Monotonia

MONOTONIA COTIDIANA

Los profesores, como los padres, raras veces se detienen a considerar la importancia de miles de episodios insignificantes que, unidos, constituyen la rutina de la clase.

Lo más probables que respondamos que no ha sucedido nada. Si no ha ocurrido algo interesante, no merece la pena contar nuestras experiencias.

La rutina cotidiana, la monotonía y el molesto “lo de siempre” pueden colorearse de vez en cuando con acontecimientos que iluminan una vida que de otro modo seria oscura.

Esta es la lección que tenemos que aprender si queremos comprender la vida en las clases de la escuela primaria.

Hay que tener en cuenta la frecuencia con que ocurren y la obligatoriedad de la asistencia diaria.

Por otro lado fuer de dormir y quizá jugar, no hay otra actividad que ocupe tanto tiempo del niño como la asistencia a la escuela. Si quitamos el dormitorio en ninguna otra habitación pasa tanto tiempo el niño como en la clase. A partir de los 6 años su cara es más familiar para el profesor que para sus padres y, quizá, incluso para su madre.

Nos sirve de base para considerar una semejanza fundamental entre las dos instituciones: la escuela y la iglesia. Una iglesia es una iglesia y una clase es una clase. Esto no quiere decir, por supuesto, que todas las clses sean idénticas, como tampoco lo son las iglesias.

Un último aspecto de la uniformidad que experimentan los alumnos en la escuela primaria nos la da el carácter ritualista y cíclico de las actividades que se realizan en la clase.

Las formas de actividad en clase no son numerosas. Bastan las etiquetas: ”trabajo individual”, “trabajo en grupo”, “explicación del profesor” y “periodo de preguntas y respuestas”. A esta lista podemos añadirse “proyecto de filminas” “sesión de examen” y “juegos” pero en la mayoría de las clases primarias no se realizan con frecuencia.

Cada una de estas actividades se realiza con normas muy claras que los alumnos deben comprender y obedecer, por ejemplo, no hablar en voz alta mientras se hacen los ejercicios, no interrumpir al que esta hablando, no mirar lo que otros escirben durante el examen, levantar la mano para hacer una pregunta.

El hecho es que los jóvenes tienen que estar en la escuela, quiéranlo o no. En este aspecto los alumnos tienen algo en común con los miembros de otras instituciones sociales que implica una asistencia involuntaria: las prisiones y los hospitales psiquiátricos.

Los rasgos de la vida escolar que vamos a examinar ahora no aparecen generalmente en las conversaciones de los alumnos, ni se revelan a la mirada de un observador ocasional.

Comprenden tres hechos con los que asta el más pequeño escolar tiene que aprender a enfrentarse y que pueden describirse con tres palabras clase: grupo, evaluaciones y poder (autoridad).

La adaptación a la vida escolar le exige al alumno acostumbrarse a vivir sujeto constantemente a la evaluación de otras personas. En la escuela se establece claramente una división entre débiles y fuertes. Los profesores son más fuertes que los alumnos en el sentido de que tienen mas responsabilidad en la configuración de los acontecimientos en la clase y esta diferencia de autoridad es otro condicionante de la ida escolar ante la cual tiene que reaccionar los alumnos.

El profesor desempeña, además, otra función que ocupa parte de su tiempo. La función de sargento de intendencia. El espacio de la clase y el material escolar son limitados y el profesor tiene que ordenar inteligentemente estos recursos.

El profesor es el que se ocupa de que todo comience y termine a su debido tiempo, más o menos.

El problema de si el profesor debería, o no, ser una mezcla de guardia de tráfico, juez, sargento de infantería y cronometro tiene poco interés para lo que estamos tratando pero el hecho de que se haya que realizar estas funciones, aunque la responsabilidad de su realización recaiga sobre los alumnos, esta muy lejos de carecer de su significado.

Incluso cuando están sentados en sus pupitres los alumnos tienen la impresión de estar en fila. Por ejemplo, muchas veces los profesores suelen

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