RESUMEN DE PSICOPATOLOGIA

RESUMEN PSICOPATOLOGIA

Introducción al narcisismo

La constitución del sujeto para el psicoanálisis, puede devenir de la relación que tengamos con el otro. El sujeto tiene momentos estructurantes, especialmente dos momentos estructurantes, que estructuran y a la vez son estructurados, estos momentos son: el narcisismo y el complejo de Edipo, ambos son fundamentales en la constitución del sujeto.

El narcisismo consiste en tomar una parte del cuerpo como un objeto sexual y lograr con esto una completa satisfacción.

 Este constituye una perversión que acapara toda la vida sexual del sujeto. El hecho de tocarse el cuerpo (perversión) pasa a describirse como un momento del desarrollo normal del ser humano y se deja atrás la consideración de tal hecho como una perversión.

El sujeto se trata a sí mismo como un objeto, la libido entonces puede dirigirse al yo o al objeto. Cuando la libido del yo disminuye la del objeto aumenta y viceversa. Por lo tanto ambas están interconectadas. El núcleo de la libido es el yo. Cuando el sujeto constituye su yo se forma la primera estructura subjetiva. El yo, entonces, es una construcción, una estructura.

En el autoerotismo no está constituida la imagen del cuerpo como una totalidad, hay un cuerpo fragmentado, en el hay una pulsión parcial.

El pasaje al narcisismo, necesita un nuevo acto psíquico que se le agregue al autoerotismo, eso que debe sumarse es la identificación. El yo tiene que ser desarrollado en cambio los instintos autoeróticos, son primordiales.

Freud utiliza 4 ejemplos para explicar el pasaje de la libido del yo a la del objeto: la parafenia, las enfermedades orgánicas, la hipocondría y el amor.

La libido siempre es del yo, esta rodea al objeto, deposita algo de energía en un objeto por un tiempo y de esta manera se produce una relación de objeto. Esta libido depositada (investidura del objeto) en el objeto permite el equilibrio entre la libido del yo y del objeto.

Cuando el objeto se pierde por alguna razón, la libido que vuelve puede adquirir dos vías: una del lado de la parafenia y otra de la neurosis.

En el caso de la neurosis, el sujeto continúa teniendo relación con el objeto en su fantasía, es decir que no han roto su relación erótica con las personas y cosas, sino que la conservan en su fantasía, han sustituido los objetos reales por otros imaginarios. De esta manera es posible la creación de un mundo interior. La libido queda ligada al objeto pero de otra manera, en la fantasía.

El parafrenico se conduce de manera muy diferente. Retira realmente su libido de las personas y las cosas del mundo exterior, sin sustituirlas en la fantasía. En la parafenia, el sujeto elige un objeto y se produce un estado patológico de narcisismo secundario, que es el retorno de la libido al yo por haber perdido la relación con el objeto.

 La parafenia  muestra dos características principales: el delirio de grandeza (la idea de que uno mismo es el más importante del mundo) y la falta de todo interés por el mundo exterior.

Cuando la libido es sustraída del mundo exterior  y es aportada al yo, surge el narcisismo.

El neurótico:

1. Renuncia a emprender las reacciones motrices que lo ligue al objeto
2. Sustituye objetos reales por fantaseados.

El objeto que se pierde se convierte en una representación, funcionando así un procesamiento simbólico. Al objeto libidinal al que se renuncia se transforma en una representación. La libido, entonces se desprende del objeto.

En la parafenia, cuando la libido es retirada del objeto se produce una vuelta de la libido al yo y esto origina una transformación, la cual es llamada megalomanía o delirio de grandeza.

La división más corriente de los instintos es en dos categorías: el hambre y el amor. El individuo vive una doble existencia, como fin en sí mismo y como un eslabón en un encadenamiento, en el cual se considera a la sexualidad como uno de sus fines propios. La separación establecida entre los instintos sexuales y los instintos del yo, reflejan la doble función del individuo. Las pulsiones del yo responden a las necesidades del individuo. Por otro lado, las pulsiones sexuales responden a las necesidades de la especie.

Hay una opsicion entre la libido del yo y la libido objetal. Cuanto mayor es la priemra mas pobre es la segunda. La libido objetal nos parece alcanzar su máximo desarrollo en el amor, se nos presenta como la disolución de la propia personalidad en favor de la carga del objeto.

En un principio, la libido del yo y la del objeto se encuentran estrechamente unidas y solo la carga de los objetos hace posible distinguir una energía sexual, la libido, de una energía de los instintos del yo. La introversión de la libido sexual conduce a una carga libidinosa del yo, la cual produce la pérdida del contacto con la realidad.

Tres ejemplos que muestran la dinámica del narcisismo:

Enfermedad orgánica: el individuo aquejado de un dolor o un malestar orgánico cesa de interesarse por el mundo exterior, ya que la libido se retira del yo y se centra en la zona del cuerpo afectada, también retira de sus objetos eróticos el interés libidinoso, cesando así de amar mientras sufre. El enfermo retrae de su yo sus cargas de libido para descargarlas de nuevo hacia la curación.

El sueño significa también una retracción narcisista de las posiciones de la libido a la propia persona, sobre el deseo único y exclusivo de dormir

Hipocondría: se manifiesta en sensaciones somáticas penosas o dolorosas. El hipocondriaco retrae su interés y su libido de los objetos del mundo exterior y los concentra a ambos sobre el órgano que les preocupa. Su diferencia con la enfermedad orgánica, es que en esta última, las sensaciones dolorosas tienen su fundamento en alteraciones comprobables y en la hipocondría, no.

Nos encontramos con un órgano que se manifiesta dolorosamente sensible y presenta cierta alteración sin que se halle enfermo. Le damos el nombre de erogeneidad a la facultad de una parte del cuerpo de enviar a la vida anímica estimulos sexualmente excitantes, la erogeneidad es una cualidad general de todos los órganos.

Lo que se encuentra roto en la hipocondría es la erogeneidad, su capacidad de excitación de esos órganos.

La relación de la libido con los objetos debe ser dinámica, porque si esta solo se queda en el yo la persona enferma. El estancamiento de la libido del yo ha de ser sentido como displacentero (incremento de la tensión). En la parafenia se produce un éxtasis de la libido del yo.

  La vida anímica se ve forzada a traspasar las fronteras del narcisismo e investir de libido los objetos exteriores. Un intenso egoísmo protege contra la enfermedad, pero al fin y al cabo. Hemos de comenzar a amar para no enfermar y enfermamos en cuanto una frustración nos impide amar.

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