Factores que influyen por ser madre, trabajadora y estudiante universitaria
lesmy17Documentos de Investigación5 de Octubre de 2021
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Factores que influyen por ser madre, trabajadora y estudiante universitaria
Ana María Correa Asís
Jennifer González Pérez
Anteproyecto de investigación
Marta Sahagún Navarro
Universidad de la Costa
Facultad de Psicología
Semestre
Barranquilla
2021
Contenido
Título 3
Planteamiento del problema 3
Pregunta de investigación 4
Justificación 4
Objetivos 5
Objetivo general 5
Objetivos específicos 6
Marco Teórico 6
Antecedentes 6
Teoría de las identidades 8
Abordaje sociocultural de la maternidad 9
Modelo metodológico 11
Resultados esperados 12
Administración del proyecto 12
Referencias 14
Título
Factores que influyen por ser madre, trabajadora y estudiante universitaria
Planteamiento del problema
La mujer de hoy día enfrenta diversos roles y escenarios, especialmente cuando aun estando en la Universidad, emprende la tarea de ser madre, esposa, labora y estudia. Por tanto, le corresponde establecer un orden en su rutina diaria, de manera que, no solo le alcance el tiempo para atender cada una de estas tareas, sino que, además, debe estar y sentirse bien.
Como es natural este conjunto de actividades causa un gran esfuerzo diario, que puede conducir al cansancio o estrés, lo cual puede incidir de manera negativa en sus actividades académicas, o bien en su papel de madre debiendo entregar al o los hijos a terceros para su cuidado.
Esta situación, si no se maneja de una forma adecuada puede producir efectos negativos en la mujer, producto de la sobrecarga de actividades, por ende, no le va a permitir lograr una buena relación con sus hijos, su rendimiento académico va a disminuir, teniendo en cuenta que el cansancio se va acumulando, al intentar organizar con tiempo todas sus responsabilidades.
En tal sentido, la problemática que se plantea en esta investigación es, los factores que se genera en las mujeres que trabajan, estudian y son madres a la vez, que son producto de una multitud de tareas, dado que por representaciones sociales y de género, continúa siendo la responsable directa del cuidado de los hijos, debiendo postergar su desarrollo personal, el cual es desplazado por la crianza, para cumplir con los roles sociales contarios a las normas dominantes y tradicionales impuestos por el solo hecho de ser mujer.
La maternidad ha sido entendida como un elemento fundamental en la esencia femenina, lo cual ha provocado que se relacione la palabra mujer con el hecho de ser madre. Sin embargo, desde una posición feminista, esta postura ha sido debatida, ya que se considera inexistente la relación mencionada anteriormente, esta se entiende como una representación cultural (Marrades, 2002, citado en Barrantes & Cubero, 2014. Pág. 2)
Lo que conlleva que, a lo largo de la historia de la humanidad existan diferencias importantes entre hombres y mujeres, en la actualidad implica que la mujer debe desempeñar ciertas funciones en la familia llevándola a que tenga que realizar doble papel como madre y trabajadora. “Esto crea una imagen de manera cultural respecto al papel de la mujer dentro de un hogar lo que genera que se dificulte el desarrollo profesional” (Castellanos Pedraza, Garzón Crúz, & Sotelo Flórez, 2015, pág. 24)
Al atribuirle más roles a la mujer le va a generar un sistema integral de patrones de conducta que van a ser aprendidos y característicos que son impuestos por la misma sociedad, debido a esto, le minimizar la responsabilidad al hombre dejándole mayor carga a la mujer y es aquí donde se marcan las diferencias entre los sexos, ya que se supone, que es un trabajo que deberían de realizar los dos.
Según Rodrigo Parra Sandoval afirma que
La familia es el primer ambiente donde se desenvuelve la mayoría de los jóvenes; apoya el proceso de formación e influye de diversas maneras: condiciona el punto desde donde el joven empieza socialmente su experiencia vital, su clase social y sus posibilidades educativas; apoya económicamente para lograr su proyecciones profesionales y sociales. (pág. 3)
No obstante, en esta investigación, se percibió en los estudiantes, que la familia era considerada como un factor estresante que incidía en su vida académica, y hay que ser identificó que las relaciones de familia son buenas en la medida de que mantengan unos niveles de comunicación, intercambio de información asertiva.
Y es que este es uno de tantos factores que influyen en la mujer, el hecho de ser madre y estudiante al mismo tiempo es considerado como un factor de abandono universitario ya que se reconocen las cargas familiares como una de las principales causas. Según la investigación, “el colectivo de estudiantes con responsabilidades familiares y en estado de gestación, aunque pueda ser una minoría, ya resulta significativo y va en aumento”. Menciona cómo a raíz de la crisis se incrementó la edad de acceso a la educación superior. Según datos del Ministerio de Educación, en los últimos cinco cursos desde 2007-2008 la población universitaria de 18 a 24 años aumenta un 13,7%, mientras que la de más de 30, un 18,4%. “Ya no llegas solo recién salido del instituto, hay gente que accede tras un grado previo o tras un periodo trabajando o en situación de desempleo”, analiza Alonso-Sanz. Citado en (Marqués, 2018)
Por lo que se resalta que, debe haber una estructura, de forma que quien desee ser madre mientras está estudiando pueda serlo con garantías de salud, es decir, sin llevar a cabo un sobreesfuerzo que acabe haciendo que a los dos años estas mujeres estén enfermas, con problemas de estrés o ansiedad, y sin que tengan que abandonar uno de los dos roles, generalmente el de estudiante.
No obstante, los problemas van a variar dependiendo de la edad, por ejemplo, los adolescentes a diferencia de los adultos jóvenes necesitan más tiempo para empoderarse del sentido de la paternidad, pero una vez culmina este proceso, el sentimiento de desarrollo personal entre los dos grupos es el mismo, sin distinción de género. (Herreño., 2014)
Y es aquí la relevancia de mencionar que, el tránsito a la adultez ha tomado un cauce propio, es decir, el cambio económico y demográfico, la apertura de espacios de trabajo y académicos, la reconfiguración del mercado laboral, la permanencia en la escuela, así como la forma de establecer los planes a futuro, entre otros aspectos, han permeado la manera como los sujetos experimentan este proceso de transición, permitiendo romper con la idea de que el carácter histórico genera un solo modelo de hacerse adultos.
Estas diferencias del paso de la juventud a la adultez se acentúan aún más según las características específicas de los sujetos: el sexo, el nivel socioeconómico, el grado educativo, las zonas geográficas, entre otras; por ello, las transiciones que experimentan las mujeres han tenido cambios notorios. Para las mujeres, tradicionalmente, se asume el peso de la familia como parte de sus responsabilidades, y es común la relación del cuidado de los hijos y del matrimonio con la maternidad. (Miller & Arvizu, 2016, pág. 6)
Por lo que se considera que, el desarrollo del rol de madre o padre de manera simultánea con el de estudiante, conlleva ciertas problemáticas para los mismos “viéndose principalmente afectado el desarrollo de las actividades propias de la academia, siendo esto determinado por las limitaciones de tiempo y a su vez por el incremento de la carga académica que esto conlleva” (Herreño., 2014, pág. 16) añadiendo las dificultades generadas por los cambios en la dinámica de los sistemas a los cuales pertenecen, resaltando que el compuesto por el núcleo familiar cercano es el que tiene mayor injerencia en esta instancia.
Profundizando con respecto al ejercicio de la maternidad, existen diversos estudios y debates que dan cuenta de una constante actualización del tema, siendo, en la mayoría de las veces, glorificada a través de los medios de comunicación masiva, lo que refuerza la carga valórica que se le atribuye a ésta, la influencia cultural que tiene el concepto de maternidad, es representada en una serie de estereotipos, “así mismo se le vincula con la protección, afecto, conservación, cuidado, incondicionalidad, sacrificio, al orden biológico, natural. ” (Arvelo, 2004, p.93, citado en Sánchez Valenzuela, 2013, pág. 10). Esta presión ha producido una serie de reajustes, que directa o indirectamente han afectado al sistema familiar y al ejercicio de la maternidad. Dichos cambios en el modelo económico y las prácticas familiares han tenido como resultado un aumento en la producción fuera del hogar. Por lo que se considera que, el fenómeno del embarazo precoz o anticipado persiste como un problema social que ha sido señalado como fuente de desigualdad y de pobreza, ya que se asocia con otros factores como la baja escolaridad y la capacitación laboral.
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