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Película G.I. JANE Y Su Relación Con Los Capítulos Del Libro.


Enviado por   •  12 de Junio de 2013  •  3.547 Palabras (15 Páginas)  •  3.425 Visitas

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La historia de la película parte del hecho singular de que una experta en telecomunicaciones del ejército norteamericano, la teniente Jordan O’Neil la cual demuestra su capacidad al tomar una buena decisión sobre una misión en la que pueden perder contacto con los infantes de marina si no se comunican en un tiempo determinado lo cual podría tener resultados devastadores, teniendo por contrario a su decisión a un hombre experto de la misma materia (capitulo 7 Inteligencia y capacidades mentales: desde un principio O’Neil demuestra que tiene la inteligencia y pericia para llevar a cabo cualquier actividad dentro de la naval que se requiera al igual o mejor que un hombre)

La teniente Jordan O’Neil, recibe la propuesta inesperada de ingresar en un grupo militar especializado llamado Seals,(capitulo 6 Toma de decisiones: para O’Neil fue algo que ella no esperaba y tuvo que tomar una decisión muy precipitada ya que según contaba con el apoyo de la senadora que la había elegido de entre varias mujeres capaces para llevar a cabo dicho programa de entrenamiento, pero por otra parte estaba la opinión de su pareja el cual no estaba de acuerdo que ingresara a ese programa pero los ideales de O’Neil fueron mas fuertes que los sentimientos hacia su pareja)

Se caracterizo por tener que pasar por un entrenamiento extraordinariamente rudo, el cual al principio cuando se encuentran todos formados y reciben las indicaciones del programa de entrenamiento Seal; el oficial en jefe hace reseña de una frase del escritor D.H. Lawrence, la cual remarca de un libro que al final de la película le obsequia a la teniente O’Neil que dice:”nunca he visto un animal salvaje sentir autocompasión. Un ave caera muerta congelada de una rama, sin jamás haber sentido autocompasión ”. lo que quería darles a entender a los reclutas es que por mas duro y pesado que fuera el entrenamiento no deberían sentir pena ni compadecerse de ellos mismos aun estando hasta el limite de sus capacidades físicas, resistencia al dolor y del sufrimiento.

Ésto recuerda los rituales de iniciación que algunos científicos han estudiado en diversos grupos humanos, y que parece consistir en interminables pruebas de resistencia física y psicológica, destinadas al aprendizaje de destrezas militares para soportar imaginarias torturas extraordinariamente crueles y persistentes y las peores condiciones de guerra.(capitulo 8 Factores biológicos hambre y sueño, son parte del castigo psicológico y fisioco que los llevan hasta sus limites y ver si son capaces de soportarlos) Se nos hace saber que de este entrenamiento deserta, antes de terminarlo, 60% de quienes lo inician que son, hasta antes del ofrecimiento a la teniente O’Neil, en su totalidad varones, la guerra y el mundo militar son espacios en los que se han depurado ideales particulares de masculinidad, y en los que la fabricación de cierto tipo de cuerpo es fundamental, ya que una de las dimensiones que más distingue la vida militar de la vida civil cotidiana, es la dimensión física. La identificación de la masculinidad con dicha dimensión es, por lo tanto, una fuerte razón para que la vida militar continúe tomándose como un espacio privilegiado para forjar y hacer la masculinidad, a pesar de que en muchos países la inclusión de mujeres en el ejército ha ido ampliándose:

Se presenta una confusa mezcla de razones políticas, intereses militares, azares y un buen historial militar de la teniente O’Neil, además de su presencia considerada suficientemente “femenina”, como explicación de la insólita propuesta que se refiere más arriba. Todavía más lo resulta cuando nos enteramos de que, antes de recibir la invitación a tan especial entrenamiento, O’Neil había estado interesada en participar en la Guerra del Golfo y se le negó la posibilidad, con el argumento de que no podía compartir con sus compañeros el único baño a bordo de un submarino,. el cual por supuesto era de uso exclusivo para varones.

Una vez que acepta la propuesta, a ella le queda muy claro lo que tiene que hacer; borrar todo aquello que en su consideración la pone en evidencia como mujer: corta su larga cabellera y se somete a una disciplina física tal, que puede verse cómo su cuerpo va desarrollando una impresionante musculatura y una fuerza inesperada. Sin embargo, para su desesperación, esto no es suficiente: quienes la rodean siguen viendo en ella a alguien diferente, que los mueve a tratarla de una manera distinta y esto no es lo que ella quiere. Además comienza a adquirir nuevos conocimientos en tácticas de guerra y gran adiestramiento en armamento en las cuales demuestra gran capacidad y habilidad de llevar a cabo (capitulo 4 Aprendizaje cognositivo: depende de procesos mentales, y sobre todo de su inteligencia y pericia que demostró O’Neil durante su entrenamiento)

La teniente O’Neil se dispone a cumplir con el entrenamiento, intentando hacer caso omiso de la diferencia de sexos, y de la discriminación de su género dentro de tan peculiar programa.(capitulo 1 Genero: diversidad – universalidad, hace mención que la diferencia de genero puede afectar prácticamente los aspectos de la conducta humana es decir, los resultados sobre tal programa o incluso sobre cualquier mision). Da la impresión de que está dispuesta a probar que ser un buen integrante de ese equipo de máquinas de guerra no tiene que ver con si se es hombre o mujer, justamente lo intenta demostrar en cada una de las pruebas llegando hasta el limite de sus capacidades (capitulo 4 Condicionamiento operante: es una conducta necesaria para obtener algo deseado y evitar algo desagradable, es decir, todos los miembros tenían que completar las pruebas a tiempo o según lo que se les pedia hacer para poder superar cada prueba y asi poder pasar a la siguiente y desde luego evitando algún castigo los cuales eran demasiado rigurosos que por lo general los hacían desertar) Después de todo, las máquinas no tienen sexo ni lo necesitan para nada. Parecería que O’Neil quisiera incorporar el ideal de género que el mundo militar requiere, y se somete a un proceso que podría llamarse de masculinización. Finalmente, el entrenamiento militar que incluye la disciplina, el control y, también, la mortificación del cuerpo, es lo que hace que el cuerpo individual y el autoconcepto de cada soldado sea identificado con esa forma colectiva de cuerpo de hombre.

Desde el principio, la teniente O’Neil se niega a aceptar cualquier privilegio o diferencia que pueda facilitar el entrenamiento o disminuir las exigencias militares por razones de sexo, cuestión que hace enojar a sus superiores. Evidentemente, si ella logra terminar el entrenamiento, esto dejará mal parados a “los muchachos”, que se supone que, al ser parte de

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