Guía De Trastornos Específicos Del Lenguaje
victoriasalazar6 de Enero de 2013
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TRASTORNOS SECUNDARIOS DEL LENGUAJE
Autoras: Danitka Zoffoli Videla
M. Loreto Fernández Cid
CONCEPTOS BÁSICOS DE LOS TRASTORNOS SECUNDARIOS DEL LENGUAJE.
Otras denominaciones consideran que los trastornos secundarios del lenguaje pueden clasificarse en trastornos graves del lenguaje, ya que son producto de problemas cerebrales, habitualmente haciendo referencia a la Afasia y la Disfasia.
En base a la existencia de diversos trastornos secundarios, se especifican aquellos de mayor peridiocidad en el ámbito educativo.
AFASIA
1. Características Asociadas.
El término afasia fue acuñado en el año 1864 por el médico francés Armand Trousseau, profesor de clínica médica en el Hotel-dieu. Significa falta de comunicación por el lenguaje y proviene de a – falta – y phasia – palabra. Se trata, según la definición de Trousseau, de un estado patológico que consiste en la pérdida completa o incompleta de la facultad de la palabra, con conservación de la inteligencia y de la integridad de los órganos de la fonación.
Este trastorno se identifica por presentar alteraciones del lenguaje como resultado de una lesión cerebral adquirida en una persona con lenguaje previamente competente. La afasia se debe a un daño en las áreas fronto – temporales del hemisferio dominante, generalmente el izquierdo. Estos daños cerebrales pueden estar causados por encefalopatías, accidentes cardiovasculares, traumatismos craneoencefálicos o tumores, alteración del lenguaje expresivo y/o receptivo a causa de una lesión cerebral.
Se considera afasia, con más claridad, cuando se produce a partir de los 3 años de edad, aproximadamente; pudiendo, las personas, en los primeros momentos parecer mudas, o emitir apenas algunas palabras.
Predominan los trastornos expresivos sobre los comprensivos, apareciendo dificultades articulatorias, reducción del vocabulario (Falta de nombres. Anomia),
incorrecciones y simplificación de la sintaxis (Agramatismos), reducción de la expresión verbal espontánea.
La comprensión generalmente se observa menos alterada en cuanto al grado, pero pueden aparecer con frecuencia errores comprensivos.
2. Factores Predisponentes.
En términos generales el factor de mayor contribución al desencadenamiento de la afasia adquirida se vincula con la presencia de alteraciones cerebrales o neurológicas. Estas pueden proyectar orígenes variados como congénito o adquirido.
3. Tipología y Etiologías.
Existen dos formas de clasificar los tipos de Afasia.
La primera se vincula con la presencia de afasia en adultos y atiende a los conceptos de afasia sensorial, (trastornos en la comprensión del lenguaje oral, déficit en el lenguaje espontáneo, y trastornos en la escritura); motora (afasia motora aferente que consistiría en una dificultad de movimientos para la articulación del lenguaje y afasia motora eferente que consistiría en una dificultad para encadenar distintas articulaciones), y mixta (manifestaciones alternadas de las afasias descritas anteriormente). Además se incluyen las modalidades: transcortical motriz, transcortical sensorial, de conducción y amnésica, consideradas adquiridas, ya que se manifiestan a consecuencia de una lesión cerebral.
Afasia sensorial o sensitiva o comprensiva o receptiva, relacionada científicamente como la lesión ubicada en la zona de Wernicke, los cuadros clínicos son diferentes, produciéndose la pérdida de la comprensión del lenguaje hablado y/o escrito. En esta instancia, el enfermo puede hablar, pero no coordina las palabras o los sonidos, oye pero no entiende, ve las letras pero no es capaz de leer y escribir. Con la afasia sensorial las palabras pierden su significación simbólica, sin la existencia de ningún trastorno motor, ni en la voz, como tampoco en la articulación del lenguaje. En esta clase de afasia el paciente puede presentar dificultades en el reconocimiento de objetos inanimados a través del sentido del tacto o el de la vista, perdiendo su significación y con la imposibilidad de denominarlos. Un ejemplo de esta deficiencia es la posibilidad de confundir objetos entre sí, así como sus utilidades –como por ejemplo un peine con un cepillo de dientes-, o no reconocer a una persona por sus facciones y sí hacerlo al escuchar su voz.
Afasia motora o expresiva (de Broca) es la que se manifiesta con mayor frecuencia, habiendo sido, justamente, la primera que fue objeto de estudio. En esta tipología de afasia, al producirse el accidente cerebrovascular originario, el paciente queda sin la facultad del habla, pero no sufre ningún tipo de alteración en
cuanto a su capacidad de inteligencia. Puede caracterizarse por la limitación de todo el lenguaje a una sola palabra o a una vocal, o a la inversión los significados de antónimos como si y no. De esta forma, el enfermo, por más que lo intenta, no puede comunicarse mediante la palabra, haciéndolo generalmente a través de gestos, que no siempre resultan fáciles de descifrar. También, en este caso, se debe tener en cuenta la dificultad en la articulación motora, por lo que pueden existir problemas para articular la lengua al expresarse, o bien presentarse dificultades en la escritura, así como hemiplejías con parálisis facial.
Afasia Mixta: Es otra posibilidad de manifestación de la afasia. Esta tipología suele presentar, en un mismo paciente, tanto los componentes de la afasia motora como la sensorial, con una diversidad de deficiencias propias tanto de una como de la otra. Es la menos frecuente, pero su incidencia es compleja por la aversión que implica para la persona que la proyecta.
Afasia transcortical motriz: En esta se produce una repetición casi normal, comprensión normal, falta de espontaneidad en el lenguaje, a veces mutismo. El daño se localiza en el lóbulo frontal dominante en la periferia del área de Broca (superior o anterior) o en los alrededores del área motriz suplementaria.
Afasia transcortical sensorial: Presenta un flujo de elocución normal comprensión verbal muy alterada (oral y escrita), predominancia de parafasias semánticas, repetición casi normal en ocasiones ecolálica. Se produce una afección parietal inferior izquierda.
Afasia de conducción: Se caracteriza por un flujo de elocución casi normal, comprensión normal del lenguaje (oral y escrito), repetición de los mensajes lingüísticos sonoros, lectura en voz alta muy alterada, predominancia de parafasias fonémicas. Lesión en la parte posterior interna de la cisura de Silvio.
Afasia amnésica: Posee un flujo de elocución normal, pocas o ningunas parafasias, comprensión verbal buena tanto oral como escrita, falta de palabras muy acusadas. Su localización es poco clara, ya que involucra los componentes de la memoria.
Una segunda manera de clasificar la afasia, se vincula a la presencia de la afasia en niños; identificándose: leve, grave o congénita.
Afasia leve: Cuando poseen modelos de lenguaje muy parecidos a los normales, pero pueden tener dificultad para recordar ciertas palabras y por lo general necesitan más tiempo del usual para comunicarse.
Afasia grave: Cuando poseen una variedad mucho más reducida de palabras y formas lingüísticas pudiendo ser incapaces de utilizar el lenguaje para llevar a cabo con éxito un intercambio comunicativo.
Afasia congénita: Se transmite de la madre al hijo, por medio del canal de parto o durante el embarazo. Se produce una pérdida o deterioro del lenguaje.
4. Criterios Evaluativos.
La afasia es generalmente reconocida primero por el médico que trata al individuo por una lesión cerebral. Frecuentemente, este es un neurólogo. El médico realiza de manera característica las pruebas que requieren que el paciente siga instrucciones, responda preguntas, nombre objetos y converse. Si el médico sospecha la presencia de afasia, el paciente será derivado a un fonoaudiólogo, que realizará un examen integral de la capacidad de la persona para entender, hablar, leer y escribir.
Como la aparición de la afasia es, por lo general, brusca y es la consecuencia de un accidente cerebrovascular o de un traumatismo craneano; según su severidad, se le determina una graduación que va de cero a cinco, donde cero corresponde a un estado grave -en donde el afásico no puede hablar ni comprender lo que se le dice- y cinco a un estado en que el paciente tiene mínimos deterioros observables en el habla, pudiendo presentar dificultades subjetivas no evidentes para el interlocutor.
Las manifestaciones observables son características:
1º Perdida total o parcial del lenguaje de modo brusco en niños que ya poseían lenguaje. (Después de una edad aproximada 3 años y 6 meses).
2º Lesión cerebral localizada, diagnosticada o muy presumible.
3º No es debido a Parálisis cerebral, trastornos generales del desarrollo, ni a deficiencia mental.
La manifestación lingüística de la afasia infantil puede asemejarse a otras patologías; cuyas características esenciales pertenezcan a otros tipos de trastornos no específicos del lenguaje: trastorno psicomotriz, trastorno mental (oligofrenias), desorganización biológica, trastornos psíquicos.
Es necesaria la diferenciación con la disartria, ya que en este trastorno no solo se afecta el ámbito lingüístico, sino también el componente motor en grado de realización de la articulación.
Con la finalidad de realizar un diagnóstico certero, es básico analizar la presencia de daño cerebral producido y la gravedad de la afasia, obviamente emitido por el profesional competente, además es necesario tomar en cuenta diversas características de la producción del habla,
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