La descripción densa, hacia una teoría interpretativa de las culturas
Joshi2317 de Abril de 2013
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Clifford Geertz
I
1º) “La descripción densa, hacia una teoría interpretativa de las culturas”.
Hay que partir de la base que según Geertz, la cultura está compuesta de un conjunto de símbolos, por tanto para el estudio de dicha cultura es imprescindible el estudio y la interpretación de dichos símbolos.
Según Geerz el análisis de la cultura ha de ser una tarea interpretativa en busca de significaciones. Para ello hay que desentrañar las estructuras de significación y determinar su campos social y su alcance observando a los que practican dicha cultura y poniendo en práctica luego lo que el llama “descripción densa”.
Según el, toda conducta humana es un conjunto de acciones simbólicas, es por ello por lo que según Geerz el auténtico fin de la antropología debe ser “ampliar el universo del discurso humano”, es decir interpretar el conjunto de signos que componen las diferentes culturas. Para ellos es imprescindible que el etnólogo mediante la observación, el análisis y la descripción densa, llegue a poder diferenciar los signos verdaderos que componen una cultura de los engañosos (ejemplo del guiño del tic y el guiño de complicidad).
La etnografía ha de ser por tanto una tarea “microscópica” que vaya de lo particular a lo general, intentando interpretar individualmente cada uno de los símbolos-piezas que componen una cultura, para luego una vez realizada dicha tarea poder dar un sentido global al puzle de símbolos que conforman la cultura.
Para
Geerz la interpretación conceptual no es menos válida que la interpretación biológica, aunque la primera por su misma naturaleza no pueda ser evaluada con los métodos de la segunda.
Como conclusión Geerz dice que la finalidad de la antropología interpretativa no sería dar explicación a nuestras preguntas sobre una determinada cultura, si no más bien darnos las armas para comprender las respuestas que los protagonistas de dichas culturas tienen para explicar sus propia existencia.
II
2º) “El impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre”.
La pregunta de ¿Es el hombre únicamente lo que su cultura hace de él? Parece inundar todo el capítulo. En cualquier caso Geerz comienza afirmando que los componentes biológicos y culturales que conforman la naturaleza humana están tan amalgamados que no parece posible separarlos. Según el lo que verdaderamente define la naturaleza humana, no es la cultura en si, si no lo especifico de cada cultura “El Javanés no es hombre por poseer cultura, lo es por poseer una cultura javanesa”.
Se descarta desde el principio la concepción estratigráfica de la cultura y se apuesta por otra mucho más sintética, es decir para Geerz la cultura no es la suma de un conjunto de esquemas de conducta, si no más bien la suma de todos aquellos mecanismos de control que gobiernan dicha conducta, para ello parte de la base de que el pensamiento es un acto social y público, no privado e intimo, pues pensar es ya un intercambio de símbolos significantes. Así pues, Geerz como Lacan anteponen la
necesaria existencia de un orden simbólico como requisito imprescindible de cualquier sistema de pensamiento. Como ejemplo serviría el hecho de que para tener memoria se requieren unos elementos mínimos de simbolización, razón esta que explicaría que un niño no disponga de la misma los primeros años de su vida, ya que le faltarían tales elementos de ordenación de la realidad.
Por tanto estos elementos de control de la conducta (la cultura) son los que modelan la humanidad del hombre. Para entenderlo nos pone tres ejemplos básicos:
1º) El desarrollo biológico y cultural están indisolublemente unidos, siendo de algún modo el uno el motor del otro a modo de feedback. Se descarta por tanto el hecho de que la evolución biológica preceda a la cultural, pues según Geerz ambas van de la mano.
2º) El desarrollo biológico de cerebro y el cortex cerebral es totalmente dependiente desarrollo cultural. “No existe naturaleza humana independiente de la cultura” (ejemplo de los hombres de Bali).
3º) El hombre es un animal incompleto, solo se completa a partir de la cultura.
Selala Geerz que al igual que es imposible afirmar que “el hombre aparece”, es imposible también afirmar que la cultura hace los mismo, ya que según el autor, esta se va desarrollando progresivamente tanto cualitativa como cuantitativamente. La cultura (concretamente el uso de herramientas o cultura material) no solo determinó el desarrollo social de cerebro, si no también su desarrollo biológico igual que hizo con otros órganos como por ejemplo las manos.
Para finalizar entra en el espinoso tema de los sentimientos y las emociones para sostener que estos no son otra cosa que el enjambre cultural y biológico que es la mente humana. Para Geerz el hombre sin cultura es tanto física mentalmente inviable, puesto que la cultura determinó el caminó de desarrollo de la mente humana el cual todavía hoy estamos recorriendo, por eso los referentes culturales, como el arte , la religión, la ideología, las relaciones sociales o los sentimientos son factores constitutivos del pensamiento humano y no simples subproductos de este. La cultura es comunicación mediante símbolos, sin cultura (o estructuras simbólicas públicas) no hay pensamiento, sin pensamiento no hay humanidad.
3º) “El desarrollo de la cultura y la evolución de la mente”.
Geerz define la mente como un “sistema organizado de disposiciones que encuentra su manifestación en algunas acciones y en algunas cosas”.
Desmonta las dos concepciones principales que durante los últimos cincuenta años prevalecieron en lo referente a la evolución de a mente humana:
1º) Tesis Froidiana de que los procesos de pensamiento humano pueden ser divididos en anteriores o “Primarios” (sustitución, inversión, condensación) y posteriores o secundarios (razonamiento dirigido, razonamiento lógicamente ordenado etc). Esta tesis según Geerz es susceptible de considerar a los pueblos tribales como “formas primitivas de humanidad” o “fósiles vivos”.
2º) Una segunda tesis surgida como reacción a la primera que afirmaba que no solamente “el
desarrollo moderno de la mente humana es un requisito previo indispensable en la aparición de la cultura, si no que además el crecimiento de la cultura misma no tuvo ninguna acción significativa en la evolución mental.” Esta tesis enlazaría con la “Teoría del Punto Crítico”, según la cual, en algún momento concreto el cerebro humano logró el desarrollo biológico suficiente para ser creador, trasmisor y receptor de cultura.
No obstante Geerz desmonta esta teoría al afirmar que los Neardentales ya eran portadores y trasmisores de cultura, la cual era sin duda inferior a la que pueden transmitir hoy los aborígenes australianos, pero superior a la que también pueden portar hoy algunas especies de simios. Por lo tanto para Geerz, cultura y evolución homínida van de la mano y tienen un desarrollo paralelo, habiendo sido la cultura compañera evolutiva del hombre desde el comienzo de dicho proceso, desechándose por tanto la tesis de que la cultura apareció por un cambio repentino en el cerebro similar al “cambio que sufre el agua de un recipiente al descongelarse”.
Para Geerz la cultura modificó el físico humano en innumerables aspectos ue superan los meramente relacionados con el cerebro, así por ejemplo la cultura material (uso de cuchillas y lascas) modificaron la posición de la espalda (más erecta), el desarrollo de los pulgares o la disminución de a dentadura y además tuvo consecuencias importantísimas en la organización social , en la comunicación o en la regulación moral de los primeros grupos de homínidos.
Según el
autor todos estos cambios ya comenzados antes se aceleraron durante el pleistoceno por el adecuado marco geotérmico y biológico que ofrecía al hombre en su proceso evolutivo, presionándole para adquirir cultura en su intento de adaptarse a las condiciones naturales y de ser por lo tanto una criatura viable. La cultura y la evolución son por lo tanto fenómenos paralelos e interdependientes el uno del otro y “un ser humano sin cultura no sería ni siquiera un mono talentos, sería simplemente un monstruo, una abominación”
Según Geerz, aunque es grados muy diversos los primates en general necesitan de la cultura (relaciones sociales, aprendizaje imitativo, trasmisiones de habilidades o costumbres) para alcanzar su madurez emocional, siendo esto una prueba más de que la cultura no es una creación del hombre si no que va intrínsecamente unida a él desde el principio y que crece y evoluciona conjuntamente a su desarrollo biológico. El sistema nerviosos humano , fue por lo tanto “enteramente formado por fuerzas sociales”.
La configuración de las capacidades neuronales (propósito sostenido, capacidad de concentrar la atención , respuesta diferida, etc), a su vez determinó la cultura, siendo uno modificador del otro y viceversa.
Para el autor el hombre por el hecho de contar con la cultura, tiene mayor capacidad de controlar los estímulos, es precisamente el ser de toda la creación menos sujeto a estos pues la acción cerebral está menos controlada por la corriente aferente y por lo tanto la respuesta es menos predecible, al
tener en dicha respuesta mayor importancia los patrones culturales que
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