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Autismo Infantil

renzosal1818 de Noviembre de 2013

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Capítulo I

Aspectos fundamentales del estudio del Autismo

1.1 Definición.-

Los Trastorno Generalizados del Desarrollo (TGD) conforman un sistema basado en procesos neurobiológicos, que dan origen a déficits en múltiples áreas funcionales, llevando al niño a una alteración difusa y generalización en su desarrollo.

La consecuencia es un retraso y una desviación de los patrones evolutivos normales, afectan básicamente la interacción social, la comunicación y la conducta.

Las manifestaciones de los trastornos varían mucho en función del nivel de desarrollo y de la edad cronológica del sujeto. A veces, el trastorno autista es denominado autismo infantil o autismo de Kanner.

1.1.1. Definición de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM IV):

Los criterios de diagnostico del trastorno autista se basan en la identificación de distorsiones del desarrollo en múltiples áreas psicológicas básicas, como la atención y percepción, que intervienen en el desarrollo de las capacidades sociales y del lenguaje.

El diagnostico requiere la presencia de alteraciones cualitativas en la interacción y en la comunicación social.

1.2 Historia.-

La palabra autismo proviene del vocablo griego autos o eaftismo, cuyo significado es “encerrado en uno mismo”. Fue usada, por primera vez, por el psiquiatra Eugen Bleuler, en 1908, quien la designo para describir un conjunto de manifestaciones que se presentaban entre pacientes diagnosticados esquizofrénicos.

Los autistas de Bleuler demostraban un ensimismamiento profundo y un desapego de la realidad, junto con la predominancia, relativa y absoluta, de la vida interior.

1.2.1. El origen de los trastornos de l Espectro Autista:

El concepto de «espectro autista», desarrollado por Lorna Wing (1996), puede ser muy útil al considerar al autismo como un continuo que se presenta en diversos grados en diferentes cuadros del desarrollo, de los cuales sólo una pequeña minoría (no mayor de un 10 por 100) reúne las condiciones típicas que definen al autismo de Kanner.

Aun sin contar con resultados definitivos, parece ser que los lóbulos frontal, prefrontal y temporal, junto con determinadas estructuras del sistema límbico, podrían estar implicados en estos trastornos; según apuntan los resultados de las últimas investigaciones, con el uso de técnicas de neuroimagen, se han puesto de manifiesto alteraciones en el consumo de energía de aquellos lóbulos que parecen regular las funciones ejecutivas y las capacidades mentales responsables de muchas alteraciones características de los autistas.

Según Leslie (1987), el déficit subyacente a la incapacidad de producir atención compartida y simulación es la incapacidad de producir representaciones cognitivas de segundo orden, esto es, representaciones más allá de lo objetivo (percepción: representaciones de primer orden), representaciones de sucesos mentales. La creencia puede asimilarse a la simulación. Los niños autistas, si bien podrían mostrar una edad mental adecuada, no podrían entender que alguien pudiera sostener una creencia errónea del mundo.

Se han desarrollado muchos experimentos que han confirmado la predicción inicial: los niños autistas presentan una alteración específica en la comprensión de los estados mentales. Cuando este componente se desarrolla con normalidad, tienen un amplio alcance en los procesos mentales superiores, en la capacidad de la mente de reflejarse a sí misma, lo que tiene implicaciones en la comunicación, imaginación y la sociabilización de los niños autistas; dicho déficit se explica mediante un único mecanismo cognitivo.

En el conjunto de los estudios recogidos se muestra que las personas con autismo presentan alteraciones en áreas que afectan a todo el desarrollo y que todavía no se puede hablar de una «causa única». El autismo se asocia en tres de cada cuatro casos con retraso mental (Lockyer y Rutter, 1969); además, valoraciones psicométricas de la inteligencia o el nivel de desarrollo de las personas con autismo son estables (Lockyer y Rutter, 1969; Gittelman y Birch, 1967; Mittler, Gillies y Jurices, 1966). Si es conveniente considerar la idea de «espectro autista», que tiene su origen en el estudio realizado por Lorna Wing y Jidith Gould en 1979, que demostró que los rasgos autistas pueden situarse en un conjunto de continuos o dimensiones que no solo se alteran en autismo, sino que también en otros cuadros que afectan el desarrollo.

1.3 Hacia el Concepto de «Espectro Autista».-

Kanner describía a tres áreas característicamente alteradas y comunes en 11 casos, que en la actualidad con algunas puntuaciones, conforman y definen el núcleo central del autismo:

1. Alteración cualitativa de las relaciones sociales. El rasgo fundamental del trastorno autista «la incapacidad de relacionarse normalmente con las personas y las situaciones».

2. Alteración en el área de comunicación y el lenguaje. Kanner detecta un amplio conjunto de alteraciones que afectan a la comunicación y el lenguaje.

3. «Insistencia en la invarianzaa del ambiente.» «el miedo al cambio y a lo incompleto parece ser el factor principal en la explicación» (1943, p. 23).

Actualmente sabemos que las personas con autismo presentan alteraciones en áreas que afectan a todo el desarrollo. Estas alteraciones solo se presentan en poblaciones que cumplen estrictamente con rasgos definidos por Kanner como la profunda falta de contacto afectivo, obsesión con mantener las cosas sin alteraciones, mutismo selectivo y la presencia de una fisionomía inteligente y pensativa con un buen potencial cognitivo.

En 1979, Lorna Wing y Judith Gould realizaron una investigación con una población de 35.000 sujetos menores de 15 años que presentaban alteraciones importantes en las capacidades de relación con el fin de conocer sus características. Encontraron quede ellos solo 4,8 por cada 10.000 eran autistas en sentido estricto y que las alteraciones sociales parecían siempre acompañadas de dificultades en la comunicación y el lenguaje y actividades repetitivas. Es decir, los «rasgos autistas» se encuentran en poblaciones con alteraciones del desarrollo y no sólo en cuadros de autismo de Kanner.

De este estudio se desprenden dos conclusiones importantes: 1) el autismo en sentido estricto es solo un conjunto de síntomas. Puede asociarse a muy diversos trastornos neurobiológico y a niveles intelectuales muy variados y 2) hay muchos retrasos y alteraciones del desarrollo que se acompañan de síntomas autistas sin ser propiamente cuadros de autismo.

Estas conclusiones son de vital importancia, ya que «las alteraciones sintomáticas del espectro autista son las que definen esencialmente las estrategias de tratamiento, más que las etiquetas psiquiátricas, neurobiológicas y psicológicas con que se definen los cuadros». Esto significa que las estrategias que se utilizan para el tratamiento de las personas con trastorno autista de Kanner sirven generalmente por igual a todas aquella personas que presentan «espectro autista».

1.4. Aspectos a señalar sobre el autismo.-

La conceptualización más moderna del autismo considera los TGD (trastornos generalizados del desarrollo) como un continuo con diferentes dimensiones. Permite reconocer a la vez los aspectos que tienen en común y los rasgos que los diferencian a cada uno. El denominador común “autismo” engloba una amplia variabilidad de manifestaciones, con necesidades muy diferentes en cuanto a su tratamiento dependiendo de las características de cada individuo. Puede decirse que no existe un autismo puro, sino un amplio espectro de manifestaciones.

Los trastornos generalizados del desarrollo (TGD) comparten una alteración generalizada en varias áreas del desarrollo. En concreto presentan alteraciones en:

1) La interacción social.

2) La comunicación.

3) La capacidad simbólica.

1.4.1. ¿Cuáles son los rasgos más comunes en las personas con TGD?:

Existen muchos niveles dentro del continuo autista en función del grado de alteración y si se combina o no con otros trastornos asociados. Un alto porcentaje presenta a la vez retraso mental, variando el nivel de retraso de una persona a otra.

Una característica común que comparten los TGD hace referencia a las alteraciones más o menos significativa en las tres siguientes dimensiones, íntimamente relacionadas entre sí, lo que algunos autores han denominado “triada autista”:

Interacción social

Comunicación

Intereses

• Alteración social: muestra dificultad para establecer relaciones sociales. Esto se manifiesta en problemas para interactuar con otros niños dificultad para expresar emociones y para responder a las de los demás y una valoración inadecuada y uso escaso de los signos sociales.

• Alteración en el lenguaje y la comunicación: aparece un retraso en la aparición y desarrollo del habla, teniendo en cuenta que existe una amplia variedad en la adquisición y uso del lenguaje oral.

• Alteración en sus intereses o actividades: suele mostrarse cierta rigidez en las actividades realizadas. Manifiestan una gran ansiedad frente a los cambios, se adhieren a rutinas diarias inflexivas y su interés en juegos y temas es limitado. Muestran, en general un apeo a objetos extraños y un trato inusual a los mismos.

1.5. Autismo

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