en Querétaro. Las reuniones se realizaban de manera clandestina en casa del corregidor, Miguel Domínguez. Allende estaba al frente de los conjurados, entre quienes se econtraban el propio corregidor, Miguel Hidalgo y Costilla, Juan Aldama y Josefa Ortiz75 El grupo de conjurados buscaría en primera instancia la destitución de los españoles en puestos de gobierno, apoyados por un levantamiento que iniciaría el 1 de octubre.76

La conspiración fue denunciada el 9 de septiembre por José Mariano Galván. Otras denuncias llegaron a oídos del comandante Ignacio García Rebolledo, que dispuso el cateo a la casa y la aprehensión de los hermanos González. Josefa Ortiz envió como mensajero Ignacio Pérez para avisar a los conspiradores en San Miguel el Grande, después fue presa en compañía de su marido y otros conspiradores.77

El aviso de la Corregidora llegó a Juan Aldama, y fue él quien lo llevó hasta Dolores el 16 de septiembre. Con ayuda de presos que liberaron de la cárcel, los insurgentes capturaron al delegado Rincón y se dirigieron al atrio de la iglesia. En ese lugar, Hidalgo convocó a los asistentes a levantarse contra el mal gobierno,78 en un acto que es conocido como Grito de Dolores y se considera el inicio de la guerra por la independencia mexicana.79 Al paso de los días algunos de los presos de Querétaro fueron puestos en libertad, aunque otros sufrieron el destierro.80

Campaña militar

Campaña de Hidalgo

Monumento al Pípila, en Guanajuato. Este personaje, de origen popular, habría incendiado la puerta de la alhóndiga de Granaditas, acto que permitió a los insurgentes ganar una de las ciudades más importantes de Nueva España. Algunos autores, identificados como conservadores,81 niegan que El Pípila haya existido.

En la imagen, monumento conmemorativo del Bando de Miguel Hidalgo, en la Plaza de la Liberación de Guadalajara.

A partir de Dolores, el movimiento encabezado por Hidalgo se movió por varios puntos del Bajío, una de las más prósperas regiones de Nueva España. El número de tropas es desconocido. En Atotonilco tomaron el estandarte de la Virgen de Guadalupe, que es considerado emblema del movimiento.82

En las poblaciones del oriente de Guanajuato se unieron al contingente mineros y peones de haciendas aledañas, mal armados y entrenados. Cuando llegaron a Celaya el 21 de septiembre de 1810, los insurgentes podrían haber sumado veinte mil hombres. Celaya fue saqueada por los insurgentes, aunque Aldama y otros soldados de carrera intentaron inútilmente contener a la masa. Tras este episodio, Hidalgo fue proclamado "Capitán General de América" por encima de Allende, que tuvo el rango de teniente general.83 Después de apoderarse de Salamanca, Irapuato y Silao; el ejército insurgente llegó a Guanajuato el 28 de septiembre.84 A pesar de las simpatías que despertó inicialmente, el movimiento de Hidalgo fue mal visto por las clases medias y altas, pues los líderes eran incapaces de contener a su tropa. Por el mismo motivo comenzaron a hacerse más visibles las diferencias entre Allende e Hidalgo.85

El apoyo a los insurgentes en Guanajuato era evidente. El intendente Riaño se parapetó con su tropa en la alhóndiga de Granaditas —uno de los edificios más fuertes de la ciudad— y envió cartas solicitando apoyo militar al virrey Venegas, a la Real Audiencia de Guadalajara y a Félix María Calleja, jefe de las tropas realistas de San Luis.

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