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CASO: GREEN GLASS


Enviado por   •  23 de Agosto de 2021  •  Tareas  •  2.687 Palabras (11 Páginas)  •  221 Visitas

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CASO: GREEN GLASS

La historia de Oscar Muñoz, un joven chileno y estudiante de 18 años, que cursaba el año 2009, su primer año en la carrera de Ingeniería Comercial, cuando en la asignatura de emprendimiento de negocios tenía que presentar una idea de negocios para crear una empresa, después de varios días pensando, investigando en internet estaba un tanto confundido de cómo identificar una idea de negocios y que fuese además innovadora, un problema que lo tenía bastante apesadumbrado, sin embargo un día conversando con un amigo, le pide a Oscar si podía cortarle una botella de vidrio por la mitad. Oscar le pregunta y para qué quieres hacer eso? y el amigo le responde es que quiero hacer un vaso para hacer un regalo. Óscar accedió, su amigo le llevó una botella y después de varios días le entrego el vaso a su amigo, y el resultado fue interesante. “Quedaron buenísimos, podrías venderlos”, le dijo su amigo. Según, Oscar no había quedado tan bien el trabajo, sin embargo, a su amigo le gustó mucho y mientras tanto otro amigo se les acerca y le comenta, que buena podríamos vender esos vasos.

Oscar se da cuenta y mentalmente dice “Está es una muy buena idea para identificar una idea de negocios para mi asignatura de emprendimiento, así que se la propone a sus compañeros de grupo, pero a ninguno les llamó la atención la idea y que no pasaría el filtro con el profesor, ya que nadie las compraría y efectivamente ocurrió eso, ya que el profesor no aprobó la idea y que si no presentaba una idea innovadora reprobaría. Al final del semestre me llamó un amigo preguntando por qué no iba a clases (porque había reprobado en tiempo récord) y me dijo que me uniera a su grupo. El convenció al profesor para que me diera otra oportunidad. Y partimos con el nuevo grupo haciendo alfajores, por lo que le mostré los vasos a mi amigo llamado "Chemsi". Cambiamos de rubro de inmediato y así empezó todo, nos íbamos a meter a los restaurantes a sacar las botellas que botaban, sacábamos las más bonitas, era como encontrar pequeños tesoros botados en la basura. Cada vaso lo podíamos vender en $2.000 - $3.000 pesos. ¡Y estaban ahí en la basura! Estuvimos todo un verano trabajando. Pasamos el ramo con la mejor nota. El profesor compró vasos. Mi grupo antiguo también. Y me fui de esa universidad.

Este emprendimiento estaba convencido que esta idea era innovadora y que tenía mucho potencial de crecimiento de convertirse en un Startups, así que decidió comenzar la producción y comercialización de vasos con botellas de vidrio recicladas, así nace la empresa,  la cual está centrada en rescatar botellas que terminan en la basura, para convertirlas en novedosos e innovadores diseños de productos eco-sustentables, para un segmento de clientes muy amplio, asimismo esta empresa contribuye en sus planteamientos del negocio, para reciclar “basura” y como responsabilidad social de estar comprometida con el medio ambiente y asimismo ha facilitado la integración laboral de personas “recolectores”, a través de la recolección y reciclaje de botellas, convirtiéndose en un claro ejemplo, de que a partir de una problemática existente,  se identifican las oportunidades de negocios innovadoras para crear nuevos productos.

Oscar Muñoz, fundador de la empresa se convirtió en uno de los emprendedores chilenos de menor edad y actualmente lo que parecía una mala idea, actualmente está escalando hacia la internacionalización de sus productos y su emprendimiento, que partió sin mayores recursos, hoy genera millones de pesos mensuales, pero además contribuye con el medio ambiente, y en los últimos meses, con aportes solidarios a una fundación que realiza risoterapias para niños con cáncer.

Una visión clara  

Cuando Óscar apostó por este negocio, lo hizo para “vivir de algo”. Desde ese momento se propuso no pedir plata nunca más a nadie y transformarse en una persona independiente: “Teníamos algunos problemas económicos en ese momento en mi casa y yo no quería ser carga, quería ser ayuda. Entonces dije, si no vendo un vaso hoy, mañana no voy a poder comer”. Con esa visión, trabajó a diario para sacar adelante su proyecto, considerando que además sería un aporte para la sociedad.

Desde sus inicios, la empresa ha apuntado a valorar el vidrio. El objetivo principal, es dar a entender que éste no es basura y que el trabajo de los cartoneros y recicladores vale oro. La idea de Óscar era causar un impacto positivo antes y después de la venta de sus vasos. Y así es. Todo lo que sobra, aproximadamente 2 toneladas de vidrio al mes, se recicla y se hace botella nuevamente. “Nuestro impacto ambiental es mínimo, promovemos el reciclaje, por lo que hay que entender el reciclaje de manera integral y a mí me hace muy feliz poder hacerlo en nuestro país”, explica. 

El 2008 con la crisis financiera, la empresa de artesanía en vidrio de mi familia empezó a decrecer, al igual que nuestra situación económica; De acomodada, pasó a verse muy incómoda. Vendimos la mitad de la casa y de tener 40 empleados y hasta 7 tiendas, las cerraron todas y el equipo se redujo a 4. No podíamos sostener la estructura que existía, corríamos con muchas deudas que hasta hoy pagamos. Pero por suerte fue lo mejor que me pudo haber pasado.

Un negocio lento pero muy seguro: Han pasado un poco más de 9 años desde los inicios. Entre medio, Óscar volvió a estudiar Ingeniería Comercial, pero en la Universidad de Chile. Actualmente los vasos se venden como pan caliente a través de Internet, están en los mejores hoteles y restaurantes de Santiago y acaban de abrir una tienda en el Drugstore de Providencia. El proceso ha sido largo. Óscar empezó vendiendo en ferias universitarias y en la salida del metro, luego hizo un grupo en Facebook y después el sitio web. Allí, el primer año, vendía entre $50 mil y $80 mil mensuales. “Los siguientes cuatro años, fueron de vender $500 mil al mes y entre 1 a 2 millones el quinto año, cuando estaba saliendo de la universidad”, asegura.

¡Hoy día se trata de demostrar que el vidrio no es basura, valorar y reconocer el trabajo de los recicladores, promover el reciclaje y no parar hasta que cada vaso del mundo sea de botella! Es una manera distinta de hacer las cosas y de plantearte tu trabajo. Es una forma de llenar de propósito lo que haces y una forma de involucrar a más personas.

La empresa tiene un valor agregado mucho más profundo que cualquier otro vaso. Te habla de conciencia, genera trabajo, visibilidad a los recicladores de base, botellas rescatadas de terminar en la basura. Y con mucha franqueza, irreverencia y humildad, busca que las personas se den cuenta de eso. Queremos que entiendan todo el trabajo que hay detrás. El argumento y la intención. Queremos cambiar la actitud que existe en torno a la basura. Quiero demostrar desde mi propio ejemplo y el de mi empresa como me gustaría que fueran las cosas. Partimos con palos y piedras, pero fuimos mejorando, las máquinas con las que trabajamos las inventamos nosotros, echando a perder. Yo no soy ingeniero ni nada, pero hay que inventar las herramientas, y algo clave es encontrar a la gente que sabe hacer las cosas para que te ayuden.

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