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DIRECCIÓN IDEAL DE LA ORGANIZACIÓN: PROPÓSITOS DE UNA MEZCLA DE METÁFORAS


Enviado por   •  1 de Agosto de 2013  •  2.616 Palabras (11 Páginas)  •  331 Visitas

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DIRECCIÓN IDEAL DE LA ORGANIZACIÓN: PROPÓSITOS DE UNA MEZCLA DE METÁFORAS

Planteamientos y estrategias de modelos integrales aplicados a la administración de empresas.

Directivos y profesionales eficientes de todos los campos de la vida, ya sean ejecutivos en los negocios, la administración, consultores, políticos o sindicalistas, han llegado a ser hábiles en el arte de comprender las situaciones que están intentando organizar o gestionar.

Esta habilidad se desarrolla generalmente como un proceso intuitivo, aprendido a través de la experiencia y de la habilidad natural.

Aunque en ocasiones alguien pueda declarar que necesita “comprender lo que está pasando en X”, el proceso de comprensión sucede en un nivel de subconciencia. Por esta razón se cree a menudo que los directivos y solucionadores de problemas han nacido más que se han hecho y que tienen una especie de poder mágico para comprender y dominar las situaciones en que se encuentren.

Tomado de:

MORGAN, Gareth.

Imágenes de la organización

Capítulo 1. Introducción

Alfaomega. México 1998

Es un estilo de dirección propio de cada administrador, lo que se observa en las organizaciones; pues la forma como se adaptan los principios administrativos y la estrategia básica de orientar las empresas hacia el cumplimiento de los objetivos que se trace la misma, son las cualidades básicas que crean diferencia. Sin descartar la nacencia del administrador misma, la escuela o la formación sobre la que muchos profesionales o personas que lideran y ejercen la actividad administrativa en las distintas organizaciones es la cuna y el eje fundamental para determinar el futuro de las mismas, pues dependiendo de la forma como se administre, así serán los resultados que se obtendrán.

Es una especie de relación causa efecto; donde los integrantes de un equipo al cual se le denomina empresa, deben implementar estrategias propias y adaptables a cada entidad de tal forma que las personas y los procesos que la integran se puedan conjugar en propósito de un ideal común que se direcciona en lograr los beneficios que persiga tanto la organización como sus integrantes. Este es el estado ideal, pero en alcanzarlo consiste el esfuerzo, el trabajo y la dedicación por el que sus representantes deben velar. De conseguirlo no significa la garantía del éxito pero sí facilitar los medios para lograrlo.

De allí viene la argumentación sobre como dos o más empresas formadas en un mismo medio bajo unas mismas condiciones, una progresa y la otra o las otras no; o mejor aún ¿por qué lo que a una empresa le sirve a las otra no?. Será que está condicionado a la facilidad de adaptación a los cambios, o por qué no decirlo a la forma como éstos son introducidos en el esquema administrativo de las organizaciones?. Lo cierto es que razones hay de sobra para encontrar respuestas a esta pregunta, pues la universalidad de las causas que generan los inconvenientes de tipo administrativo, financiero, comercial, etc., en las organizaciones para ganar competitividad en el medio en que se desempeñan son propias de cada organización; pero lo que no podemos descartar es que mucho tiene que ver la manera como son direccionadas e implementadas por sus directivos. El efecto que genera en las personas, el desarrollo sobre nuevas tendencias administrativas es un factor de riesgo que implica el saber orientar de la manera más inteligente y apropiada mecanismos o estrategias de desarrollo organizacional, ya que son las personas que hacen parte de la entidad como tal las que en cierta medida pueden regular el nivel de cumplimiento y de satisfacción en el logro de dichos propósitos. No podemos descartar que la posición apropiada sobre la que recae la aplicación de estrategias organizacionales es sobre la tesis de que son procesos de los que se valen las personas para la consecución de metas y no metas que se deben conseguir en las organizaciones atropellando y sacrificando a las personas. He allí el punto de acción para lograr los resultados esperados.

Bajo estas premisas es importante hacer un poco de historia y recordar que la ola de cambios a nivel organizacional se empieza a gestar a mediados del siglo XX cuando se observa que el discurso que hasta ese entonces se había dado no ha sido efectivo para las organizaciones, debido a los cambios que demanda el mismo medio en el que se desarrollan. La estrategia radica fundamentalmente en integrar el cuerpo material con el cuerpo social y de este modo lograr la consecución de los objetivos organizacionales trazados.

“Vamos a hacer una presentación que nos permitirá analizar las diferentes formas como podemos observar la organización; pues qué mejor manera que la metáfora para poder interpretar los símiles que pueden gestarse en las diferentes entidades empresariales que se desarrollan en nuestro medio”.

Máquina, organismo, cerebro y cultura; ¿qué tomar de cada cual? y ¿qué rechazar?; esa es la tarea y de allí se segrega una serie de análisis que sirven de base para que el administrador o los encargados de implementar los diferentes planes organizacionales logren la consecución de sus metas y propósitos proyectados. La metáfora de la organización como máquina tiene sus antecedentes en la revolución industrial, pues a la hora de comparar a la organización como una máquina qué mejor escenario que la industria.

Muchas veces hemos escuchado expresar por las personas que laboran en las diferentes empresas u organizaciones términos como: estoy desgastado, necesito un remplazo, ya no funciono como antes, etc. Si bien podemos analizar el trasfondo de estas expresiones podemos asociarlas con las mismas expresiones que puede utilizar un mecánico al exponerle la situación sobre las piezas de un carro a su propietario. Precisamente este es el aspecto más importante de todo; sus inicios, porque son las personas quienes empiezan por generar en sí mismas esta calificación. El simple hecho de considerarse como un elemento ya se está categorizando al funcionario como material; un recurso más que se hace necesario para poder cumplir con los propósitos organizacionales y olvidándose de lo trascendental que resulta

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