EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO Victor Frankl

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO

Victor Frankl

“Y la luz brilla en medio de la oscuridad”, (Frankl, V. 1946, p.72).

El hombre en busca de sentido, escrito por Viktor Frankl es un libro que habla de esperanza y de el sentido de la vida. Este autor vivió uno de los momentos más terribles de la historia, la segunda Guerra mundial. Frankl había empezado a crear su teoría antes de que fuera recluido a los campos de concentración, entre ellos Auschwitz. Estas experiencias fue uno de los puntos culminantes para que pudiera concluir su teoría, ya que esta, está incluida por las experiencias de su vida.

        Viktor Frankl establece la logoterapia como su teoría, a partir de las preguntas que se planteaba desde joven, ¿Para qué vivir, si algún día tenemos que morir?. Esta psicoterapia se define como la psicoterapia dirigida a la búsqueda del sentido de la vida. “La logoterapia se dirige al futuro, es decir, a los valores y el sentido que el paciente quiere proyectar en el futuro.” (Frankl, V. 1946, p.126), esta teoría deja atrás las introspecciones acerca de lo que pasó antes en la vida del paciente, es decir, se centra en lo que tiene en el momento presente y lo que tiene importancia a él, objetos, personas, metas que quiere lograr en algún momento de su vida, lo que le va a dar sentido a su existencia.

        En el libro, Frankl recuerda la frase de Nietzsche “Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo”, y enfatiza el contenido de esta, ejemplificando con sus experiencias en los campos de concentración. Él mismo, dice que si no hubiera pensado en el amor de sus seres queridos, en la posibilidad de volver a verlos algún día, en poder ayudar a personas que no tenía más esperanzas, no hubiera sobrevivido. El sentido de la vida se encuentra en lo que se hace día con día, reaccionando ante cada situación que se va presentando, la búsqueda de lo que nos hace falta.

        La voluntad de sentido es aquella que  impulsa a los seres humanos buscar la razón de su existencia. Aunque el hombre esté regido por normas morales, su razón de actuar reside en alguna meta con la que se ha identificado, una persona o hasta un ser supremo.

        La frustración existencial es la que se presenta cuando no se logra satisfacer la voluntad de sentido, no se llega a conocer completamente aquello por lo que estamos viviendo. La frustración puede llevar al individuo hasta la neurosis noógena (mente), es decir, con el sentido espiritual de la persona. Puede decirse que la persona no está satisfecha con lo que hace, ha hecho o piensa hacer. Frankl nos dice que no todas las personas padecen de una neurosis, en algunas ocasiones solamente se tiene una insatisfacción que puede ser modificada por el propio sujeto, como aquél norteamericano descrito en el libro que no estaba satisfecho con su trabajo, después de hacerle unas preguntas, el individuo decidió renunciar y siguió su vida sin este conflicto.

        Para  tener una salud mental es necesario tener la tensión de una búsqueda de sentido y valores, usualmente pensamos que esta tensión es por la búsqueda de un equilibrio interno, el sentido y los valores nos brindan la esperanza que muchas veces perdemos. Frankl evidencia muchas experiencias de sus compañeros del holocausto, los cuales sobrevivieron teniendo una esperanza de volver a ver a sus familiares, de  terminar metas que habían comenzado en el pasado, unos de ellos fue el ejemplo de él mismo cuando llegó a Auschwitz y le quitaron el manuscrito de su obra acerca de la logoterapia, el cual era el único, pero en vez de dejar que esto lo deprimiera decidió tener presente siempre, el deseo de reelaborarlo y tener la esperanza de que algún día, cuando fuera liberado podría hacerlo.

        Frankl nos describe que la personalidad no es algo que ya esté determinado y estable, si no que es algo que los humanos van creando y la van modificando dependiendo de nuestras experiencias y necesidades a futuro, a medida que el sujeto se va comprometiendo con cumplir el sentido de su vida. La vida es producto de lo que el individuo decida hacer con ella.

        “Cuanto más se olvida uno de sí mismo, más humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades.” (Frankl, V. 1946, p.139). El sentido de vida, según Frankl no está en la autorrealización de uno mismo, si no, la trascendencia, en ser mejor persona no sólo para uno mismo, para los demás y lo demás.

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