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Autismo INFANTIL, REVISION

Belhu23 de Diciembre de 2012

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Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 116: 169-180/2007 (II). (ISSN: 0482-5276)

INTRODUCCIÓN

El panorama de la investigación en el

tema del autismo infantil es confuso y amplio lo

cual evidencia la complejidad del trastorno. La

causa, el pronóstico y el tratamiento son todavía

tema de estudio en las comunidades científicas.

En este trabajo, se pretende dar cuenta del estado

de la investigación en el autismo infantil, en

cuanto a las dificultades en su definición y diagnóstico;

se realiza además una exploración de las

diversas técnicas e instrumentos utilizados en su

tratamiento, así como las metodologías y procedimientos

más empleados en la investigación; y,

AUTISMO INFANTIL: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

Maricruz Coto Choto*

RESUMEN

Este artículo constituye una revisión bibliográfica de investigaciones realizadas sobre

el autismo infantil. Desde una perspectiva psicológica, se describe el estado de la

cuestión en el tema respecto a: dificultades en la conceptualización y las consecuencias

en el diagnóstico; metodologías y procedimientos a los que se ha recurrido en la

investigación y los temas que han sido ejes centrales de esta.

PALABRAS CLAVE: AUTISMO * NIÑEZ * DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL * INVESTIGACIÓN

ABSTRACT

This article constitutes a bibliographical revision of investigations done about child

autism. It describes from a psychological perspective, the state of the investigations,

with regards to difficulties in the conceptualization and the consequences in

the diagnose, methodologies and procedures that have been recurred to in the

investigation and topics that have been turning points for the investigation.

KEY WORDS: AUTISM * CHILDREN * DIFFERENTIAL DIAGNOSIS * INVESTIGATION

Rev. Ciencias Sociales 116: 169-180 / 2007 (II)

ISSN: 0482-5276

* Psicóloga graduada en la Universidad de Costa Rica.

maricruzcoto@hotmail.com

170 Maricruz Coto Chotto

Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 116: 169-180/2007 (II). (ISSN: 0482-5276)

en cada uno de los ejes anteriores, se evidencian

las temáticas abordadas con mayor frecuencia.

Actualmente se identifica al síndrome

autista de varias maneras: síndrome de Kanner,

autismo infantil precoz, autismo anormal primario,

autismo encapsulado secundario, esquizofrenia

de tipo autista, desarrollo atípico de la

niñez con rasgos autistas y retraso mental asociado

con autismo. Debido al desconocimiento

de su origen, el autismo se halla rodeado de una

gran controversia con respecto a su diagnóstico

y a su probable etiología. Como es una condición

rara, los primeros estudios se basaron en

pocos casos, y hasta hace pocos años, se le ha

ido dedicando mayor atención.

ANTECEDENTES

El término autismo, proviene del griego

autos que significa sí mismo, y refiere a la

expresión de “ausente o perdido”. Fue utilizado

por primera vez por Bleuler en 1911 (1985) para

referirse a un trastorno del pensamiento que

aparece en algunos pacientes esquizofrénicos

y que consiste en la continua autorreferencia

que hacen de estos sujetos a cualquier suceso

que ocurre. Sin embargo, este síntoma, tal y

como lo acuñó Bleuler, no es posible aplicarlo al

autismo infantil porque describía a adultos que

tenían regresiones a un nivel psíquico inferior,

por lo que un niño en el inicio de su vida no

vive las regresiones descritas por este autor.

Por este motivo, aunque otros autores tiempo

atrás habían observado conductas autistas en

niños, se considera a Kanner (1957) el pionero

en la literatura existente sobre este trastorno

infantil. Kanner realizó observaciones en niños

que sufrían alteraciones extrañas, las cuales no

estaban descritas en ningún sistema nosológico;

estas conductas eran coincidentes entre sí

y diferentes del resto de los niños con alteraciones

psicopatológicas.

Kanner considera el autismo como un

síndrome comportamental que se manifiesta

por una alteración del lenguaje, de las relaciones

sociales y los procesos cognitivos en

las primeras etapas de la vida. Para este autor

la sintomatología radica en la alteración del

contacto socioafectivo, lo que supuso que en

las dos décadas posteriores la mayor parte de

las investigaciones identificaran al autismo con

trastornos emocionales, enfoque que ha desarrollado

profusamente la escuela psicoanalítica.

A partir de los años sesenta comienzan a diversificarse

las líneas de investigación, conduciendo

a una visión más compleja del autismo.

La investigación de Kanner es fundamental,

ya que hasta su descripción el síndrome

adquiere el nombramiento como categoría diagnóstica

en 1943. Desde entonces el concepto ha

sufrido innumerables modificaciones según el

abordaje que se le otorga y todavía en la actualidad

este punto resulta controversial.

LA PROBLEMÁTICA DE DEFINIR

EL AUTISMO Y SUS CONSECUENCIAS

EN EL DIAGNÓSTICO

La definición del “autismo” varía según

el enfoque, por lo cual es fácil encontrar diferencias

en cuanto a las características otorgadas

al trastorno, según sea el área de interés;

por ejemplo desde un abordaje educativo existe

la idea que establece que estos cuadros son

acompañados siempre de algún grado de retraso

mental, lo cual ha condicionado un abordaje

terapéutico que privilegia los programas educacionales.

Una definición de tipo comportamental

como la de Creak (1960) o la de Rutter

y Schopler (1984) ofrece criterios útiles para

planificar un programa individual, ya que las

variaciones en los tipos y grados de anomalías

son enormes. Así, cuando el objetivo de la clasificación

de un niño es encontrar para él un

aula o un programa educacional adecuados,

vemos que algunas conductas “autistas” son

más significativas que otras. En 1964 Creak

(citado por Paluszny, 1987), en un intento por

afinar criterios y evitar errores de diagnóstico,

propuso una “lista de síntomas” que sirviera

de orientación y fijara criterios diagnósticos,

con base en 9 puntos. Pero esta enumeración,

que no era gradativa, sino que todos los items

eran considerados de igual importancia, fracasó

por ser de una excesiva generalidad y de

escasa especificidad. Otros autores han realizado

similares intentos sin mucho éxito (Polan

y Spencer (1959), Lotter (1966), De Myer y

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Churchill (1971), citados por Paluszny, 1987).

Estos esfuerzos fueron comparados y se llegó

a la conclusión de que niños que puntuaban

altas conductas autistas en una escala, recibían

una puntuación baja en otra, por lo que se

superponían áreas de clasificación. Los criterios

de Rutter (1984) con algunas modificaciones,

confirman los de Kanner, (1957) y son los más

utilizados en el diagnóstico.

La posición de Rutter (1984) puede resumirse

de la siguiente forma: atribuye a los trastornos

del lenguaje el carácter de alteración primaria,

partiendo de un daño orgánico cerebral.

Afirma también que otros trastornos de la percepción

son probablemente importantes, subrayando

en cambio, que la psicosis no es primariamente

emocional en su origen, y afirmando

además que los factores psicógenos sólo desempeñan

un papel secundario. Un aporte importante

es que diferencia la psicosis infantil de la

esquizofrenia del adulto, aspecto que representa

una de las principales confusiones en las que

se ha incurrido; la duda básica es respecto a si

este síndrome es la temprana manifestación

de la esquizofrenia. Existen tendencias que

consideran que diferentes psicodinamias permiten

darle ubicaciones diversas (Delgado, 1996).

Klein, (1948) insiste en la diferenciación entre

las psicosis del adulto y las infantiles, ya que la

relación de uno y otro con la realidad es radicalmente

distinta.

Desde la psicología, las principales definiciones

que se toman son las dadas por Rutter

en 1984 (citado por Rodríguez, 1992), quien

refiere un conjunto de características y criterios

a tomar en cuenta a la hora de definir el

autismo, tales como: comienzo antes de los

treinta meses de edad, desarrollo social alterado,

desarrollo lingüístico retrasado y anómalo,

pautas de juego estereotipadas, y resistencia al

cambio. Otros autores como Eisenbert, Kanner

y Schopler (citados por Calderón y Chacón,

2000), Paluszny y Fonseca (citados por Chacón,

y otros, 1994) coinciden con esta definición

básica,

...

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